“Vergüenza me daría a mí ser una novia como tú”.

Esta gran frase retumba en mi cabeza desde anoche.

Mi novio y yo estamos ahora pasando el peor momento de nuestras vidas, y a eso se le suma la cuarentena.

Resulta que él ha cogido COVID y yo estoy en la otra punta de la casa porque no me han hecho las pruebas todavía, pero no quiero ponerme en riesgo.

Cuando a él le dieron los resultados, yo tomé la decisión de que él se quedase en una habitación y yo en otra.

Él ha estado de viaje con sus amigos y de souvenir ha traído esta maravilla. No voy a culparle porque le puede pasar a cualquiera, pero sí que es cierto que, al volver, se dio cuenta de que no se encontraba bien y le tuve que llevar a rastras al médico.

Allí le dijeron que era positivo y que lo ideal era que estuviera aislado. Yo solo he estado un par de días con él y en breve me harán las pruebas, pero mientras tanto, prefiero mantener la distancia de seguridad y hacer las cosas bien, tanto por él como por mí.

Los dos primeros días estuvo triste porque se sentía solo, pero no estuvo mal. Ahora está insoportable. Me dice que no le quiero, que él estaría a mi lado si fuera al revés y que me ama tanto que no le importaría contagiarse. Todo esto es muy bonito, pero no podemos perder de vista que la situación no es cualquier broma.

La hecatombe vino cuando recibí una llamada de su madre. Se ve que estaba tan aburrido que llamo a su madre para contarle novedades y la señora, al colgar, me llamó a mí.

La conversación fue tal que así:

“No tienes vergüenza de tratar a mi hijo como un perro abandonado. Con todo lo que hemos hecho por ti y ahora tú se lo pagas así. Encima que la culpa es tuya, porque si fueras una buena novia, no se habría ido con los amigos de viaje. Yo no le hubiera dejado marchar con el peligro que hay por ahí fuera. Parece que solo quieres perderle de vista. ¡Vergüenza me daría ser una novia como tú!»

No me dejó mi pronunciar palabra.

El caso es que ella amenaza, ahora por mensajes porque dice que no quiere volver a hablar conmigo, con venir y llevarse a su hijo para cuidarlo como se merece. Yo le he dicho que haga lo que quiera, pero que no se equivoque conmigo porque estoy haciendo las cosas con cabeza, no como ellos.

Esta cuarentena sí que va a acabar con mi relación, pero de manera drástica.

Sinceramente, viendo cómo me ha tratado su madre por primera vez, creo que hasta prefiero que este sea un final para nosotros y otro algo más “feliz” para él y su mamá.

 

Anónimo

 

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