Marcos y Lucía: capítulo 7

Inicio Foros Querido Diario Relatos Marcos y Lucía: capítulo 7

  • Autor
    Entradas
  • Moetsi
    Invitado
    Moetsi on #200899

    EN EL CAPÍTULO ANTERIOR:
    La música seguía sonando pero de pronto él se detuvo mirándome a los ojos fijamente y ahí estaba de nuevo, esa sonrisa de medio lado que Marcos tenía y que para mí solo significaba una cosa: quiero besarte.

    Durante unos segundos no dijo nada, no se movía, ni siquiera pestañeaba, parecía como si quisiera pedirme permiso para hacerlo, como si estuviera esperando una señal.
    Pero esta vez fui yo quien tomó la iniciativa.
    Le besé, aunque con cierta timidez, y Marcos respondió de manera dulce y pausada.
    Fue un beso lento, de esos que se disfrutan a cada segundo.
    Marcos volvió a sonreir y noté un brillo diferente en sus ojos, había deseo en su mirada.
    Recorrió la silueta de mi boca con la yema de su dedo pulgar, acarició mi mejilla y yo le besé de nuevo, esta vez con más prisa, con más ganas.
    Colocó su mano izquierda por detrás de mi cuello, enredando sus dedos entre mi pelo mientras su mano derecha seguía en mi cintura, presionándome contra su cuerpo.
    De alguna manera y sin darme apenas cuenta nos habíamos desplazado hasta terminar apoyados en el marco de la puerta.
    Deslicé mis manos hacia el cuello de su camisa, desabrochando un par de botones, Marcos me miró un tanto sorprendido por mi actitud tan decidida.

    -¿Estás segura Lucía?- dijo.

    Asentí, en ese momento lo único en lo que podía pensar era en terminar de desabrochar los botones de la camisa, ya no podía contener por más tiempo la tensión que existía entre nosotros.
    Me besó de manera intensa, y sus manos se colaron por debajo de mi ropa, deslizándose por la espalda hacia la zona superior.
    Se deshizo de mi camisa casi al mismo tiempo que yo terminaba de quitarle la suya mientras nos dirigíamos a la habitación.
    Me recreé durante unos segundos acariciando su torso desnudo, era perfecto, como una escultura tallada, sonreí pensando que, si Miguel Angel hubiese conocido a Marcos, El David le parecería poca cosa.
    Retiró mi melena hacia un lado y me desabrochó el sujetador deslizando los tirantes, yo, de manera instintiva encogí un poco los hombros, Marcos seguía con la mirada fija en mi cuerpo, con las pupilar dilatadas, sonriendo y mordiéndose el labio inferior.
    Me resultaba excitante observar cada uno de sus movimientos, sus gestos y esa forma de mirarme me hacían sentir un poco más segura, me sentía deseada, él me miraba como si yo fuese perfecta.
    Bajó la cremallera de mi pantalón y yo desabroché el botón del suyo, seguimos desnudándonos con cierta prisa, y es que yo podía tener mis miedos y vergüenzas, pero tampoco era de piedra y Marcos era increíblemente atractivo.
    Nos dejamos caer en la cama y él se colocó sobre mí, me besó en los labios de manera provocadora, rozándolos con su lengua, mordisqueándolos suavemente, y de la misma manera besó mi cuello, mi pecho y así continuó deslizándose hasta cubrir cada centímetro de mi piel, recreándose entre mis piernas.
    Cerré los ojos y me dejé llevar por aquella sensación tan placentera durante varios minutos hasta perder la consciencia y cuando los abrí de nuevo, Marcos había regresado a mis labios sonriendo de manera pícara, y sus ojos seguían expresando deseo.
    Me giré acomodándome sobre su cuerpo con mis manos colocadas en su pecho, no podía dejar de tocarle.
    Su piel, sus músculos, su olor, su mirada, su sonrisa, todo en él era irresistible para mí.
    Me incliné con intención de besarle y él se incorporó provocando que yo quedase sentada sobre sus piernas, me abracé a su cuerpo, rodeando su cuello con mis brazos, acariciando su espalda.

