El falso drama

Inicio Foros Querido Diario Familia El falso drama


  • Autor
    Entradas
  • Ceridwen
    Invitado
    Ceridwen on #604569

    Para mi madre yo fui una adolescente muy complicada. Siempre que puede me lo recuerda, remarcando amargamente lo mala que era, lo mucho que la hice sufrir y lo muchísimo que se preocupaba por mi. No estoy aquí para contradecir su opinión ni para faltarle al respeto, ni mucho menos, ella tiene derecho a pensar lo que quiera, pero, como esto no puedo decírselo a ella ni a nadie en mi familia porque no pueden ni contemplar lo que os voy a contar quería acudir a un público más imparcial y antes de que me den garrote vil por mis viles años de edad del pavo, contar mi versión de los hechos. Para las madres y para las hijas, pero sobre todo para las personas con depresión o las que todavía creen que la depresión es una fantasía. Muchas gracias por adelantado si vais a leer el texto o si habéis llegado hasta aquí.

    Mi madre es depresiva crónica, diagnosticada y en tratamiento desde que yo era muy pequeña. Desde ese entonces ha estado teniendo temporadas mejores y peores como cualquier persona con esta enfermedad, lo que ocurre aquí es que por su carácter de demonio de tasmania (lo digo así porque es de naturaleza irascible y arrasa con todo lo que toca una vez se enfada, no reflexiona muchas veces antes de hablar y luego es incapaz de aceptar sus errores, tachándolos de imaginaciones del otro o simples invenciones) yo entraba frecuentemente en sus ataques. Recuerdo poco de aquella época porque todavía era muy niña (unos 8 o 9 años)… Solo que una vez me encerró en el jardín para castigarme por algo que había hecho y tuve que masticar hojas de menta (mala idea, por cierto) porque tenía mucha hambre y no quería abrirme. Algo que hacía a menudo era en cada reunión familiar o con amigos, recriminarme al volver en el coche cualquier mínima cosa o comportamiento que hubiese podido decir o hacer en su presencia. Esto me infundió un miedo horrible a lo que pudiera decir o hacer para no enfadarla. Otro día se negó a darme un beso y a saludarme al volver de clase porque había hecho algo que no recuerdo y solo repetía que era culpa mía. No cogía o se reía de mis regalos del día de la madre y también le molestaban muchísimo algunas actitudes mías que yo achaco a la infancia: como decir alguna vez que yo era muy buena en algo (juicio que se encargaba de aplacar comparándome con alguien «mejor» o diciéndome que no fuera soberbia)

    Pues bien, nadie, absolutamente nadie, pensó que esto pudiera ser perjudicial para mí salud mental o que yo necesitara una explicación a porqué mi madre se comportaba así conmigo. Así, pensé que directamente no me quería y lo creí durante mucho tiempo. En la adolescencia yo ya había asumido de mi misma que era un fracaso y no era buena para nada (no era la alumna más brillante, más bien del montón y estaba bastante desmotivada puesto que no hacía nada en lo que me considerara buena). Ahí empecé a tener problemas porque me desarrollé muy pronto y aparecieron mis primeras estrías (el grandísimo drama), después de una maravillosa charla con mi madre que se lamentó de que mis piernas ya estaban «estropeadas para siempre» decidí no comer en una semana. No duré y decidí solo consumir fruta. El hecho es que físicamente siempre tenía alguna pega y nunca conseguí verme hermosa con nada.

    Bien, en esta época es cuando data mi madre mi etapa «contestona». Como os dije yo pensé que no me quería y ya estaba harta de soportar sus ataques hacia mí (aunque en ese momento no sabía a qué eran debidas sus «pullitas» ni conocía la historia detrás porque la única información que me habían dado después de insistir mucho a mis catorce años era, literalmente: «Mamá está enferma» Yo, a mi edad y sin más información pensé que eso no tenía nada que ver conmigo y que yo no tenía porqué aguantar según qué cosas) Me sentía como una mierda y pensaba que la había decepcionado en todos los aspectos pero no estaba dispuesta a que me atacara más. Sin embargo, nunca me opuse a mis padres directamente, yo era más bien pasivoagresiva, le contestaba a las pullas, le reclamaba cuando ella hacía lo mismo conmigo… Puede ser que a veces me pasara de la ralla (no me acuerdo de muchas cosas) pero como os digo en aquel momento yo iba sin frenos hacia abajo y todo lo que recibía de ella eran críticas, en algún momento quise hacerle daño de verdad verbalmente. Todo se rompió para mí un día de noviembre en el que no pude aguantar uno de mis ataques de ansiedad (cada vez más frecuentes desde los nueve años) y le tuve que pedir a mi padre que me llevara al médico. Recibí tratamiento enseguida (gracias a dios mi padre supo leer la situación entonces aunque le sorprendió muchisísimo) y a las semanas de visitas casi diarias me diagnosticaron depresión grave y ansiedad.

