Tindercito de mi vida y mi corazón, qué bonito que nos volvemos a encontrar y cuánto has cambiado desde la última vez. Qué cantidad de nuevas opciones y perfiles diseñados probablemente por un SEO. Voy a tener que apuntarme a un cursillo en el centro cultural de mi barrio, desde la pandemia y mi ruptura, el estado de pesca es lamentable.
Comienzo mi estudio de mercado, y veo que lo que no ha cambiado es el elevado número de surfistas (ojo cuidao que he visto un perfil de un chico posando con una tabla Y LA ISLA DE BENIDORM DETRÁS), escaladores, voluntarios en África o Asia, snowboarders y CEOs. A ellos, se les han unidos los foodies, los senderistas y padres de hijos de 4 patas. También salen muchos fotógrafos, no sé si será por el simple hecho de que tienen IG, o si será de verdad. Y las furgonetas, qué decir de las furgonetas. Si es cierto que 7/10 usuarios de Tinder tienen una furgoneta camperizada, el próximo verano los parkings de las playas van a parecerse más al de la Fabrik en una GOA.
Los hay tan atrevidos, que garantizan que sus croquetas son mejores que las de tu madre, valiente descaro, como si no supiéramos todos que, cómo las croquetas de una madre, no las hay. Eso sí que es un no tener abuela, y lo demás tontería, a mi o me vienes con un tupper para que haga la degustación antes de dar like o no, o te puedes ir con las croquetas a otra parte. Que esto es algo serio, y no se dan cuenta que, a grandes males, croquetas.
Y qué decir de los barcos, como es posible que, en Madrid Capital, y a seis kilómetros a la redonda, haya tantos hombres subidos en barcos. ¿Cómo-es-esto-posible?? ¿Qué los tienen, en Madrid Río atracados? ¿En el lago de Casa de Campo? Yo tengo más bien la creencia, que asaltan barcos durante sus vacaciones para hacer el shooting al más puro estilo del anuncio de Dolce&Gabanna y adiós muy buenas. Pero una cosa, si los barcos son en propiedad, ya lo dijo Noemí Argüelles: “Si eres lista, Tinder da dinero”
Parece ser que está de moda poner iconos que te describen en la BIO, y esto, amigas, es una auténtica experiencia egipcia de descifrar un enigma. Pereza supina achicar los ojos para enfocar bien y ver qué es cada cosa. Al segundo intento, veo que muchos de esos iconos se repiten en la mayoría de los perfiles: el icono del surfista, el de la bandera del país de procedencia, aunque sea de aquí, el de “no fumar”, el que levanta pesas y/corre, iconos de aviones y maletas, bicis…. Un no parar, yo de verdad no entiendo de dónde saca la gente el tiempo, porque a mí a veces no me da ni para pensar qué me voy a poner cuando ya no se lleve el chándal.
Lo que sí, estoy conociendo un montón de música nueva con esto de que se puede conectar el Spotify, parece ser que la gente escucha cosas súper guays y los clásicos de ayer, de hoy y de siempre. Eso me lleva a pensar que, si todos escuchan esa música, no entiendo por qué carajo sólo ponen el reguetón trapero en los bares.
Sois todos más falsos que los gemidos en una porno, de verdad os lo digo. Porque luego todos pidiendo chicas “normales”, sin filtros, sin flipadas. Con naturalidad y sin maquillaje ni poses. Yo me pregunto, ¿pero usteh se han visto?