Cuando mi ahijada era pequeña la pillé in fraganti sacándose un moco y mirándolo con regocijo. Le dije que se limpiara, que eso no se hacía, su respuesta aún la recuerdo “SÓLO ES UN MOCO. TU TAMBIÉN TIENES”. Y no pude rebatirle, porque tenía razón.

Lo que quiero deciros con esto es que aunque lo niegues: TÚ TAMBIÉN HACES ESTAS COSAS CUANDO NADIE TE MIRA.

1.- Ayer vi un vídeo en el IG de Instyle de la actriz Allison Janney (conocida por la serie Mom), en el cual va caminando hacia el ascensor y se saca la ropa interior del medio de las cachas. ESTA MUJER ME REPRESENTA MUCHO. MUCHÍSIMO. ¿Quién no ha sufrido por bragas/tangas asesinos? Que parecemos espías, acechando momentos sin gente en los que aprovechar y sacarnos la braga “rechumía” del culo.

https://www.instagram.com/p/BsUXNbYnmT8/

2.- Misma dinámica: SUBIRNOS LAS MEDIAS. Odio las medias, me parecen un invento de Satán. Además da igual que las coja altísimas o use la técnica de la doble braga (sabes de lo que hablo), eso se escurre. Así que es subirme a un ascensor, comprobar que no tenga cámara Y ZASCA: vestido al cielo ya  tirar de las medias saltando.

3.- Olerte el sobaquillo de soslayo. Así como disimulando. Porque llevas un día largo y temes que un olorcillo te delate. O porque sí. Porque yo sé perfectamente cuando huelo a choto, pero aun así a veces necesito cerciorarme de que aún huelo a limpio.

4.- Quitarte el sujetador o los calcetines y rascarte con juguillo la marca que han dejado. Pero nivel emitir gruñiditos de placer y casi llevar a salivar. Qué gozada.

5.- Caminar descalza, como consecuencia de haber perdido la batalla con unos zapatos. Las causas son diversas: te hacen daño unos zapatos nuevos, te ha hinchado el pié y te ha hecho ampolla, te duelen después de 5 horas sobre tacones… y ¡oh megde! (que diría @LuciaBe) no has metido calzado de repuesto (las míticas Merceditas, cuantas noches han salvado). Así que fruto de la desesperación y con un nivel alto de “melasudatodo”, te pones a caminar descalza por la calle, pero miras un poquito hacia el suelo, no vaya a ser.

6.- Echarte el aliento en la mano para comprobar si te huele bien la boca. Y si has comido ali-oli o algo así fuertecito, el gesto se repite mucho. Y añado, si has comido algo que te repite: te cascas un chicle, que así si eructas al menos disimula un poco el “he comido pollo al ajillo”.

7.- Estar en un centro comercial/tienda/caminando por la calle y soltarte un chusco. A ver, algún pedillo flojeras en público se lo ha tirado hasta el Rey, pero fijo. Porque estás en la calle, vas a ver un escaparate, al Zara, vas al Super y oye “rasca”. Y mientras no sea oloroso, aquí no pasa nada.

Así que os digo, con mirada cómplice: que, todo esto, YO TAMBIÉN LO HAGO.