He sido madre en plena pandemia mundial, en medio de un estado de alarma, sin que mi hijo pudiera conocer a su familia y que muchas personas que nos quieren no puedan ni accercarse a él. Hemos estado en un hospital desierto, con miedo en los pasillos, con personal con epis reutilizados que ni los protegen a ellos ni a los pacientes. He empujado con la mascarilla puesta, casi sin poder ver a mi niño cuando me lo pusieron en el pecho. Pero hoy no vengo aquí a hablaros ni de como ser madre en estos tiempos ni de como está la sanidad. Vengo aquí a hablar de algo real: los sabelotodo.
Todas las que sois madre, o las que estáis a punto de serlo sabéis a que me refiero, esas personas que sin ser madres, ni sanitarios, ni personal que pueda saber un mínimo sobre crianza te dice exactamente cada paso que tienes que dar, como tienes hasta que limpiarle las babas a un ser que ha salido de dentro de ti. Voy a ir un paso más allá, hoy voy a ser yo la que critique a esos que nos critican por una simple razón, porque son unos hipócritas.
Para eso os voy a contar un poco mi historia. Todo el mundo sabe que eso de dormir como un bebé es un mito. Yo me pasé los dos primeros meses despertándome cada 2h, cogiendo al niño de la minicuna, dándole el pecho, esperando a que se durmiera para volver a meterlo en su rinconcito y rezando para que no se despertara. Un día lo puse a mi lado y le di de comer acostada, me quedé dormida y, milagrosamente, el durmió mejor que nunca. A partir de ese día decidimos que lo mejor para todos era el colecho seguro. Pero, ¿cual fue nuestra sorpresa cuando lo contamos a amigos y famila? Que todo el mundo decía que estabamos locos, que lo estábamos malacostumbrando, que ya debería dormir solo en su cuarto.
Ahora que hemos llegado hasta aquí y ya cada una de vosotras tenéis en vuestra cabeza un juicio sobre mi os pregunto: ¿Por qué si estáis en pareja no dormís en camas separadas? ¿Es que os habéis malacostumbrado? Las que defendáis el colecho me entenderéis al hacer estas preguntas.
Sin embargo hay algo que todavía me inquieta más. Yo adoro a los animales, tenía un gato que dormía y se levantaba con nosotros todos los días, era como nuestro pequeño (y que falta me hizó las primeras noches que ya no estaba). Como yo, mucha gente tiene gatos, perros e incluso conejos que sorprendentemente hacen colecho con sus dueños. Con esto os vuelvo a preguntar: ¿Por qué vosotros si podéis dormir con vuestras mascotas pero mi hijo tiene que dormir solo? Esa es la hipocresía de la gente que os quería mostrar. Las mascotas no pueden estar solas porque lloran, pero los niños, que son cachorros humanos, tienen que acostumbrarse a ser independientes. No me imagino a una perra diciendole a sus cachorros –“vosotros dormís junto a aquel arbol, que tenéis que ser independientes.”
Gracias por leer hasta aquí.