‘Tengo preparado algo diferente que no te esperas’. Esto fue lo que me dijo y la verdad que no mintió.
En verano me hago la remolona a la hora de quedar con la gente. No voy a poner excusas como el calor, es que sinceramente me da pereza, pero este chico me lo pintaba todo tan bien, que caí.
Yo soy de hablar en verano y actuar en invierno. La verdad es que él tampoco insistía en quedar y puede que de ahí viniera toda mi curiosidad. Me dijo que ese finde tenía un plan increíble y que si me quería unir. Me lo pensé, pero luego dije por qué no.
Solo me dio una hora y una dirección, culpa mía también por no insistir y preguntar más. Cuando llegué al sitio, no encontré ni un bar, ni terraza ni nada que me hiciera pensar que era allí dónde habíamos quedado.
De repente veo que vaya un buen mozo con el pecho al descubierto y pregunto por mi crush. Me indicó el piso exacto y allí que fui yo.
Por la escalera ya pude intuir el plan que me esperaba: una mudanza.
Sí, perlas, su plan increíble era que le echase una mano con el traslado. Igual piensas que donde yo me hallaba era la nuevo pisito de soltero de mi ligue, pero no, estaba en la casa de la ex. No dio detalles, pero el planazo era que le ayudase a llevarse todas las cosas de casa de su ex para poder dejarlas en su nuevo habitáculo.
Cuando me vio, se acercó, me dio un super abrazo y me dijo que estaba muy contento de que estuviera allí. Ni con esas mi cara se transformó en complicidad, pero, por educación, le pregunté si necesitaba ayuda.
Me puse a guardar ropa y menaje en cajas. Él estaba en la otra punta y la verdad que estaba contando los segundos para poder marchame. La gracia vino cuando su ex entró por la puerta.
‘¿Has tenido que traer a tu amiguita para que te ayude? ¿No puedes hacer las cosas solo?’
¡Lo que me faltaba! Sin comerlo ni beberlo estar en medio de una discusión y encima ser la pringada que le está poniendo corcho para que no se rompan los vasos del señorito.
Me levanté, le toqué al hombro a la muchacha y le dije: ‘yo estoy aquí por tonta, no porque tenga nada con él’.
Y esa fue mi salida triunfal. Cogí mi bolso, me puse las gafas de sol y me volví a mi casita de donde no tendría que haber salido.
Este chico está más que bloqueado en mi vida y si te preguntas el porqué es muy fácil: mentiroso, aprovechado y poca vergüenza.
Anónimo
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