Con la llegada del frío he tenido que hacer la correspondiente limpieza de armarios con su correspondiente rescate de pijamas de todas las épocas habidas y por haber. En verano no me fijo tanto porque me puedo permitir dormir en bragas pero eso es algo que ya no contemplo a no ser que quiera acabar con estalactitas en el chichi.

Pijama casa de la pradera.

Se caracteriza por tener un exceso de lazos y cuando digo es sexo me refiero a que trasciende a los elásticos para ajustarte el pantaló.Sii eres más de camisón que de pijama posiblemente te haga sentir como Keira knightley en Piratas del Caribe Para mí el mayor sinsentido de estos pijamas es el hecho de que le sobra tela por todas partes pero luego el escote es un cuello tipo barco Qué yo no sé vosotras pero a mí me gusta llevar la pechuga un poco más cubierta que si me destapo durmiendo me constipo.Lo de utilizar la palabra constiparse también es muy de esa época.

Pijama Narnia o teleñeco.

Claramente me refiero a esos que son más abrigados como buena friolera que soy losIdentificó rápidamente. Ir a comprar 1 de estos pijamas es como ir a comprar un edredón nórdico a Ikea: tienen diferentes grados de calidez. Los más gorditos se ven monísimos en las tiendas, pero cuando te los pones, sobre todo si eres muslona como yo, te transformas en un Teletubbie. Si además de tipo sábana coralina el susodicho tiene pelito, pareces un teleñeco o el mismísimo Yeti. La cosa es parecer un animaloide con reservas de grasa como para aguantar el duro invierno de Narnia, que ya lo hubiera querido Jon Snow para él ese pijama y no ese abrigo de pelo que después de tres batallas tenía que oler a cochiquera.

El pijama Winnie The Pooh.

No sé si será cosa de la edad, pero yo desde hace un tiempo voy priorizando que los pantalones vengan de tiro alto para que me cubran bien los riñones y, a su vez, que las camisetas vengan más bien largas por lo mismo. Sin embargo, a veces los pantalones traen el tiro tan corto que en cuanto te mueves un poco se te baja (especialmente si de cintura te quedan grandes como a mí) y, de la misma fricción se te sube la camiseta, de manera que se te acaban asomando peligrosamente los lomos, digo lo de peligroso porque como te destapes corres el riesgo de quedarte helada. Los crop tops molan, pero no si vives en Madrid y no tienes calefacción por la noche.

Si nos ponemos a hablar de personajes Disney, tampoco es raro encontrarse con un pijama tipo Aladdin.

Me refiero a esos que quedan ajustados a la cintura, con el tiro muy alto, pero muy anchos de pierna y cogidos al tobillo. En la tienda los ves tan monos y calentitos que no te esperas que te vayan a quedar tan bombachos. Si son de esos polares ya te digo yo que la transformación a Teletubbie es bastante probable, todo dependerá de la mucha o pocha chicha que tengas.

En lo alto del podio encontramos esos pijamas enterizos tipo mono con cremallera que, a menudo, son con forma de animales.

Los he visto de león, de vaca, de tigre, de oso panda… si me apuras os podéis juntar con vuestras amigas y formar el horóscopo chino. Desde luego que es lo más calentito que hay, debe de ser como llevar una batamanta puesta pero mejor. La única pega que le veo es que para ir al baño es un horror porque como te despistes te destemplas. Ríete tú de lo de ir a una discoteca en verano con un mono y beberte hasta el agua de los floreros. Mear de esa guisa y que te marque fuera cinco grados tiene que ser un gustazo.

En fin, chicas, aquí cada una que se ponga el que más le convenga, pero yo a todos los pijamas les acabo viendo una tara: por ancho, por estrecho, por fino, por abrigado, porque se me levanta, se me sube, se me baja… Como dormir en bragas no hay nada.

Ele Mandarina.