    -No tienes ni idea de cuantas veces he imaginado esto- dijo mientras me tumbaba de nuevo sobre la cama, sujetando mis manos con las suyas por encima de mi cabeza.

    Noté como se me aceleraba la respiración, escuchar su voz casi en un susurro y aquella sensación de dominio sobre mí me excitaron aún más, Marcos era dulce pero también apasionado, y sabía perfectamente cómo combinar aquella mezcla en la dosis justa, me entregué a él por completo y los dos terminamos envueltos en un torbellino de besos y caricias, rindiéndonos al placer.
    Nos quedamos tendidos sobre la cama mientras tratábamos de recuperar el aliento.
    Apoyé mi cabeza en su pecho y él acarició mi pelo, podía sentir los latidos de su corazón, aún acelerado.

    -¿Estás bien?- preguntó.
    -Mejor que bien.

    Marcos me besó en la frente y me abrazó fuerte contra él, y deseé sentirme siempre así, tan segura, tan protegida entre sus brazos.
    Poco después me levanté a por un vaso de agua y me quedé unos minutos sentada en el sofá.
    El sexo con Marcos había sido alucinante, nunca antes había conectado con alguien de esa manera, si cerraba los ojos aún podía percibir lo que sentía al contacto de sus manos en mi piel, me distraje reviviendo en mi mente todas esas sensaciones que había experimentado.
    Una canción empezó a resonar en mi cabeza y comencé a tararearla sin darme cuenta de que Marcos estaba allí apoyado en la puerta, a medio vestir, con la camisa aún desabrochada y mirándome con gesto divertido.

    -¿En qué estás pensando? – preguntó curioso.
    -En Franky Valli y los Four Seasons, a mi madre le encantaban, escuché sus canciones cientos de veces en casa de mis padres cuando era pequeña. A ella le gustaba poner el tocadiscos los domingos por la tarde y siempre bailaba en el salón con mi padre la misma canción una y otra vez, aunque con los años perdieron esa costumbre, ya casi lo había olvidado. Pensar en ti me ha hecho recordar la letra de esa canción.
    -¿Qué canción es? Me gustaría escucharla- dijo.

    Encendí el ordenador portátil y la busqué en el reproductor.
    Marcos se sentó a mi lado en el sofá y me miró sonriendo al reconocerla.

    You’re just too good to be true, can’t take my eyes off of you
    You’d be like heaven to touch, I wanna hold you so much
    At long last love has arrived and I thank God I’m alive
    You’re just too good to be true, can’t take my eyes off of you
    Pardon the way that I stare
    There’s nothing else to compare the sight of you leaves me weak,
    There are no words left to speak but if you feel like I feel
    please let me know that it’s real
    You’re just too good to be true, can’t take my eyes off of you

    -Gracias- dijo.
    -¿Por qué?
    -Por compartir algo así conmigo, por lo que significa y por pensar en mí al recordarla.

    Me rodeó con sus brazos y aunque seguíamos sentados, nos movimos al ritmo de la música hasta que la canción terminó.

    -Es tarde y mañana tienes que madrugar, debería marcharme ya, aunque no quiero hacerlo.
    -No lo hagas, quédate conmigo esta noche, no quiero que te vayas.
    -Entonces no lo haré.

    Ni siquiera lo pensé antes de decírselo, pero no quería separarme de él.
    Aquella noche dormimos abrazados, después de haber compartido cientos de besos y caricias hasta que nos venció el sueño.
    A la mañana siguiente me desperté antes que Marcos, verle allí en mi cama y pensar en todo lo que habíamos compartido me seguía pareciendo un sueño.
    Cogí el uniforme y salí al baño para arreglarme, después fui a la cocina y mientras preparaba el desayuno Marcos apareció.

