Adoptar a un gato es siempre bueno. Cualquier mascota, en realidad, siempre trae alegría a la casa, y tendrás un compañero fiel. Trae una serie de responsabilidades con él, también, además de mucha caca y pís. Pero centrémonos en lo importante: son lo mejor que te pueden pasar.

¿Y si te dijera que, encima, adoptar a un gato es bueno para tu salud, concretamente tu salud mental? Y no lo digo porque sea una loca de los gatos a pesar de que falten en mi casa, que también, sino porque te traigo una serie de razones que lo confirman.

Sé que parece contradictorio, ya que los gatos a veces parecen ser malos, odiar a todo el mundo o estar hasta poseídos por Satán, pero lo digo en serio y te lo voy a mostrar.

Así que, te animo a que si estás deseando adoptar un gato pero hay alguien en tu casa que se rehúsa a ello, le muestres este post para traerlo al lado oscuro y que sea más probable que en tu casa haya un peludo más.

¡Ojo! No me hago responsable de las cosas que pueden destrozar y los cabreos que te puedan crear en el proceso.

1. Son autosuficientes

Adoro también a los perros pero, sí que es verdad que los gatos requieren un poco menos de atención en comparación. Hacen sus necesidades cuando quieren, convierten la casa en una pista de rally para hacer algo de ejercicio y en general, les molesta menos estar solos a veces e incluso les gusta. Si pasas muchas horas fuera de casa, es un plus.

2. Nos enseñan a marcar límites

No sé tú, pero yo soy una persona que tiene serios problemas en decir «no». Ya sea en el trabajo, con los amigos… en cualquier ambiente, aunque no me apetezca. Sin embargo, cuando los gatos no están bromeando, lo identificarás fácilmente e incluso se alejarán. Te pueden ayudar a comprender la importancia de marcar límites y a que se te pege a ti, que nunca viene mal.

3. Ayudan a controlar las emociones

Si eres una persona muy emocional o a la que a veces el controlar sus emociones le desborda, déjame decirte que no hay nada como acariciar rítimicamente a tu mascota para ayudar a concentrarte y relajar tu respiración. Además, a veces parece que intuyen tus emociones y saben cuando estás mal. Hacen que se te olvide que te tenía mal en primer lugar.

4. Los ronroneos sanan

Parece que lo digo de coña, pero no es nada más que la verdad. Los ronroneos gatunos tienen una frequencia como las ondas gamma que ayudan a estabilizar nuestra respiración. Ayudan a reducir la ansiedad y nuestra presión arterial. Así que no es sólo que sean adorables cuando lo hacen o que se te caiga la baba cuando los oyes, sino que, encima, te están ayudando.

5. Hacen que no te sientas sola

Ya sea porque estés lejos de tu familia, tus amigos o tu pareja, o porque pases muchas horas sola por algún motivo, con un gatete al lado de compañero nunca te sentirás sola. Aunque sea para contarle tu día, él estará allí para escucharlo (aunque no pueda entenderlo). Y, cuando tengas días que no quieras estar con nadie, ellos sabrán darte el espacio que necesitas. Usan lo de «loca de los gatos» como algo negativo cuando son lo mejor del mundo.

6. Ayudan a establecer una rutina

Puede que la palabra rutina no te haga especial ilusión, pero es cierto que puede ayudar a nuestra salud mental. Si tienes un gato, el se encargará de levantarte por las mañanas para pedirte de comer a la hora que lo acostumbres, de tal manera que no te hará falta ni despertador. Si eres despistada, se te acabaron las excusas. Y algo tan simple como tener un horario de sueño regular ayuda mucho a nuestra salud.

7. Jugar con ellos alivia el estrés

Se ha demostrado que jugar con nuestras mascotas, en general, aumentan los niveles de serotonina y dopamina. Estos dos neurotransmisores se encargan de regular los trastornos del estado del ánimo como la ansiedad y al depresión. Por ello, harán que tu vida sea un poco más fácil. ¡Y es muy divertido!

8. Nos dan un propósito

Cuando pasas por un momento en tu vida malo en el que ves todo y a ti misma de forma negativa, queriendo escapar de la rutina, no hay nada como mirar a tu peludo y ver lo querida que eres por él y lo que te necesita. El ser responsable de él puede que te de un poco de miedo al principio, pero sólo te ayudará a darte motivos para seguir adelante.

9. Mejoran el sueño

Domir es lo más importante que hay. Junto a comer, claro. Como hemos hablado antes, tener nuestras buenas dosis de sueño ayudan a la salud mental. En las encuestas, siempre gana la opción de que se duerme mejor gracias a nuestras mascotas. Y todos sabemos lo bien y mucho que duermen los gatos, los muy cabrones. Qué envidia.

10. Nos ayudan a aceptar el rechazo

Aunque suene raro, mucha gente afirma que pensar o escribir sobre sus mascotas les ayuda a aceptar el rechazo. Así que, cuando des el paso de adoptar un gato, piensa que cuando te sientas extraña o rechazada, siempre habrá alguien que te amará incondicionalmente, a pesar de todo.

11. Nos hacen más sensibles socialmente

El centrarnos en otro ser vivo y sus necesidades y olvidarnos un poco de las nuestras, nos ayuda a ser más empáticos y a percibir el mundo de una forma más sensible. Por ello, nos ayudan a ser más sensibles con el resto. ¡Para que luego digan que son desinteresados!