    Entonces yo tenía lo mismo que mi madre. ¿Qué casualidad, no? ¿Quién lo hubiera pensado? Ya os lo digo yo: NADIE. Tomó por sorpresa a toda la familia (que ya sabía de la depresión de mi madre y la entendía porque ella si tenía «motivos» y yo no. No me extenderé en el pasado traumático de mi madre.) y empezaron a reprocharme mi crueldad hacia mi madre por el simple hecho de estar diagnosticada. ¿Que cómo le podía hacer eso? Como si yo, a mis entonces catorce años, hubiera dictado el diagnóstico o hubiese coaccionado al psiquiatra o lo hubiese engañado para dios sabe qué xD (De todo esto me llegaron a acusar, no os lo perdáis xD) El hecho es que empecé tratamiento riguroso con un psiquiatra y una psicóloga maravillosos, todavía continúo con la psicóloga, y le estoy muy agradecida a mis padres por haberlo costeado.

    Pero muy agradecida. Sin embargo, cuando se trata de mi madre, me cuesta mucho por la reacción que tuvo entre otros… recuerdo el primer día que llegué con las pastillas… cómo me gritó, me acusó de mentirosa, se desquitó poniendo de hoja a perejil al psiquiatra y me culpó mientras yo miraba el plato con jamón york y tortilla temblando y sin poder mirarla a los ojos. Le tenía muchísimo miedo en aquella época porque era capaz de destruirme con una sola palabra (que le vamos a hacer, la delicadeza nunca ha sido lo suyo, ella es más bien un elefante por una cacharrería). Sí es verdad que estaba harta pero para cuando empecé a medicarme era más miedo que otra cosa lo que tenía hacia ella. Más tarde y hasta ahora, nunca aceptó que ella hubiese dicho algo así o hubiese hecho nada malo y me dijo que lo había soñado y que me lo estaba inventando. En aquella época tenía que creerme la teoría de mi padre y mi psicóloga de que mi madre me quería pero todavía no podía verlo. Tuve muchos efectos secundarios por las pastillas y cambié mucho de medicación (esto me salvó la vida porque podría haber hecho cualquier estupidez). En el instituto todos se lo tomaron como mi familia: no me creyeron, lo minimizaban y muchos adultos que estaban allí para ayudarme (en la teoría) me decían lindezas como «pero si no se te ve deprimida» y me hacían explicarles exactamente qué me pasaba cuando yo todavía no llegaba a comprender exactamente qué era esa enfermedad. También era muy habitual que me tacharan de molestia porque a veces tenían que repetirme los exámenes porque no podía acudir el día oficial. Como tenía que justificar sí o sí mis faltas de asistencia por ser menor (y estar desesperada por obtener buenas notas) de alguna forma todos tenían acceso a los detalles de mi condición y en cada uno de ellos pude ver cómo era el mundo con las personas con depresión. Pocos se salvan. Todavía en la universidad no he conseguido quitarme el pánico al tratar con los profesores, aunque lo manejo mejor.

    Me cuesta reconciliarme con la yo de aquel entonces que solo buscaba un poco de comprensión de cualquier ser humano al que no le pagaran para hablar conmigo, pero estoy en ello. En aquella época el no tener a nadie de mi parte me hizo volverme bastante independiente, rabiosa, y buscar, para mi desgracia muchas veces, el cariño y la comprensión fuera. Entonces aprendí quiénes eran mis verdaderos amigos.

    Si me preguntáis por las consecuencias a largo plazo os diría que he aprendido a no depender emocionalmente para nada de mi familia y que ahora tengo una relación… rara con mi madre. No me conmueve su tristeza, ni le cuento ni le pido nada, no me importan sus ataques y con los años he conseguido a base de luchar mucho que se me medio respete (a temporadas, también). Muchas veces se lamenta por no tener una relación como las que tienen sus amigas con sus hijas pero yo no siento que le quiera dar más de lo que le doy. Tampoco es como que pudiera, simplemente no confío en ella.