    -¿Ibas a marcharte y dejarme ahí solo en tu cama?
    -No- sonreí- pero aún es pronto, pensé en dejarte dormir un poco más y ser yo la que te sirva el café, para variar.

    Se acercó a mí y me besó con delicadeza.

    -Buenos días, Lucía- dijo sonriendo.

    Nos sentamos en la barra de la cocina a desayunar mientras comentamos lo que haríamos ese día.
    Era Nochebuena, yo aprovecharía la tarde libre para descansar un poco y recoger la casa, después cenaría con mis padres y pasaría la noche con ellos, solía quedarme allí a dormir porque siempre nos quedábamos despiertos hasta la madrugada, a mis hermanos les gustaba organizar juegos para entretenernos y mi madre después preparaba chocolate con churros.
    Marcos no siempre pasaba esos días con su familia, algunos años le había tocado trabajar, pero cuando él tenía libre, Vicente cerraba el bar a las 6 y se iban a la parcela.
    Después de cenar tenían la costumbre de salir al jardín a brindar con los vecinos y el día de Navidad se levantaba pronto para abrir los regalos con su sobrino y pasar la mañana con él.
    Poco después nos fuimos, yo tenía que trabajar y Marcos tenía que volver a casa.
    Al llegar vi a Estela, que ya estaba esperándome en la puerta de la tienda, me despedí de Marcos deseándole unas felices fiestas y bajé del coche con intención de marcharme.

    -¡Eh! ¿Dónde vas tan rápido? Ven aquí- dijo acercándose a mí- ¿no se te olvida algo?

    Sonreí, imaginando que se refería a nuestro ya tradicional beso de despedida así que le besé en la mejilla y me giré de nuevo dispuesta a cruzar la calle, pero me sujetó por la muñeca atrayéndome hacia él, y terminé con la espalda apoyada en el coche mientras Marcos me besaba en los labios.

    -Eso está mucho mejor, ahora sí puedes marcharte.

    Reí mientras me alejaba de él.

    -¡Oye, Lucía!- gritó cuando yo ya estaba al otro lado de la calle- ¿Ha sido un cumpleaños feliz?
    -Ha sido un cumpleaños perfecto- respondí.

    Estela me recibió con una gran sonrisa y un montón de preguntas sobre lo que acababa de presenciar.
    Después de trabajar me fui a casa y pasé media tarde respondiendo mensajes de las chicas, contándoles todo lo que había pasado con Marcos.
    Había dejado la cama sin hacer por la mañana y me dispuse a arreglar un poco la habitación, las sábanas aún tenían su olor y me senté allí unos segundos recordando de nuevo la noche anterior.
    Durante toda la cena con mi familia estuve distraída, no podía dejar de pensar en Marcos, era lo único que tenía en la cabeza.

    -Mamá ¿sigues poniendo el tocadiscos?- le pregunté.
    -No, lo guardé en el trastero. ¿A qué viene eso?
    -Ayer recordé una canción que solías poner y me gustaría escucharla.
    -Si quieres te lo puedes llevar y los discos también, sé que siempre te ha gustado y yo hace años que ya no lo utilizo.

