Siempre me ha fascinado el mundo onírico quizás porque siempre me han atraído aquellas situaciones en las que la ciencia y la mística se encuentran.

La primera vez que pude controlar un sueño fue por accidente, estaba teniendo un sueño bastante normalito en el que caminaba por una calle vacía y de repente recuerdo pensar: «y qué pasaría ahora si de repente aparece delante de mí una colchoneta elástica» y zas! apareció, me entusiasmé tanto que ni siquiera fui consciente de que estaba siendo consciente y me limité a hacer cosas una detrás de otra, dándole forma con mi voluntad a ese sueño: «Ahora salto en la colchoneta y mi salto es tan alto que llegaré a ese edificio» y pasaba, «Ahora voy a volar y aparecerá debajo de mí un lago precioso y azul con delfines que saltan» y por rocambolesco que fuera lo que imaginaba se hacía realidad, estaba disfrutando como nunca de hacer lo que me daba la gana.

Llegó un momento en que había vuelto a la calle del principio y entonces no se porqué pensé «y que pasa si de pronto aparece un agujero negro en el suelo y me caigo por él» al momento me arrepentí de haberlo pensado pero ya era tarde, mi cerebro muy obediente creo ese oscuro agujero por el que me caí y así fue como desperté a mi pesar.

Me desperté tan emocionada, quería contárselo a todo el mundo y ver si a los demás también les había pasado alguna vez, pero sobre todo quería repetir aunque no tenía ni idea de cómo hacerlo.

Y de hecho costó un tiempo que volviera a sucederme.

A día de hoy ya tengo algunos trucos que me ayudan y que voy a compartir con vosotrxs. Algunos los he aprendido con la experiencia o por accidente y otros gracias a experiencias y consejos ajenos.

Normalmente he conseguido volver a controlar mis sueños de tres maneras diferentes:

1- A través de la meditación. Si sabéis algo sobre budismo esto no os sorprenderá y es que es algo en lo que los monjes budistas están muy versados. El truco aquí es conseguir primero ese estado profundo de relajación en el que tu cuerpo está entre dormido y despierto pero sin llegar a dormirte del todo. Yo lo consigo en posición tumbada boca arriba con piernas y brazos estirados hacia abajo, ligeramente separados y palmas de las manos hacia arriba. Y mi truco para no dormirme del todo es cruzar dos dedos de ambas manos. Una vez que consigues este estado es el momento de introducir así ese sueño que vas a continuar dormido, de este modo serás consciente de que estás soñando. Es decir, empiezas imaginando lo que quieras, lo vas desarrollando en tu mente y entonces si, te dejas llevar hacia el sueño.

A mí este método me funciona bastante bien pero tengo entendido que no a todo el mundo, funciona mejor si tienes facilidad para quedarte dormido y como todo requiere algo de práctica.

2- Detonantes. Bueno, así los llamo yo. En mi caso mi detonante es acordarme en el sueño de mirarme las manos, si llego a poder hacer eso, es automático, mi cerebro sabe que estoy soñando y que puedo controlarlo. Tengo amigos que tienen como un «detonante objeto», por ejemplo un teléfono rojo, si lo ven en sueños pues lo mismo, comienzan a controlarlo.

3- Las 5 horas o el método científico. En el sueño lúcido, la actividad cerebral aumenta, especialmente en la parte frontal del cerebro, que está relacionada con la actividad cognitiva.

Esto se demuestra por la aparición de ondas cerebrales en la banda gamma. Cuanto más rápida es esa actividad gamma, mayor será el procesamiento cognitivo en general.

La actividad gamma es muy baja en el sueño profundo.

Sin embargo, en el sueño lúcido aparece, aunque en menor medida que durante la vigilia.

Y ¿cuándo hay una mayor probabilidad de que esto suceda? Pues a las 5 horas de quedarse dormido, debido a los ciclos del sueño. Es decir, el truco es dormirse, despertarse a las 5 horas brevemente (te puedes poner una alarma) y en ese breve intervalo de tiempo (unos 30 minutos es lo recomendable) volver a dormirte, así tus posibilidades de tener un sueño lúcido aumentan al aumentar la actividad de la corteza prefrontal del cerebro durante la siguiente fase REM.

Estas son las formas que a mí me han funcionado mejor pero no puedo dejar de nombrar otra que si bien no es tan eficaz, también funciona a veces, esto lo descubrí involuntariamente y no he sido capaz de controlar aún cuando funciona y cuando no, pero os lo cuento igualmente y es: Jugar videojuegos antes de dormir. Yo solía jugar a Dragon Age y Mass Effect que son videojuegos en los que te ves tú en tercera persona, es decir ves tu alter ego. Uno es de rol y el otro es un shooter pero tienen de todo: acción, aventura, puzzles, romance, etc. No sé qué explicación tiene esto o qué partes del cerebro se activan antes de dormir pero también me ha funcionado.

 

Y ¿por qué querríamos tener sueños lúcidos?

Porque es divertido, porque podemos experimentar cosas que no podemos en vigilia, podemos usarlos para conocernos a nosotros mismos, nos pueden ayudar a enfrentarnos a fobias o a resolver conflictos emocionales o traumas.

Pero nada es perfecto y como todo también tiene sus contraindicaciones y es que no se recomiendan en personas con enfermedades mentales graves como la esquizofrenia, pueden inducir a la parálisis del sueño y pueden resultar adictivos y al ejercer tanto control sobre nuestro cerebro, este no descansa como necesita para recuperarse. Así que como todo, hay que hacerlo con prudencia.

¿Y tú? ¿Has tenido algún sueño lúcido? ¿Los tienes a menudo? ¿Cuáles son tus métodos para tenerlos? Déjanos tus experiencias en comentarios y que tengáis todxs dulces sueños 😉

Sara Navarro