Vivimos en una sociedad predominantemente consumista, para todos los aspectos que nos rodea, siempre parece que necesitamos más y si puede ser mejor que lo anterior, ¡mejor! Qué ocurre con esto, pues que es bastante difícil que nos conformemos con lo que tenemos, hemos aprendido a disfrutar las cosas de una forma muy efímera y a cambiarlas a menos de nada.

Las relaciones son las grandes afectadas por este tipo de pensamiento, ya que tendemos a pensar que esto solo afecta a nuestra forma de comprar y consumir, pero amigas mías os diré que vivimos en una era donde se consumen personas también.

No te escandalices al leer esto porque es una verdad como un templo. Hoy en día hasta podemos elegir personas casi por catálogo, todas estas app para ligar al final es un poco lo que son: un catálogo de personas listos y preparados para ser consumidos en cualquier momento.

 

Y claro está, esto es muy práctico, las cosas como son. Te ayudan a conocer gente, no da tanto corte y es mucho más sencillo ligar. Al final casi todas las redes sociales han ayudado a que ligar sea más sencillo, ya que el cara a cara puede costar más, de esta forma estas detrás de tu móvil y eso pues ayuda.

Pero detrás de todo este tipo de formas de relacionarnos al final se dan otras conductas que a mí personalmente me preocupa un poco. Y es el hecho de que parece que una vez que encuentras a una persona con la que estás bien y a gusto, hay como una sensación que te dice ¿no me estaré perdiendo algo mejor?

 

Al final estamos desarrollando como un “miedo” a la exclusividad, porque además eso implica ¡dejar de follar con otras personas!

La hipersexualidad es otra consecuencia de este consumismo, ahora el que no folla mucho y con muchas personas es poco menos que un pringado y se está perdiendo lo mejor de la vida y esto necesariamente no tiene por qué ser así.

Una cosa es que tú vivas tu sexualidad como a ti te de la gana, y otra cosa muy distinta es que te la impongan, es decir, que sientas que tienes que hacerlo ciertas veces con determinadas personas para saber lo que es bueno, y que si solo has estado con dos o tres personas, ¡no sabes lo que te estás perdiendo!

Entonces imagínate vivir en una sociedad donde el continuo mensaje que nos mandan es ese, consume, consume mucho, da igual que sean personas, o que impliquen actos de intimidad, tu hazlo que cuanto más será mejor.

Y luego pasa lo que pasa, que encontramos a una persona con la que nos sentimos a gusto y felices, encajamos, tenemos buen sexo y un largo etc. de cosas que te compensan, pero una parte de ti no puede parar de pensar si será o no el adecuado y si realmente no te vas a perder algo más.

Esto al final también está muy ligado con nuestra autoestima aunque no nos demos ni cuenta de ello. Cuantas más personas quieran estar conmigo muchas veces se asume como un “valor añadido” que yo tengo, y si por el contrario poca gente muestra ese interés en mi, puedo atribuirlo a que no soy suficiente o no soy deseable.

Y es muy importante no perder este tipo de conceptos de vista, y hacer un análisis personal, de si realmente estas con las personas por que te apetece o porque te dan algo que en el fondo te hacen sentir mejor contigo mismo.

Es aquí donde tenemos el gran inconveniente, y con esto no quiero decir que todas las personas que mantienen relaciones de forma esporádica o con más de una pareja sexual tengan problemas de autoestima ojo que no es eso, pero sí que una gran parte se aventura en las relaciones sin quererse bien a sí mismos y luego vienen los problemas.

Ahora parece que la exclusividad con una persona es casi una fantasía o que es algo que aparece ya en una parte muy concreta de la vida, que antes tienes que “disfrutarla” a tope, que luego te vas a arrepentir…

Y esto no es ni bueno ni malo, es una gran MENTIRA, se puede amar o estar muy feliz con alguien casi en cualquier momento de la vida, y que si esa persona te hace feliz (recordando que tu felicidad depende de más cosas a parte de una pareja) pues ya está, no pienses que te estás perdiendo algo mejor, porque no tiene por qué ser cierto.

Dejemos de consumirnos unos a otros sin cabeza y sentido, parémonos un momento a pensar en nosotros mismos, en lo que queremos en lo que nos apetece y ya a partir de ahí toma las decisiones oportunas para tu vida,  pero siempre desde el conocimiento.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de pareja

correo: [email protected]    instagram; @aidavallesconsulta_