    Mi madre ahora cree fervientemente que mi problema de aquella época era el instituto (que también) y ahora cuando lo dice me da risa, porque no ha asumido que ella tuvo algo que ver (de forma más o menos consciente) en mi comportamiento. Su luz de gas ya no me molesta tanto porque llevo muchos años en terapia (por lo que les estoy muy agradecida) y he podido ver con más claridad que lo hace en parte porque ella misma no puede asumir sus propios problemas o las consecuencias de sus actos. Ella misma lo dijo una vez que intenté hablar con ella de mis problemas: «Tu depresión es tu problema». Yo he seguido esa frase a rajatabla. Ellos me han dado medios mediante su economía (con dos estupendos profesionales por los que estoy MUY agradecida) y yo los acepto y los utilizo. Y ya está.

    Una de las cosas que he aprendido en estos años observando e intentando comprender a mi madre y a mi misma es que uno puede tener depresión pero esta es como una garrapata que se adhiere al carácter y a las decisiones de una persona (salvando las distancias) y por eso no todas las depresiones son iguales y no todas las personas depresivas se comportan igual. La depresión no te excusa de nada, es solo un agravante, algo a tener en cuenta para que se sepa que no siempre puedes ser dueño de ti mismo. Pero en última instancia tú decides si vas a ser una mala persona o una buena persona y aunque hay cosas que no se pueden controlar no tienes derecho a volcar todo tu dolor en los demás. Las disculpas existen y no producen urticaria.

    En fin, familia, espero no haber perdido el hilo mientras narraba esto, entre resumir y crear un hilo conductor ojalá haya podido haceros llegar mi mensaje. Y es que la depresión es un problema real y muy serio que a veces daña y mucho las relaciones intrafamiliares. Algunas podréis ver en mi forma de expresarme que me queda mucho camino por delante y os pido que por favor no me juzguéis, yo también quiero a mi madre, a mi manera, y ahora sé que ella me quiere, a su manera, pero me quiere, si no, como dice mi psicóloga, ¿por qué me habría llevado a tratamiento y se ha venido ocupando de mis necesidades básicas? No quiero sonar malagradecida y contando que siempre hay dos lados de la misma historia os pregunto: ¿qué pensáis vosotras? ¿Fui una adolescente tan horrible? ¿Me voy derechita al garrote vil? xD
    Muchas gracias por leerme si habéis llegado hasta aquí. Besos a todas y todos.

    Responder
    Maria
    Invitado
    Maria on #604607

    Tu madre te destruyó desde bien pequeña. Tengo una nena, y me ha roto el corazón leerte que no te dejaba ni sentir que eras buena en algo.
    No me extraña nada que te rebelaras en la adolescencia, no te sientas culpable.
    Solo puedo enviarte un gran abrazo.

    Responder
    xx
    Invitado
    xx on #604628

    Conozco a una persona que ha vivido y vive la misma situación que tu .Porque seas su hija no te toca aguantarlo todo, HAZ TU VIDA

    Responder
    Mae
    Invitado
    Mae on #604636

    Reina, no sé si te va a sonar, pero sus comportamientos parecen narcisistas..

    Me siento identificada contigo,yo pensé que tenía depresión crónica ya que salía de unaz estaba medianamente bien, y al tiempo tenía una recaída, a día de hoy, creo que depresión total hace años que no tengo, si recaía un poco, volvía pronto a salir a flote..

    No somos lo que dicen que somos, si te lo preguntas, y nos lo preguntas, es que no lo eres.. sólo te lo hicieron creer.. un abrazote grande!

    Responder
    Mari
    Invitado
    Mari on #604840

    Nos pides que no te juzguemos y luego pides que te juzguemos… es tu vida. Lo has hecho lo mejor que has podido. Has reflexionado y procuras mejorar. No justificas tus meteduras de pata por tu pasado y te ocupas activamente de estar mejor. Me parece que estas como mínimo, en el camino mas sano.
    La explicación que has dado te sirve a ti para entenderte ( que al fin y al cabo es lo importante). Tú madre tendrá su versión que no será la real, probablemente bastante menos real, pero le servirá para entenderse ella. El resto de personas entenderán lo que puedan entender y dependerá de lo condicionados que esten por sus creencias, pero eso no dice nada de ti (dice de ellos). Da igual si los demás te creen o no (bueno si, por que da un gustazo) pero al final eso depende de la capacidad de los demás de entender y para eso no hay boton mágico.
    Lo que vengo a decir es que todos tenemos una historia detrás… que pocas veces los demás podemos entender.
    Dicho esto, si necesitas poner distancia entre tu madre y tú hazlo. Si aceptas su ayuda (en este caso, en forma de atención psicológica) hazlo sin culpas. Probablemente es la única manera que tiene para demostrar que le importas. No creo que tenga muchas más maneras, por que sólo podemos dar a los demás lo que tenemos para nosotros.

