Ya lo dice la canción: ‘Tres cosas hay en la vida. Salud, dinero y amor. Y el que tenga las tres cosas, que le de gracias a Dios’.

Puede ser una de las frases más ciertas de la historia, ¿a que sí?

La verdad es que Dios, el Destino, el Universo, la Vida o quien sea el responsable, es caprichoso, tiene un sentido del humor bastante perverso y suele ser complicado que te bendiga con esas tres cosas simultáneamente y de forma sostenida en el tiempo.

El amor romántico, por ejemplo, viene y va.

A veces llega de pronto, sin avisar, nos llena el cuerpo de mariposas e ilusiones, nos hace caminar un palmo sobre el suelo y vivir en un perpetuo arcoíris de piruletas y algodón de azúcar.

En otras ocasiones se presenta de forma sutil, con calma. Casi no te das cuenta hasta que ya es demasiado tarde incluso para reaccionar y ya no tienes nada que hacer, si es que fuese posible huir de él.

Algunos amores se nos escapan, desaparecen de un momento para otro, dejándonos hundidos y con síndrome de abstinencia.

Pero otros se quedan y van cambiando, madurando y creciendo con nosotros, que es lo que ocurre con el amor en las relaciones duraderas.

Es un amor diferente al de los inicios, pero no por ello es peor ni menos bonito y gratificante, pues las relaciones largas, siempre que sean sanas y estén fundadas en el amor, el cariño y el respeto mutuo, pueden ser una sólida base para el bienestar y la felicidad de las personas.

 

Sobre este último tipo de amor, veamos algunas de las ventajas de llevar más de diez años con tu pareja:

 

  • UN PROYECTO COMÚN. Las parejas estables y duraderas suelen tener un proyecto común, ciertas metas vitales que lograr juntos. Y luchar unidos, codo con codo para alcanzar esas metas que ambos se han marcado, no solo alivia la carga, sino que también facilita la consecución de estas e incluso de las metas individuales de cada uno de los miembros de la pareja.

 

  • TRANQUILIDAD. Contar con un compañero o compañera estable y duradero sabiendo que puedes confiar, que está ahí contigo, en las duras y las maduras, aporta serenidad y felicidad. Es tu refugio, tu lugar seguro, tal y como tú lo eres también para tu pareja.

 

  • ESTABILIDAD. En un mundo en el que nada es estable, todo gira, se mueve y cambia, tener un puerto seguro, aunque solo sea en el terreno del amor, te da paz en muchos otros sentidos. No es una cuestión meramente emocional, que por supuesto es la principal. Es que una relación larga y sólida ayuda hasta en el terreno económico, ya que siempre es más fácil alcanzar la estabilidad financiera entre dos que uno solito, por mal que esto pueda sonar.
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  • CONFIANZA. Cuando llevas determinado tiempo con la misma persona la confianza se hace fuerte entre los dos. No me refiero a mear mientras el otro se ducha ni a echarse un pedo levantando la pierna si tienes ganas, que también, porque ya se sabe que la confianza da asco y yo no me fío de las parejas que no cagan con la puerta abierta. Hablo de poder ser tú misma al 100 %, sin artificios, sin vergüenza, sin convencionalismos… De ser libre para sentir, decir y hacer lo que quieras y cuando quieras sin ningún tipo de temor.

 

  • FAMILIA Y AMISTADES. Después de tantos años si te queda algún familiar por conocer es porque no se hablan desde hace décadas y es poco probable que lo vuelvan a hacer. Las reuniones familiares en su casa han dejado de imponerte hace mucho, y eso es un peso menos en la espalda. Y en cuanto a las amistades, la gran mayoría de vuestros amigos ya son amigos comunes. De los que no se han llegado a integrar en ese grupo compartido, pues con algunos tendrás más relación y con otros menos. Pero no hay sorpresas ni ‘dime con quién andas y te diré quién eres’. Sabes de sobra con quién se mueve y, sobre todo, cómo es.

 

  • SEXO SIN COMPLEJOS. Puede que la pasión del principio apenas sea un recuerdo en las relaciones maduras, pero el sexo en las parejas que llevan tiempo juntas no está exento de ventajas. Una vez alcanzas cierto nivel de confianza normalmente se reduce también el espacio para los complejos, los miedos, las vergüenzas y la timidez. Por otro lado, cuando llevas años haciéndolo con la misma persona, ambos conocéis los gustos, preferencias y formas de disfrutar del otro. Y, como hay confianza, si no funciona o si apetece probar algo nuevo, pues se dice y punto.

 

  • COMPLICIDAD. La complicidad que tienes con tu pareja cuando os conocéis tan, pero tan bien, es de las cosas más bonitas de este tipo de relaciones. Insisto, siempre y cuando lo que tengas sea una relación sana basada en el respeto y el amor mutuo. La mayor parte del tiempo no hará falta ni hablar. En público bastará con un gesto, un movimiento de cabeza, un ceño ligeramente fruncido, para saber qué quiere, necesita o está pensando. En casa será suficiente con un gruñido, un chasquido de lengua o una mirada para entender cosas que a otros les llevaría horas comprender.

 

¿Estás de acuerdo?

¿Más ventajas de llevar mucho tiempo con tu pareja?

 

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