Si en algo destaca una suegra es en dar opiniones que no se le han pedido.

Cuando llegas a la maternidad, te das cuenta de que todo son opiniones y te juzga hasta el vecino del quinto por lo que haces, aunque para ti sea lo más correcto.

Siempre me llevo bien con todos, pero mi suegra me está tocando las narices de una forma exagerada. Yo agradezco mucho que se preocupe por su nieta, pero no la trata igual que al resto. Pero ahí no queda la cosa, ha admitido a qué se debe.

Te pongo en situación; ella es una mujer ya jubilada que tiene mucho tiempo libre. En su día dio a luz a seis hombretones, entre los que está mi marido. La vida ha querido que ahora tenga dos nietos y una nieta, mi hija. Los nietos ya están casi criados, pero mi niña es la novedad de la familia.

Ella y yo tenemos discrepancias en algunos detalles:

‘Yo he criado a seis hijos, han merendado bollería y no pasa nada’

‘¿Por qué no le coges el abriguito en rosa? Así nadie dudará de que es una niña’

‘Si dejas que la niña duerma sola en la cuna, pensará de mayor que no la quisiste lo suficiente’

‘Sin pendientes la gente pensará que es un niño’

Y así todos los santos días. Llega a ser agotador, pero te lo tomas a risa porque llorar por ello no vale la pena.

El mejor comentario vino el otro día mientras unas amigas suyas pararon a saludarnos por la calle y comentaron que mi chiquitina estaba preciosa (cosa que es totalmente cierta) a lo que mi suegra añadió:

‘La ratona está graciosa, pero parece una niña que se cría en un hospicio. Con lo bien que les van las cosas a los dos y la niña lleva ropa usada y no le han puesto pendientes. Parece que se críe en la inmundicia’

La cara de sus amigos fue un poema. Las mujeres comentaron que los tiempos cambian y que no eran tan importantes esos detalles como ella comentaba. Lo normal es que la cosa hubiera quedado ahí, pero no, ella insistía sin parar en hacer una crítica constructiva sobre mi manera de criar a mi hija.

Sinceramente, me da igual que piense que mi hija parece una huérfana porque la realidad es que se trata de una niña muy feliz a la que todos adoramos.

 

Anónimo

 

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