Todas hemos visto esas pelis de Indiana Jones donde se viven aventuras trepidantes, de esas que te dejan sin respiración. Pues bien amiga, una vez te independizas llega la verdadera aventura de tu vida, llegar a fin de mes sin morir en el intento. Para superarla os dejo algunos tips que os pueden ser de utilidad.

¿Cómo llegar a fin de mes sin despeinarse?

El primer factor a tener en cuenta es la zona geográfica en la que vivas, porque siendo realistas las grandes ciudades nos hacen pobres y ya no solo depende de tu sueldo. El metro cuadrado en Madrid se cotiza a precio de oro y para poder comprar o alquilar un piso tienes que hacer algún hechizo del tipo “conseguir pelo de unicornio y sangre de virgen” o algo así. Si aun sabiendo esto decides que para desarrollarte como profesional o porque eres así de moderna quieres vivir en una gran ciudad pasamos al siguiente consejo.

Pensaréis que está todo inventado y que si no puedes irte a vivir sola siempre puedes compartir piso ¡error! A la larga puedes tener tantos problemas de convivencia que estés deseando incluso volver a casa de tus padres y si no es tu caso y tienes unas compañeras de piso ejemplares date por bendecida querida. En el caso de que vivas sola, enhorabuena, has pasado a la siguiente pantalla del juego.

Si realmente quieres que tu fin de mes no empiece el día 15, un buen consejo sería comprarte una libreta de maruja y apuntar todos los gastos fijos que vas a tener para no llevarte la sorpresa. Cuando empieces a sumar todos estos gastos y a restarlo de tu sueldo de mileurista puede que sientas una presión en el pecho pero tranquila que es solo uno de los síntomas que tendrás durante toda tu vida adulta. Sabiendo lo que te queda para gastarte el resto del mes tendrás que empezar a tomar decisiones y aprender que tener vida social tampoco es tan importante.

llegar a fin de mes

Se te han acabado las noches de los findes probando la carta de todos los restaurantes de la ciudad, en su lugar harás cenas de traje en casa, “yo traje esto, tú lo otro…”, las tardes de cine serán más reducidas y no porque te hayas vuelto más exigente con las películas (como les habrás hecho creer a tus amigas), sino porque con lo que cuesta una entrada tienes para comer dos días. Tendrás que acostumbrarte a comprar las cosas por unidades, que no tienes la economía para desperdiciar ni un solo kiwi.

¿Realmente es esencial comer? XDD

Pero si lo piensas bien el tema de la comida no es tan importante, porque cuando tienes tantos gastos tu instinto de gorrona se acentúa y vas a visitar a tus padres más de lo que te gustaría y su nevera se transforma en tu supermercado particular. Comienzas a tirarte a las ofertas como las marujas que siempre habías criticado pero en la que inexorablemente te estás convirtiendo. Y de repente abres tu despensa y ves cantidades de latas de atún que podrían acabar con el hambre en el mundo pero no reniegas de ellas porque una oferta así no se puede rechazar.

Por último, descubrirás compañías de teléfono o de luz que ni conocías pero en tu situación no estás para elegir y sus precios son bastante competentes. Si haces unos pequeños esfuerzos como los que te he contado puede que hasta ahorres a final de mes lo suficiente para comprarte unas bragas nuevas.

Porque tienes dificultades económicas, sí, pero aun quieres conservar esa porción minúscula de dignidad que aun te queda.

Lara Cuéllar