    Responder
    Malinche
    Invitado
    Malinche on #607238

    Pase por lo mismo que tu, la misma infancia y adolescencia. Luego a los 20 se sumó mi padre con el mismo diagnóstico y con el agravante de intentos de suicidio. Fueron años muy duros en el que sufrí mucha ansiedad y me negué a que me diagnosticaran los mismo, porque a raíz de eso en cada visita al médico por malestar, lo achacaban a la depresión.Convivir con dos personas así fue un reto.A eso se añadía a que no teniamos una buena economía y yo tuve que dejar de estudiar para trabajar y ayudar. Recuerdo sentirme sola, porque me sentía rabiosa con el mundo y no dejaba de llorar. Con el tiempo la cosa fue mejorando. A día de hoy tengo 30 años, los he perdonado, tengo buena relación con ellos y son conscientes de lo que me hicieron pasar. No les guardes rencor, con el tiempo yo fui descubriendo porque mis padres sufrían esa depresión. Te olvidarás del drama y te harás una persona positiva.

    Responder
    Raquel
    Invitado
    Raquel on #607253

    Pues acabas de describir a mi madre.

    Quizás algo menos explícita pero comparte todos los rasgos.

    Yo tampoco tenía derecho a estar peor que ella.

    Has tenido mucha fuerza de voluntad para salir adelante.
    Has hecho un gran trabajo, a mí puntualmente todavía me cuesta porque sé que lo paso mal pero sé que desde hace mucho tiempo tenía la opción de estar bien o elegir otro comportamiento.
    También es verdad que la psicología y la forma de tratar a los pacientes ha cambiado muchísimo.

    Gracias por compartir tu experiencia 😊

    Responder
    Lisset
    Invitado
    Lisset on #607255

    Te leo y me leo a mi misma. Y peor porq mi madre la cogió conmigo a partir de la adolescencia y hasta ahora q soy adulta, casada y con hijos.
    Me machaca, me hace daño, me deja por lo peor, todo lo hago mal, soy mala madre, hija y esposa (aunq a él lo insulta y todo, es una pasada no respeta nada), pone solo fotos mías de cuando estaba delgada (añado q sufrí anorexia y bulimia) le avergüenza cualquier cosa mía… En fin podría seguir toda la noche. La depresión sebera q arrastra desde joven la tiene chafada pero por ello ella me chafa a mi, me menosprecia y me tiene anulada a lo tonto. En breve empiezo terapia porq me supera… Es horrible tener una madre así.

    Responder
    Anna
    Invitado
    Anna on #607260

    He pasado -y sigo pasando- por algo MUY parecido, pero no con una madre con depresión, si no con una madre con esquizofrenia.

    A mí también me detectaron depresión con 17 años y estuve unos meses ingresada. La luz de gas y conductas así tóxicas las entiendo muy bien y he empatizado muchísimo contigo. A mi forma de vivirlo, en cambio, al empatizar su dolor y preocupación, y supongo que también al lamentarme de conductas que tuve con ella años atrás, me han hecho volverme bastante blanda y agachar mucho la cabeza cuando me recrimina algo… Cosa de la que no estoy demasiado orgullosa pero con una madre que te recrimina cualquier cosa… La verdad es que siento que me he resignado a discutir con ella por no acabar mal.

    Gracias por compartir tu experiencia, eso me hace sentir menos sola :)

    Responder
    Lisefem
    Invitado
    Lisefem on #607289

    Entiendo que tú no has tenido otra experiencia que la tuya, pero te diré que la mayoría de lo que cuentas yo también lo he pasado. Yo también dí una adolescenhia terrible (y ni mi madre ni yo sufriamos una depresión), fueron solo nis hormonas y mi caracter. Yo era quien creaba la situación para que mi madre dijera algo que era una pulla y yo pudiera contestar, yo también pensaba que mi madre no me quería, y para ello tergibersaba todo lo que ella me decía, llegando a entender en mi cabeza las cosas de otra manera. Lo de él encierro, me parece super curioso, porque a mi ma pasó algo similiar… me quedé encerrada y me dio tanta hambre que la vecina tuvo que tirarme galletas por la ventana.. bien, pues estuve encerrada de las 9 a las 12… tiempo en el que nunca comía, me dio hambre solo porque me aburría, y sabía que no tenia que comer…

    Sospecho que cuando vayas creciendo irás entendiendo mejor las cosas y como han pasado, y la culparás solo de aquello de lo que sea culpable, pero lo realmente importante es que tú estes bien, qie tu depresión y ansiedad se hayan controlado y que recibas ayuda profesional.

    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 10 entradas - de la 1 a la 10 (de un total de 23)
Respuesta a: El falso drama
Tu información: