Llegas a una fiesta, al rato llega él y empiezan las miradas y los cuchicheos. Se ve que hay cercanía entre vosotros, que obviamente sois algo más que amigos, pero la curiosidad del ambiente no cesa. Llegas a escuchar a dos detrás de ti que preguntan en bajito: ‘¿pero esos dos son pareja?’  y empiezas a asumir la incapacidad de la sociedad para aceptar que tú, con tu talla 46 y tu cara bonita puedas tener a tu lado a un maromo alto, delgado, guapo y con barba de tres días. Al maromo que todos ellos querrían tener y que con sus cuerpos moldeados de gimnasio no han conseguido. Así que antes de asumirlo darán por hecho que es tu hermano flaco, tu vecino del quinto o hasta tu amigo gay. Esto es así.

rae finn mad fat diary

Entiendo que se produce una especie de frustración en los individuos y la rabia aflora. Ellos que han dejado tantas veces el postre sin probar en el plato o que pasan sus horas libres (y no tan libres) en el gimnasio creen merecer un novio más atractivo que la gordita de turno. ¿Por qué? Pues en sus cabezas supongo que porque tú no te has esforzado, te has abandonado y has renunciado a entrar dentro de la guerra que supone la competición de ‘encontrar un macho’. Su venganza consiste en hacer que te sientas mal, en miradas de sorpresa y cuidado, alguna mujer llega a sentirse con derecho de meterle fichas a tu acompañante en tu cara.

Ojo, para ser ese tío buenorro hace falta algo más que un físico bonito. Para ser el que aguanta las miradas y comentarios hay que tener personalidad y seguridad (al final conceptos mucho más interesantes que su cara de guapo) y que te importe lo que tienes al lado por encima de lo que opinen los demás. Esto, como bien sabemos es rara avis (en guapos y no tan guapos), pero permitidme decir que es lógico que cuando encontremos a uno no lo soltemos.

finn rae mad fat

Todos hemos prejuzgado en una primera impresión, todos hemos hecho cálculos mentales y llegado a la conclusión de que ‘él es más guapo que ella’ o viceversa, la diferencia es que yo no tengo la necesidad de hacérselo saber a los protagonistas y que quizás por mi propia experiencia sé que lo que a mi me resulta atractivo a otros puede parecerles horrible. Y os aseguro una cosa, independientemente de que a un chico le guste o no la carne extra en una mujer, lo que les engancha es que alguien fuera del canon se sienta igual de guapa que las que sí lo están. Que a pesar de que nunca hayas sido la tía buena de la pandilla, tengas una personalidad con chispa y un carisma que hace sombra a tetas de silicona y vientres planos. Parece el tópico entre los tópicos pero realmente es así.

A veces todo esto es más duro de lo que parece. Las miradas se te clavan, los comentarios te hacen sentir pequeña y las comparaciones te quitan las ganas de salir. Lo importante es que la persona que está a tu lado, sea guapa o no tan guapa, te haga olvidar todo eso y sentir que con kilos o sin ellos, no hay nadie como tú.

Que los kilos no te hagan conformarte con algo que no es suficiente para ti. Mereces lo que te gusta, y si es delgado, bajito, peludo o le falta un ojo es cosa tuya y de tus gustos. No dejes de aspirar a tener a tu lado a alguien que te encante. Yo desde luego, no pienso hacerlo.

(Las fotos son de Rae y Finn, protagonistas de My Mad Fat Diary)