Da igual si siempre has vivido en el mismo sitio o si cambias de casa más que X, todos sabemos que mudarse es un momento (aunque más bien parece un siglo) muy estresante. Tanto es así, que hasta te dan un día en el trabajo.

-“Esta vez lo haré bien”. Si no eres novato en esto de las mudanzas, seguramente recuerdas lo difícil que te resultó la última vez. Por eso,  pensando que vas a poder esquivar la misma piedra, te mentalizas y te preparas: acumulas cajas y maletas, haces limpieza, guardas y proteges, y desarrollas un sistema de organización que ya quisieran los almacenes de Amazon.

giphy

– “¿Y esto cómo ha llegado aquí?”Esta es un fase de reencuentros con aquellos objetos (y algunas pelusas) que no recordabas tener y que ya imaginabas en el “agujero de las cosas perdidas”. Pueden pasar dos cosas: o que la nostalgia te toque el corazón, o que lo tires sin piedad, pero está claro que si no lo echabas de menos, es que no lo necesitabas. Aunque te prometiste no acumular trastos inútiles, las postales, portavelas y libros de instrucciones son ineludibles.

– “Espero la llegada de mis muebles con la primera luz del quinto día”. En este punto es cuando aceptas que cambiarse de casa es principalmente esperar que alguien te visite: el instalador de la fibra óptica, el transportista de los muebles, el electricista, el de la inmobiliaria, etc. Por supuesto, nunca vendrán cuando los esperas, te avisarán de que llegan a los 5 minutos mientras tú estás en la otra punta de la ciudad, o te mantendrán en espera el tiempo suficiente para hacerte las uñas.

-“Tiene que haber una manera más fácil de hacer esto”. Si tienes a amigos o parientes que esclavizar para que te ayuden a montar muebles y otras labores de chapuzas, ha llegado la hora de canjear favores. ¿Te puedes sentir más inútil que ayudando a mover un mueble cuando entre dos es un calvario y entre tres un incordio? Si eres un veterano de las mudanzas y te has ganado tus galones, es posible que domines la llave ALLEN y el taladro, pero otros antes que tú han perecido por el camino.

giphy

– “Ha valido la pena”. ¡Felicidades, has llegado a la meta! Tras haberte peleado con seres queridos y contigo misma, haber expiado pecados rodeada de gente en Ikea y haber roto algún que otro objeto de valor, te mereces colgar algún objeto “cuqui” que te alegre el día, abrir una cerveza  con los pies sobre TU mesa, o darte un buen baño.

Después de esto, la nueva peli de Jumanji no te parecerá nada del otro mundo.

 

Elisa Vera.