Criticar a los demás y juzgarlos sin tener ni idea de su vida debe dar puntos para una cubertería de plata o algo por el estilo. Ya me lo estoy imaginando: ‘oiga, oiga, que yo el último mes me he metido en la vida de tres famosos, de mi cuñada y del novio de mi prima, sélleme aquí que en unas semanitas ya tengo el set completo‘. Y ¡ea! a continuar con nuestra vida soltando perlitas a diestro y siniestro como si nuestra sapiencia fuese superior a la del resto.

Harta estoy de que en las redes sociales se viralice todo aquello que genera controversia y juicios de valor. Que no vamos a hacer viral algo bonito, en lo que todos estemos de acuerdo o que sea respetado por la mayoría… ¿para qué? Para eso me pongo una peli romanticona y ya me lo disfruto yo sola. En Instagram, Facebook o Twitter lo que lo peta es darle caña a la gente, sin importar nada más que nuestra opinión. ¿Qué más dará lo que sienta el o la protagonista al leernos? Pues que no se meta en esto de las redes, que la vida es así de dura (ironía modo on).

Es entonces cuando la revista Lecturas lanza el bombazo con una portada en la que una felicísima Toñi Moreno nos hace a todos partícipes de su embarazo, y el mundo digital se vuelve loco llegando a pensar que lo que nos están colando es un fake total sin motivo ni razón aparente. Y para cuando nos damos cuenta de que la noticia de falsa no tiene nada, llegan las apreciaciones ‘sin ánimo de ofender‘ (o con todo el ánimo, vamos, que la gente no se corta un pelo).

¿Para qué vamos a perder el tiempo en felicitar a Toñi pudiendo tildarla de loca para arriba? Cuarenta y seis años tiene la presentadora y apenas ocho semanas de gestación. Echamos cuentas y aquí, lo primero es lo primero: ser madre tan mayor es una atrocidad contra natura. Cuando llevaba ya una treintena de comentarios de este tipo dejé de contar. De veras, ¿qué nos importa a nosotros la edad de gestación de las demás? Maldita necesidad que tenemos de quedar siempre como los listos de la clase con el ‘a isi idid si tinin nietis‘ (mimimimimi).

Pero lo que más me ha cabreado de todo esto es que detrás del embarazo de Toñi hay una historia que lleva más de una década latente. Una mujer que quiere ser madre y cuyo cuerpo ha pasado por un buen puñado de tratamientos de fertilidad que no daban resultado. Cientos y cientos de inyecciones hormonales, intentos fallidos y, estoy segura, mucha frustración para una chica que lo único que quiere es traer al mundo a un hijo.

Y para cuando, al fin, ha visto que tanto trabajo y tantísimos esfuerzos han dado sus frutos, de entre el inmenso elenco de felicitaciones y buenas palabras, siempre tienen que despuntar un buen surtido de críticas sin fundamento ninguno.

¿Acaso nos paramos a pensar en lo difícil que ha tenido que ser para esta mujer llegar a quedarse embarazada? ¿o realmente creéis que ella no es consciente de que el tiempo jugaba en su contra? ¡Claro que lo sabía! Lo ha repetido en numerosas ocasiones, y si su momento ha llegado ahora nosotros no somos nadie para juzgarla o intentar organizar su futuro con su hijo.

Lo he vivido en mis carnes, y tengo clarísimo que de haber dado en aquella etapa de mi vida con cualquier persona dispuesta a juzgarme, hubiera ardido Troya y toda Grecia ya que nos ponemos. Gente que no tiene ni la menor idea de lo que es pasar por un proceso tras otro, viendo como a tu alrededor la vida sigue adelante y tú estás cada vez más hundida. Que lo que se merece esta mujer es un abrazo inmenso y todo el apoyo, no vuestras palabras de desprecio.

Antes de hablar (o en este caso, de escribir) deberíamos pararnos a pensar en todo lo que hay detrás de una simple noticia. Intentemos no quedarnos tan solo con el titular y valoremos un poco más que la gente famosa, además de eso, también es humana. Leen y quizás en un pequeño resquicio de su interior, algunas opiniones les hagan daño.

Desde aquí mi más sincera enhorabuena a Toñi. El viaje que comienza ahora será, sin lugar a dudas, el más especial de toda tu vida. Ser una gran madre jamás estará reñido con la edad.

Mi Instagram: @albadelimon