    Ese día, cuando salí de casa de mis padres me llevé conmigo el mejor regalo que había recibido en mucho tiempo.
    Pasé el resto de la tarde con Marta y su madre, vivían las dos solas y no tenían más familia, a las dos les encantaba recibir visitas sobre todo en fechas tan señaladas y a mí me gustaba mucho ir a verlas y que su madre me recibiera siempre con un montón de besos y achuchones.
    Como el día de Navidad coincidió en domingo, el lunes no trabajaba, me quedé en casa y aproveché para hacer algo de limpieza y descansar, había sido un fin de semana muy intenso.
    Marcos tenía varios días de guardia y no le vería de nuevo hasta el jueves, tuve mucho tiempo para pensar en él, en nosotros.
    Estaba claro que algo había cambiado después de la noche que pasamos juntos, pero no sabía qué podía esperar a partir de ahora y tampoco sabía muy bien cómo comportarme con él la próxima vez que nos viésemos.
    Marcos sabía que tendría que seguir lidiando de vez en cuando con mis ataques repentinos de vergüenza, pero eso ya no me preocupaba, lo que habíamos compartido era algo tan íntimo que lógicamente después de aquello, daba por superada la barrera de la timidez con él.
    Pero si hablábamos de sentimientos, la cosa podía complicarse.
    El jueves a mediodía esperaba encontrarle en el bar pero solo estaba Vicente que me contó que Marcos había ido con Alberto al centro comercial a recoger algo que les había encargado su madre.
    Llegaron justo cuando yo ya me marchaba y apenas tuvimos tiempo de cruzar unas palabras.

    -Vente luego cuando salgas ¿vale? Así hablamos un rato-dijo.

    Cuando salí de trabajar pasé por el bar y Marcos estaba con Alberto, Belén y Silvia hablando sobre la fiesta de Nochevieja, se marcharon casi una hora después y nos quedamos los dos solos.

    -Perdona por lo de ésta mediodía, Alberto me pidió que le acompañase y se nos hizo tarde y siento también lo de ahora, Belén da una fiesta en su casa el sábado y estábamos organizándonos un poco. ¿Tu tienes planes para Nochevieja?
    -Ceno con Elena, han venido sus primos de Lugo a pasar aquí las fiestas y supongo que después de cenar saldremos un rato.

    No había casi nadie en el bar esa noche, Vicente le pidió a Marcos que atendiese la barra mientras él cenaba y descansaba un rato hasta la hora de cerrar.
    Seguimos allí hablando un poco más, Marcos actuaba como siempre, como si todo siguiera igual y no es que fuera algo malo, pero empecé a tener una sensación un poco extraña.
    A las 10 como siempre me despedí de él, tenía que coger el autobús.

    -Siento no poder acompañarte, pero hasta que mi padre no baje no puedo salir de aquí. Si quieres quédate un rato más y después te llevo.
    -No, tranquilo, me voy ya. Hoy estoy cansada.
    -¿Nos vemos mañana por la tarde? Prometo estar disponible para ti- dijo en tono de broma.
    -Viene mi jefe así que igual salgo un poco más tarde, pero intentaré pasarme ¿vale?

    Salió conmigo hasta la puerta del bar y pensé que a lo mejor en ese momento algo sería diferente, pero Marcos se despidió como siempre, deseándome buenas noches con un beso en la mejilla.
    Me fui de allí creyendo que había estado preocupada los últimos días pensando en cómo sería nuestro encuentro después de la noche que pasamos juntos y quizás le había dado más importancia de la que tenía.
    O quizás… para Marcos aquello no había sido tan importante como para mí y empecé a pensar que acostarme con él había sido un error.
    El viernes estuve bastante liada en el trabajo, la visita de mi jefe nos tenía un poco alteradas, cuando se presentaba en la tienda, casi nunca era para nada bueno aunque en esta ocasión nos equivocamos, había venido para contarnos que la empresa estaba funcionando bien y quiso felicitarnos personalmente.
    Se marchó pronto y nosotras pudimos cerrar a la hora.
    Le había dicho a Marcos que intentaría pasar por el bar, pero lo único que me apetecía en aquel momento era irme a casa y eso es lo que hice.
    Ya en el autobús decidí enviarle un mensaje, tampoco quería hacerme la dura y portarme como una estúpida, así que le puse una excusa tonta contándole que saldría tarde de trabajar, para que no se extrañase si no pasaba por el bar esa noche.
    Con lo que no contaba es con que Marcos me había visto salir de la tienda y apenas 5 minutos después de llegar a casa, llamó al timbre.

