Es bien sabido por todos que existe cierta atracción sexual con personas “prohibidas”. Ejemplo, alguien superior a ti en el trabajo, el amigo de tu novio o incluso, tu profesor. Y chicas, hacedme caso, nunca te enrolles con tu profesor.

Sí, al principio todo es morboso y sexy, esa sensación de que está prohibido pero amos os sentís atraídos sexualmente. Es excitante y algo increíble si es recíproco, pero queridas, ES VUESTRO PROFESOR, os recuerdo que como algo salga mal y sea un imbécil puede suspenderos sin motivo o poneros menos nota.

No estoy hablando de hacer cosas que una no quiera, no, ni mucho menos, me refiero a enrollarse y que uno de los dos decida no seguir con la relación o que uno de los dos sienta algo mucho más fuerte por el otro.

En una situación normal no pasaría nada, os dejáis de ver y listo, pero siendo el profesor, tienes que verlo todos los días en clase y es algo incómodo.

Recuerdo que cuando estaba en la universidad, me encantaba mi profesor de “Medios de comunicación y plataformas digitales” y poco a poco me fui dando cuenta de que yo a él también. Empezamos a hablar más después de clases, nos dimos los números y comenzamos a tontear por Whatsapp. 

Eso se convirtió en quedadas para tomar unas cervecitas y de ahí pasamos a algo más íntimo. Los primeros meses fue excitante pero hablamos seriamente sobre lo que queríamos y ambos coincidimos que no deberíamos seguir con esa relación.

Si le pillaban podrían despedirle y si me pillaban a mi me caería una buena. Además, los dos queríamos una relación seria pero la verdad es que no coincidíamos en nada ni teníamos gustos en común, por lo que lo más lógico fue dejarlo. Lo malo es que desde ese momento sucedieron una serie de catastróficas desdichas. ¡Nunca te enrolles con tu profesor!

Llegar tarde a clase y que no te quiera decir nada por cariño pero que tus compañeros se den cuenta, que le veas hablar con otra y te sientas rara, o simplemente que habláis de algo de la asignatura y, como estáis solos y es la costumbre, si entra alguien os poneis raros como si estuvierais haciendo algo malo.

Era divertido porque ya no teníamos nada pero también incómodo porque teníamos que vernos todos los días. Si a ti te gustaba alguien de clase él iba a saberlo y si él salía con alguna profesora, todos nos enterábamos.

Nunca llegó a suspenderme ni a ponerme menos nota pero sí que me preguntaba tras cada examen, “¿será un cabronazo y yo no me he dado cuenta y me bajará la nota?” la duda siempre estaba.

Os lo recomiendo girls, ni la relación más bonita y sana posible puede aguantar el verse todos los días y seguir con vuestra vida como si nada. Esto no es “Cómo conocí a vuestra madre” donde los ex se ven siempre y salen todos juntos. Queridas, esto es la vida real y cuando se trata de las notas de la universidad o de un trabajo, piensa primero en ti misma antes que en los demás y nunca te enrolles con tu profesor.

 

Anónimo