Hay sitios y sitios donde conocer por primera vez a tu cita Tinder… pero creo que este, es el último que me imaginaba.

 

Os pongo en contexto, salía de una relación de 8 años, y estaba on fire. Mis amigas me dijeron que me descargase Tinder y eso hice.

Al principio lo cogí con muchísimas ganas, ¿qué maravilla era esa? (ay ay… no todo lo que reluce es oro amigas). De repente apareció el perfil de un chico muy mono, ojos azules, alto, pelo castaño, de mi pueblo, vaya, que con todo eso no podía dejarlo pasar. Al poco, hicimos match. Empezamos a hablar, todo fluía, era muy majo y parecía que teníamos muchas cosas en común.

Primero nos agregamos a Instagram, y después intercambiamos números, y seguimos hablando por whatsapp.

Era un sábado por la noche, y yo estaba de cena con mis amigas, mientras de vez en cuando nos enviábamos algún mensaje.

Lo noté un poco raro y le pregunté si pasaba algo, me contó que estaba bastante triste porque su abuelito estaba muy malito, y no sabían cuanto iba a aguantar… yo solo pude darle mucho ánimo virtualmente, y hablar con él para que se despejase e intentar animarlo un poco con mis tonterías.

Domingo por la mañana, me llama mi madre y me dice que el marido de una de sus amigas ha fallecido, que si la acompañaba al tanatorio… ¡¡CLARO MAMÁ!! ¿cómo iba a negarme? Su amiga es un amor y ya que era domingo y tenía el día libre, lo menos que podía hacer era ir con ella y darle el pésame.

Llegamos, aparcamos, y entramos al tanatorio, fuera hay como un jardín con unos banquitos y al entrar había un grupo de gente y veo que hay una cara que me resulta muy familiar…

¡¡¡NO PODÍA SER, NO NO NO Y MIL VECES NO!!!

SPOILER: Sí, era él, mi conquista tinderiana.

¿Os podéis imaginar mi cara? Pues era en plan: TIERRA TRÁGAME.

Entré haciendo como que no lo había visto, no me sentí orgullosa de eso, no tengo 15 años, pero poneros en mi lugar, no nos conocíamos en persona, iba con mi madre al lado, y estábamos en un tanatorio… la situación no era la más idílica para conocernos.

Ese día había dos entierros, y habían dos salas… que diosito me perdone pero recé con todas mis fuerzas para que no fuésemos a la misma. Al entrar en la sala y ver el nombre y apellidos del marido de la amiga de mi madre… TIERRA TRÁGAME 2.0. Resulta que su abuelo que estaba tan malito era él. 

Ya dentro, el chico no paraba de mirarme, y claro, pues como una persona decente que soy algo tenía que hacer, no iba a dejarlo así como si nada, que a veces tengo poca vergüenza pero no tan poca.

Total que sin saber muy bien como, me acerqué a el y le dije: Hola, ¿sabes quien soy? Y el pobre me dijo que sí, y se me abrazó.

En ese momento no me arrepentí de haber ido y de haberlo conocido aunque fuese todo tan surrealista, fue un abrazo sincero y lleno de ternura.

Estuvimos hablando un ratito y al menos lo hice reír, los dos estábamos flipando con la situación.

Me marché, y al poco rato me escribió dándome las gracias por haberle dicho algo y haber estado con él. Seguimos hablando y quedamos una tarde a tomar algo, y a esa tarde, le siguieron unas cuantas…

Finalmente, después de unas semanas me di cuenta que no sentía ese feeling y todo quedó en una bonita amistad.

A día de hoy ya no tenemos contacto, el se mudó y ha sido papá, y yo estoy felizmente casada, pero nunca olvidaré el día que conocí a mi cita Tinder en un tanatorio.

 

Anitin