    -¿Qué haces aquí?- dije sorprendida.
    -Yo debería preguntarte lo mismo- contestó muy serio.

    Abrí la puerta invitándole a pasar.
    Fue directo al salón y se quedó de pie junto a la mesa, yo me senté junto a la barra de la cocina.

    -Estaba aparcando el coche cuando te he visto salir de la tienda y coger el autobús. He pensado que quizás te había surgido algo, pero de pronto recibo un mensaje donde me cuentas que estás con tu jefe y saldrás tarde del trabajo. Y sé que no está bien que me presente aquí pidiendo explicaciones, no tengo derecho, pero es que no lo entiendo Lucía y sé que algo tiene que haber pasado para que me mientas.
    -¿Crees que cometimos un error?
    -¿De qué estás hablando?
    -De la noche de mi cumpleaños, aquello no tendría que haber pasado, al menos no así. Nos dejamos llevar porque bebimos más de la cuenta y no debimos hacerlo.
    -¿De verdad crees que me he acostado contigo solo porque había bebido?

    Marcos estaba molesto, se notaba en su tono de voz y en la forma en que me miraba.

    -Bueno, no es la primera vez que te acuestas con alguien después de haber tomado dos copas de más y luego te arrepientes. Y creo que eso es lo que te ha pasado conmigo…
    -Creo que la única que se arrepiente de lo que ha pasado eres tú. Estuvimos a tiempo de pararlo, te pregunté si estabas segura y dijiste que sí ¡Joder Lucía, no me puedo creer que me estés diciendo esto! Ahora parece que me he aprovechado de ti o que te he utilizado. Si así es como me ves, entonces esto no tiene ningún sentido.
    -No he querido decir eso, perdona, es solo que creo que en otras circunstancias no hubiese pasado.
    -Lo que pasó la otra noche no fue el resultado de tomar dos copas de más, y creía que para ti tampoco había sido así. Para mí fue más que eso, yo no necesito beber para acostarme contigo, deseaba hacerlo desde hacía mucho tiempo, volvería a hacerlo ahora mismo si no estuviera tan enfadado.
    -Pero entonces no entiendo porque ayer te comportabas como si no hubiese pasado nada entre nosotros.
    -Solo intentaba actuar con normalidad porque no quería presionarte y creí que para ti sería más fácil así, quería hacerte ver que pase lo que pase entre nosotros, seguimos siendo amigos, pero está claro que me equivoqué, a veces no sé cómo debo comportarme contigo. Creo que el único error que hemos cometido ha sido no hablar de esto antes.

    Le miré a los ojos, hasta ahora no había podido hacerlo, y es que en el fondo sabía que me estaba equivocando.

    -Me he comportado como una auténtica imbécil y me siento fatal por las cosas que te he dicho. Lo siento, y quiero que sepas que no me arrepiento de nada de lo que pasó esa noche, es verdad que el alcohol me ayudó un poco a quitarme la vergüenza, pero dije que sí porque era lo que quería.

    Marcos se sentó junto a mí, parecía estar un poco más relajado.

    -Hace un minuto estaba tan enfadado que he estado a punto de largarme de aquí, no puedes seguir haciendo esto, tienes que confiar en mí, si alguna vez dudas, si algo te molesta, si necesitas hablar conmigo, hazlo. Porque será la única manera en que esto pueda funcionar.

    Tenía razón, su comportamiento me había descolocado un poco pero en vez de hablar con él, hice lo que hacía siempre, ponerme en lo peor.

    -Tenemos que hablar de esto, tenemos que dejar claro lo que queremos y lo que esperamos uno del otro a partir de ahora, y hasta que no lo hagamos no volverá a pasar nada entre nosotros, esta no es la relación que quiero tener contigo- dijo.

    Acordamos dejar que pasaran los días de fiesta, y después quedaríamos una tarde y hablaríamos de todo aquello estando más tranquilos.

