Hace poco dejé a mi pareja y ahora mismo no sé ni cómo me siento.
Vivimos una relación que empezó siendo bonita. Mucho amor, pasión, comprensión (cosas que necesitaba y más después de experiencias anteriores).
Estuvimos juntos 4 años y vivimos juntos tres.
Yo empecé esa relación con muchísima ilusión y emoción. Juro que de verdad pensé que había encontrado a la persona con la que compartir mi vida, que me ayudase y apoyase en los malos momentos, con quién compartir todas mis alegrías.
En ese momento yo era feliz. Tenía un trabajo que adoraba, mi autoestima estaba bastante alta y subiendo, tenía ganas e ilusión por avanzar con mi vida…. Aunque todo eso fue cambiando tan poco a poco, que cuando me di cuenta ya estaba en un pozo enorme del que casi no tenía fuerzas para salir.
Como imaginaréis, la relación no fue tan buena y bonita como esperaba.
Él tenía una historia bastante complicada a sus espaldas, la cual yo entendí e intenté apoyarle en todo lo posible. Ambos nos sinceramos sobre nuestro pasado, inseguridades, planes de futuro, miedos, deseos…. Muy rápido, o eso pensaba yo.
Creo que el que me contaste que su ex le puso una denuncia por violencia de género debía haberme hecho saltar las alarmas.
Ahora veo que había muchísima mentira y manipulación. Que la persona que él decía ser, simplemente era quien deseaba ser.
Cuando empezamos a vivir juntos dejó de trabajar, por lo que económicamente me encargue durante casi todo el tiempo yo sola de todo. Yo no entendía como una persona que se vendía como trabajadora podía estar tanto tiempo sin trabajo (y no porque no le saliera, simplemente porque no buscaba). Empezó a fumar porros en grandes cantidades y se pasaba los días jugando a videojuegos o con el móvil. Era una situación desesperante, sobretodo cuando yo iba peor económicamente y él no parecía preocuparse de que no llegásemos a final de mes.
Fui descubriendo poco a poco mentiras que decía de su pasado o de lo que hacía (decir q buscaba trabajo y no hacerlo, fumar a escondidas…)
Discutimos muchísimo…pero después venia esa etapa de «luna de miel», donde me prometía tantas cosas…volver a ser quien me había mostrado una vez, actuar, no ser tan egoísta. Ahí siempre me decía lo mucho que me quería, lo imprescindible que era para él, que no podía dejarme escapar porque era maravillosa, que él era asi por culpa de su familia desestructurada. Me hacía sentir especial. Me repetía que estaba conmigo pese a todo, sin importar mi físico (algo que en ese momento me parecía bonito que lo dijera y ahora sólo veo que me generó una dependencia absoluta al hacerme creer que por mi físico no podría encontrar a nadie).
El tiempo pasaba y la situación iba a peor. No hacía nada en casa, no me ayudaba, me culpaba de todos sus males. Seguía sin apenas trabajar. Yo por mi lado, estaba cada vez más agobiada y deprimida. Apenas dormía y los ataques de ansiedad eran bastante comunes. Y me veía cada vez más inestable.
Las discusiones eran más frecuentes y cada vez con más gritos. En algunas yo llegué a pasar auténtico miedo por si me hacía algo. En una ocasión hasta lanzó un mando contra mí, pero por suerte no me dio.
Yo veía que no podía seguir con él, que hacía tiempo que apenas me aportaba. Yo me sentía fatal porque sabía (y se encargaba de recordármelo) que si le dejaba el se quedaba sin nada. Sin familia, sin techo, sin recursos. Le di tiempo y demasiadas llamadas de atención para que cambiase y empezase a moverse, pero de poco sirvió. No podía seguir aferrándome a algunos momentos muy buenos en nuestra montaña rusa particular.
Cuando llevábamos un año y medio viviendo juntos intenté dejar la relación. Él se «intentó» suicidar.
Si, con comillas. Dudo sinceramente que lo intentase o fuese su intención. No creo que alguien con intención de acabar con su vida porque no puede más se tome unas cuantas pastillas y busque a su pareja para decirle «me he tomado pastillas, ahora quiero que me dejes morir en paz, no llames a la ambulancia» mientras se sienta a su lado .
Bueno, después de eso yo quería dejarle…pero en el fondo había una mezcla de lástima por su situación y miedo por si volvía a intentar suicidarse y está vez se le iba de las manos. Siempre que salía el tema de dejar la relación el daba a entender que lo haría, así que tenía bastante miedo en ese sentido.
Pero tras mucho tiempo, por fin me atreví y di ese paso. No di marcha atrás y acabé con esa relación que a mí solamente me estaba quitando la vida poco a poco.
Esto se tradujo en otro intento fallido suyo de suicidio, mudanza en un día, visitas a la guardia civil y una denuncia por maltrato psicológico que no estaba muy segura si poner.
Creo que fueron dos de las peores semanas de mi vida.
Mi nivel de estrés y ansiedad eran incalculables.
Había pasado de tener mi casa, trabajo, pareja a no tener nada en unos días.
Ahora mismo me siento algo perdida. He vuelto a casa de mis padres (que me quieren y cuidan de mi muchísimo).
Estoy cabreada con mi ex al darme cuenta de cómo me trató, hasta el punto que dudo si realmente me quiso o si simplemente estar conmigo fue una oportunidad de vivir bien. Dudo de si me quiso o se aprovechó de mi.
Estoy triste por cómo acabó todo.
Estoy cabreada conmigo misma porque una parte de mi sigue queriendo a esa persona y a veces le echo de menos. Y esa sensación hace que me sienta mal conmigo misma.
Estoy agobiada por haber vuelto a casa y sentirme desubicada.
Estoy aliviada porque se que he tomado la decisión correcta.
Estoy tranquila porque ahora puedo pensar en mí y en mi futuro.
Ahora mismo realmente pienso que no voy a volver a encontrar a alguien con quien estar.
Espero que con tiempo y terapia pueda avanzar, pasar página y seguir con mi vida normal.