Era la más cuerda de todo el psiquiátrico

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    Loversizers on #937615

    Texto enviado por una colaboradora:

     

    Los psiquiátricos eran lugares que, desde mi desconocimiento veía, como un lugar lleno de gritos y gente haciendo cosas extrañas, pero esta visión cambia una vez estás dentro. Tras los primeros días te adaptas a los horarios y rutinas, la medicación se normaliza y dejas de ser un zombi, es un como una especie de residencia.

    Cuando me dejaron salir de mi cuarto, empecé a observar  a otros internos, entre ellos una mujer de pelo blanco, se llamaba Carmen y calcetaba o hacía ganchillo según el día.  Los primeros días, sólo me senté a su lado y miraba cómo iban y venían sus manos haciendo crecer  su labor.  Fue ella quien se dirigió a mí para preguntarme si me gustaba calcetar y al responderle que no sabía, se ofreció a enseñarme tanto calceta como crochet.

    Mi terapeuta me dijo que me vendría bien  para mantener la cabeza ocupada y que estuviese tranquila, que Carmen no era peligrosa, lo cual no entendí. Cada tarde me sentaba a su lado e intentaba seguir sus instrucciones, en el ganchillo sí que avanzaba, pero lo de la calceta se me resistía, aunque seguía intentándolo bajo su atenta mirada. No entendía cómo aquella mujer de mente tan clara y amable había llegado allí. Pero con el paso de los días conseguí hablar y hacer la labor al mismo tiempo y ahí fue como conocí su larga historia.

    Carmen se casó muy joven, con su primer novio formal, un chico de su pueblo que era marinero que pasaba meses embarcado, pescando en sitios como Terranova y luego regresaba a tierra por un tiempo, hasta la próxima marea. Ese tiempo entre marea y marea marcó la vida de Carmen, pues apenas conoció a Manuel antes de la boda y tras casarse, esos periodos en tierra eran un verdadero tormento para ella. Desde la boda y hasta que se embarcó de nuevo, vivió una auténtica luna de miel, un mes después de su marcha descubrió que estaba embarazada. Consiguió darle la noticia y le pareció que, a él también le hacía ilusión.

    Cuando desembarcó la siguiente vez, no parecía el mismo hombre con el que se había casado, antes, apenas bebía y ahora llegaba borracho a diario, y aunque parecía que no se tenía en pie, sí que era capaz de insultarla, pegarle e incluso violarla. Se había vuelto celoso, creía que  Carmen tenía amantes por doquier y dudaba sobre su paternidad. Tras varios días de palizas constantes, Carmen se puso de parto cuando aun faltaban varias semanas para llegar a término, asustada y amoratada, fue a casa de su madre que, al verla llegar la hizo entrar en casa rápidamente.  En ese momento creyó que, su madre la defendería delante de su marido, pero no fue así, mandó a uno de sus hermanos a buscar a la comadrona y al yerno al bar. Carmen, no daba crédito, quería dar a luz y no volver a ver a ese hombre, pero su madre la mandó callar y aguantar que, para eso lo había elegido y tenía que conformarse. Dio a luz un niño, que apenas vivió unas horas, él dejó que se recuperase en casa de su madre, mientras  volvía a ser el mismo que había sido en la luna de miel.

    Carmen, siguió en este circulo vicioso muchos años, en los que llegó parir ocho hijos, pero sólo tres sobrevivieron a las palizas recibidas por su madre.  Manuel nunca le pegó o insultó delante de ellos, pero sí utilizaba el sarcasmo como elemento de maltrato.

    A medida que los hijos crecían y dejaban la casa, el miedo de Carmen se incrementaba cuando se acercaba la vuelta de su marido, tanto que decidió acudir al médico en busca de soluciones que no encontraba en otro sitio.  Con el médico tampoco entró en detalle de lo que sucedía con el desembarco de Manuel, por lo que el hombre sólo le recetó ansiolíticos y antidepresivos, como si ello fuera a mitigar el miedo y los dolores de los golpes.

