A ver, gentes del mundo, ¿podéis asimilar de una jodida vez que las personas como yo existimos? Bueno, y que además ¡No somos pocos!

Yo entiendo que os pirran el chocolate, las tartas y todo lo que tiene que ver con el dulce. Pero si yo he llegado a comprender esto, creo que no es tan difícil hacer el ejercicio contrario. 

Estoy harta. Harta de ir con mis amigos de viaje y que se extrañen cuando mi plato dulce del bufet es inexistente. Harta de que en las comedias románticas siempre que la chica está triste se le regale chocolate o se le lleve a comer helado. Harta de que el concepto de postre vaya ligado al de dulce y que las tartas de cumpleaños sean siempre de chocolate y nunca de limón.

Recuerdo un viaje reciente a Francia en el que finalmente tuve que asimilar que, si no quería recorrer 10 cafeterías cada mañana, tendría que ceder y acabar desayunando su “pain au chocolat” cada día.

No sé cuántas veces he tenido que responder a la cara de incredulidad de las personas cuando se han enterado de que no me gusta el helado de chocolate. Y no, si es con pepitas tampoco. 

La vida es más fácil si eres fan del dulce. Solo hay que ver que lo monas que son las bakery shops, con sus tarros de galletas y sus vitrinas llenas de muffins, cannolis, ensaimadas, napolitanas, hermosas tartas… y en una esquinita, relegados al último rincón, un plato con 4 mini bocadillos salados. ¡Pues yo quiero mi vitrina de salado, entera, como la tienen los demás con sus mil opciones para merendar!

Porque ¿alguien le preguntó a Bridget Jones si, entre cigarro y cigarro, le apetecía más un plato de macarrones con tomate o un bocadillo de jamón en vez de su famosa tarrina de helado?  No tengo pruebas, pero tampoco dudas de que no.

Así que ya sabéis, dejad de poner cara extraña si en vez de unas tortitas chorreando nata y chocolate prefiero pedirme una tostada con salmón. Y sobre todo, si me veis triste, de bajón o si tengo la regla y queréis consolarme, dadme un buen plato de macarrones con queso, invitadme a cenar pizza o a ver una peli con palomitas (saladas, of course).

Y sobre todo empezad a ver el lado positivo de tener amigas como yo. Al fin y al cabo, siempre que nos vayamos de cena podrás comerte mi parte del postre. 

@maripluff