¿Nunca os ha pasado que recibís un mensaje, ya sea en privado o en uno de los seiscientos “grupiamiguis” que tienes, que dice algo así como:

 “Tía, ¡tenemos que vernos, hace mil que no quedamos, tengo muchas ganas de veros!”

y cuando se responde, (porque casi siempre se responde así): 

“¡ay si tía! ¡Pues el fin de semana que viene quedamos!”

la misma persona que tenía ganas infinitas de quedar, resulta que únicamente puede el martes de luna llena, de 6 a 7 de la tarde, siempre y cuando no llueva.

Venga… ¡no me vais a decir ahora, que soy la única persona del mundo con amistades que ni el mismismo Mr.Obama en sus buenos tiempos! El próximo finde no estoy aquí, el siguiente ya he quedado, ¿entre semana? bufff, no sé, entre el trabajo, el yoga, pilates y fisio…. No sé qué decirte mejor durante el fin de semana… 

¡STOP! ¡Que con tanta actividad me estas cortando el rollo!  Y a la vez dándome un cargo de conciencia…que luego a ver cómo me lo quito, yo que soy cual marmota, y me había decidido a salir a la calle.

A ver, es verdad que a veces para cuadrar agendas y sincronizar relojes hay que hacer encaje de bolillos, empezando por ti… pero es que cuando te dan esa respuesta, tú te ríes, porque te tienes que reír, pero en el fondo piensas… ¡pero entonces pa’ que dices naaaaaaaa! 

Que a mí en el fondo lo que me mas sorprende de todo esto es, ¿¡cómo has llegado a hacer todos esos planes con tanta gente!? ¿Cuándo los hiciste? ¿Lo tienes agendado desde 2016 o es que saben alguna manera para conseguir audiencia contigo que yo desconozco?

Además, que lo mejor de todo esto es, primero que os lo decís abiertamente y os reís del asunto juntas, y segundo y más importante, que cuando al fin podéis reencontraros, es como si el tiempo no hubiera pasado entre vosotras, y recargas pilas suficientes para sobrellevar el tiempo necesario hasta la siguiente vez que los planetas se alineen y consigáis veros de nuevo.

En fin, ¡me voy corriendo que tengo una cita agendada desde 2018 y no quiero llegar tarde! 

 

Laura López