    -¿Eso es lo que creo?- dijo Marcos mirando hacia el tocadiscos.
    -Si, mi madre me lo regaló en Navidad.
    -¿Puedes poner la canción de la que me hablaste el otro día? No quiero irme de aquí con la sensación de haber discutido contigo, prefiero llevarme un buen recuerdo cuando me vaya.

    Puse el disco de los Four Seasons y me quedé junto al tocadiscos, Marcos se levantó y se acercó a mí, abrazándome con fuerza.
    Acaricié su mejilla y él sonrió.

    -Por muchas ganas que tenga de hacerlo ahora, no pienso volver a besarte si no es porque tú me lo pides.
    -Eso es chantaje, o tortura- bromeé.
    -No, sabes lo que yo quiero, si tú quieres algo de mí tendrás que pedirlo, así es como funciona a partir de ahora.
    -Es justo, aunque… no te he pedido que me abraces y lo has hecho igualmente.
    -Porque lo necesitaba ¿Quieres que deje de hacerlo?
    -No, yo también lo necesitaba.

    Marcos tenía que irse, había quedado con su padre para ayudarle a cargar las cámaras del bar antes de cerrar, así que le acompañé hasta la puerta.

    -Mañana no nos veremos, supongo que debería despedirme de tí hasta el año que viene- dijo.
    -Siento que haya sido así, esta no es buena forma de terminar el año.
    -Me quedo con el abrazo, prefiero recordar lo bueno, además aún puede mejorar, solo tienes que pedirlo.

    Tenía delante de mí todo lo que quería y solo tenía que pronunciar una palabra:

    -Bésame- dije.

    Playlist Spotify Marcos y Lucía


    Responder
    Moetsi
    Invitado
    Pay
    Invitado
    Pay on #200915

    ??????????????

    Responder
    [email protected]
    Participante
    [email protected] on #200923

    Te he descubierto esta noche y no he podido parar de leer hasta acabar con todos los capítulos, y si tuviéramos más seguiría leyendo. Me encanta, es tan real lo que cuentas, haces que pueda sentir todos los sentimientos que afloran dentro de Lucía como si fueran míos propios.

    Sigue escribiendo por favor.

    Responder
    LaChilena
    Invitado
    LaChilena on #200932

    Ay Dios!
    Valio la pena esperar un día más…que pedazo de capitulo!

    #YoQuieroUnMarcosEnMiVida

    Responder
    Científica empedernida
    Invitado
    Científica empedernida on #200972

    Me ha gustado mucho, Moetsi!
    Se ve que a Lucía le cuesta superar sus miedos, como a muchas de nosotras, pero que poco a poco va consiguiendo sus logros. Marcos es muy paciente…parece perfecto!
    Gracias por hacernos protagonistas de la historia

    Responder
    ladychic
    Invitado
    ladychic on #201007

    primero fue Disney con sus príncipes, despues Pretty Woman con Richard Gere y ahora tu, Moetsi, creándonos ansia viva por Marcos…es tan bonito perderse en tus historias, me encantan! muchas gracias por compartirlas con nosotr@s.

    Responder
    Moetsi
    Invitado
    Moetsi on #201025

    Jajaja no es mi intención que Marcos parezca un príncipe Disney, aunque pueda parecerlo… pero ya sabeis que en mis relatos, lo que hoy es perfecto, mañana puede dejar de serlo :P
    Eso sí, me gusta que os guste ;)
    ¡Gracias chicas por vuestros comentarios!

    Responder
WeLoversize no se hace responsable de las opiniones vertidas en esta web por colaboradores y usuarios del foro.
Las imágenes utilizadas para ilustrar los temas del foro pertenecen a un banco de fotos de pago y en ningún caso corresponden a los protagonistas de las historias.

Viendo 8 entradas - de la 1 a la 8 (de un total de 8)
Respuesta a: Marcos y Lucía: capítulo 7
Tu información: