Se acerca Halloween y yo ya voy en plan Jack Skellington por la vida (aunque creo que ninguna de mis mascotas se querrá disfrazar de Zero, el perro fantasma). Vale que es una fiesta importada y que aquí siempre hemos sido más de Todos Santos, pero el Halloween se está instalando en nuestras tradiciones y no tiene pinta de querer irse.

Este es Jack Skellington, de Pesadilla antes de Navidad. Tenéis que verla. «Es que yo ya la he visto.» Pues otra vez.

Bueno, yo no había venido a hablaros del Halloween en sí ni de recomendaciones cinéfilas. Yo vengo a hablar de animalitos.

El caso es que Halloween, Navidad, Carnaval, cumpleaños y en general todas las fiestas en las que hacemos algo especial como disfrazarnos, reunirnos con familia y/o amigos, etcétera, suponen un estrés para nuestras mascotas. Y para la persona que tenga que cocinar, pero eso es otro tema.

Típica cocinera desbordada de la Teletienda…

Es normal que queráis compartir estas fiestas con vuestros amigos peludos. Por eso, os traigo unos cuantos consejos para ahorraros situaciones de nervios a todos:

  • Si se va a celebrar algo en casa, procurad que el animal tenga un sitio seguro en el que refugiarse sin que nadie lo moleste. Algunas mascotas son más sociables y divertidas, pero haced entender a vuestros invitados que, si el perro o gato no aparece, es porque no quiere. Que no vayan a buscarlo porque se asustará más.
  • Tal vez os encanten los disfraces, como a mí. Pero eso no significa que a vuestras mascotas también. De hecho, no les suelen gustar nada, ¿habéis visto la cara de los gatos disfrazados que aparecen por internet? Pues eso. Tened en cuenta si vuestro animal odia los disfraces y, en ese caso, no lo disfracéis. También hay distintos grados de tolerancia, claro, si al perro no le importa llevar un collar supermono de calaveritas pues todo correcto.
«Esto es un ultraje. Me bajo de la vida.»
  • Si va a haber jaleo por la calle (si en vuestra zona celebráis Halloween fuerte, o son fiestas del pueblo… Whatever), aseguraos de que vuestras mascotas no salgan de casa. Si es un gato que puede salir, que no lo haga durante estas fechas. Sobre todo si es un gato negro (hay pocos pirados pero los hay). Poca broma con esto.
  • Si vuestra mascota se asusta mucho con los ruidos, el mogollón de gente o lo que sea, hay opciones para mantenerla más calmada, como las feromonas. Preguntad a vuestro veterinario, seguro que os recomienda la opción más correcta para vuestro colega peludo.
  • Ojo con el tema de los dulces para el «Truco o trato». No sé si celebráis Halloween de esa forma, pero este consejo también vale para los dulces navideños. A ver, que el dulce no les sienta bien. Los gatos ni siquiera aprecian ese sabor, y los perros, a los que les gusta más, pueden acabar con una intoxicación. Recordad que el chocolate es tóxico, y el azúcar les provoca problemas de salud a largo plazo.
  • Y otro ojo con la decoración. Hay cosas que les pueden resultar muy interesantes: cosas colgantes, brillantes, con movimiento… Pues os va a tocar adaptar la decoración, y poner velas led en lugar de las auténticas, por ejemplo. En general, mantened las cosas fuera de su alcance para que no se hagan daño.
Bueno, cosas como esta son más seguras para vuestras mascotas

Como resumen, cualquier celebración implica muchas cosas en las que pensar. Pensad también en lo que prefiere vuestro amigo de cuatro patas. Venga, que las fiestas como Halloween y Navidad son muy divertidas, hagamos que para nuestras mascotas también lo sean.

¿Qué me contáis? ¿Vuestros amigos peludos se ponen nerviosos con las celebraciones o las disfrutan a vuestro lado?

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