Pues yo lo reconozco, he sido y soy una gran usuaria de Tinder. Ya sabemos que a veces hay periodos de más o menos actividad, pero en general puedo decir que me he pasado Tinder

El caso es que siempre he tenido más matches y más feeling con chicos más jóvenes que yo, es algo que me viene pasando desde siempre y a mí me encanta, no tengo ningún problema al respecto. Aun así, yo hago el intento, ¡mi Tinder es de amplio espectro como los antibióticos!

Pues nada, un día hago match con un señor de 48 años  ¡OJO que no estoy diciendo que sea mayor!

Sólo que yo con mis 37, en el tema Tinder vengo de quedar en su mayoría con chicos que no superan los 32 …

hombre maduro

Pues muy bien todo, se lo digo a mis amigas, ellas súper orgullosas de mí, os podéis imaginar el cachondeíto…pero está guay tener amigas que te ayuden a salir de tu zona de confort.

Pues bien, yo venía de una inactividad y desgana tinderil brutal, y aquello era pura necesidad. Yo no me soportaba ya, así que tenía que poner remedio a aquello. No estaba muy segura de lo que iba a pasar esa noche, pero una cosa tenía claro…

Si ambos nos gustábamos genial, si yo a él no le gustaba a mi casa, pero si yo a él le gustaba y el a mí no, yo iba a poner todo de mi parte para que fuera que sí.

condon

Total, llega la noche de autos y me pongo el vestido más sugerente que consideré, por lo que pudiera ocurrir, ya veis que yo iba motivada y entregada a la causa.

Pues bien, todo estupendo, él encantador, el sitio espectacular, la cena estupenda y el vino más.

No me hacía falta beber la verdad, pero a una le gusta el vino y la noche estaba siendo divertida, o eso creo, porque yo estaba teniendo un diálogo interesante conmigo misma:

“Pues nada parece que esto promete” “Yo creo que sí que hay rollito” “Igual debería no haberme puesto bragas tampoco…”

“¡Bueno chica que te tenga que quitar algo, tampoco pasa nada, que hoy vas regalada…!”

Voy al baño, vuelvo a la mesa y me pregunta si quiero tomar otra copa en su casa….

¿¡pero cómo osas a preguntarme eso!?  “claro que sí guapi”

Ya en su casa, me pone una copa y me dice, «vaya escote hija, no he podido mirar a otro sitio en toda la noche…»

¡Oh yeahhhhhhhhhhhhh! ¡Enhorabuena, objetivo conseguido! ¡Estoy moti-moti!

Empieza el sarao y me dice que espere en el salón, cuando viene a por mi para llevarme a la habitación, velas, pétalos de rosa en la cama, y yo flipando y pensando…

Vale esto mola mucho, ¿pero vamos a follar no?

Madre mía que si follamos, me dio un repaso que aun me tiemblan las piernas de pensarlo, no sé si él llevaría tanto tiempo guardándose para mí como yo para él. Pero que me cogió con ganas os lo aseguro.

Como yo iba vestida para la ocasión y el vestido era sencillito de levantar, antes que me diera cuenta le tenía chupándome como quien chupa el primer helado del verano.

Qué técnica, qué precisión, qué ímpetu y qué ganas, no sé si me lo estaba comiendo o haciendo un bizcocho, ¡porque a mí me puso aquello a punto de nieve!

claras de huevo

Tras haberme hecho correrme en repetidas ocasiones decide que ya es momento de lucirse, me pone boca abajo con las piernas bien juntitas, él se coloca de rodillas detrás y empieza a demostrarme lo que ha aprendido a lo largo de sus 48 años.

Pierna aquí, polla allá, un sinfín de repertorios a cada cual mejor. Que yo no es que fuera a rechistar, pero es que cualquiera dice nada, si no podía ni respirar…

Sin duda alguna aquel hombre me estaba poniendo en órbita como me merecía por haber infravalorado la cita antes de tiempo.

A punto estuve de tener que pedir piedad, pero una es muy digna y le había retado a que no me iba a durar. Así que mitad disfrutando y mitad exhausta aquello llegó al summum y hoy en día, aún sigo ovacionando a toda su quinta.

PD: Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia ; )