    Cuando Manuel se jubiló, sus hijos habían partido del hogar; el mayor se había casado, el mediano trabajaba fuera y la pequeña estaba estudiando en la universidad lejos de casa; lo que sentenció la vuelta al horror. Se sucedían los golpes, los insultos y las violaciones de forma habitual, mientras que Carmen incrementaba la ingesta de medicamentos para soportarlo, los ansiolíticos que tomaba cada noche hacían que, pese al dolor, lo viese todo como nublado. Un día el llegó más temprano de lo habitual, Carmen no había entrado en el sopor de la medicación, por lo que, de forma natural, se defendió cuando Manuel la abofeteó.  No se quedó parada como hacía los demás días, hecha un ovillo, sino que se enfrentó a él zarandeándolo, hasta que Manuel perdió el equilibrio y cayó de espaldas. En la caída se golpeó la cabeza ,contra la esquina de la encimera, perdiendo el sentido y al tiempo que un charco de sangre se formaba bajo su cabeza. Carmen decidió que era hora de llamar al médico y a la Guardia Civil.

    Confesó lo que había pasado, sin miedo, era como una liberación de todo el horror vivido, por fin pudo contar todos los años de sufrimiento. Sus hijos, que veneraban a su padre, se negaban a creer todos los años de maltrato, la dejaron sola. Su caso salió en la prensa, los vecinos hablaron lo que antes tapaban, ellos sí sabían que, entre mareas, se le veían moratones, aunque los intentase ocultar. Una asociación ,para mujeres maltratadas, contactó con ella y puso a su disposición una abogada para su defensa, Almudena, que sabía perfectamente lo Carmen había pasado, gracias a ella, quedo en libertad a la espera de juicio.

    Manuel había quedado con limitaciones en la movilidad, haciéndose sus hijos cargo de él. En poco tiempo conocieron el verdadero carácter de su padre. Su hija y su nuera se acercaron entonces a Carmen, para mostrarle su apoyo, Pues tras cuidarlo vieron cómo, pese a sus impedimentos las menospreciaba y maltrataba. Los hijos varones, al intentar suplirlas, vieron lo que realmente sucedía y determinaron ingresarlo en una residencia y apoyar también  a su madre.

    Así,con todo ese grupo de personas a su alrededor, comandados por Almudena, recabaron todos cuantos testimonios y pruebas pudieron, para enfrentarse a un juicio en el que todo parecía en contra.  Cuando llegó el juicio, Carmen le dijo a Almudena, que no le importaba los años de cárcel, pues era consciente de lo que había hecho además, ahora sabía que podía haber hecho otras cosas antes de llegar a ese punto, sólo le pidió ese día, que la cárcel estuviese cerca, para que sus hijos pudiesen visitarla.

    Pese a todos los esfuerzos y los testigos a favor de Carmen, el veredicto fue condenatorio, pero en vez de la cárcel, en el centro psiquiátrico donde ambas estábamos.

    Tras todo este relato, Carmen levantó la cabeza de su labor y con una risa eufórica, me dijo:

    • Ves neniña, de saber que aquí se estaba tan bien lo hubiese hecho antes”.

     

    Clara Meridiana


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    Irene
    Invitado
    Irene on #937656

    Donde quieres que esté la gente con problemas mentales?
    Como queires que tengan a gente que es un peligro para los demás y para su mismos?
    Como pretendes que controlen a gente con patologías graves si no es medicando??

    Hay mucha gente en centros que ha cometido crímenes atroces, maltrato a sus familiares, agresiones a sanitarios…

    Que hacemos con ellos? Los dejamos sueltos y que sigan haciendo daño en la sociedad? Los llevamos a un spa?
    Mejor en la cárcel?

    Hay gente que no puede estar en la calle y la cárcel tampoco sería bueno, el sitio intermedio es ese, y allí deben estar.

    Madre mía con la cultura woke, nos va a arrasar enterizos…

    Responder
    Mm
    Invitado
    Mm on #937688

    Se nos va de las manos, los relatos… ¿ Como van a condenar a prisión/ psiquiátrico a una señora mayor por defendenderse a empujones de una paliza? Si le hubiera pegado un tiro o con un cuchillo podría creerlo, pero de un accidente? Porque que se golpee la cabeza de un empujón porque la señora a la que esta pegando se defienda, es defensa propia y un accidente lo mires por donde lo mires. Y con un montón de testigos a su favor. No me resulta creíble. Bien redactado pero poco creíble.
    Y los médicos que atendían los partos, no veían las marcas de las palizas? Que cinco son muchos niños muertos. Que le pasará a mi abuela (que nació en 1920) me lo creería, pero es que esta contado como si fuera una cosa actual. Y real…

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    Loversizers
    Superadministrador
    Loversizers on #937840

    Por eso está en la sección relatos :)

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