Aunque tengo más que desgastadas las siguientes frases que os voy a decir, siempre me gusta utilizarlas cuando quiero hablar de la importancia de ir al psicólogo:

Si te duele la espalda, vas al fisioterapeuta. Si te sale una caries o te sangran las encías, vas al dentista. Si empiezas a ver borroso, vas al óptico para que te gradúe bien las gafas. Si tienes molestias vaginales, vas al ginecólogo. Si tienes un catarro, vas al médico de familia. Entonces, ¿por qué te cuesta tanto ir al psicólogo cuando lo que está en riesgo es tu salud mental?

Soy consciente de que hay muchos motivos que nos pueden echar para atrás, el más importante el económico. También la vergüenza, las malas experiencias, la sensación de que no sirve para nada. Hoy quiero hablaros de todos estos aspectos y más.

Si tienes en mente ir al psicólogo pero todavía no te has animado a pedir cita, debes saber las siguientes cosas:

  1. Hay psicólogos con precios MUY asequibles

Entiendo que no todo el mundo tiene las mismas condiciones económicas y que algunas personas no se pueden permitir pagar 200 euros al mes (y eso es un precio asequible), aunque la salud mental lo merece.

En estos casos hay muchas opciones, más de las que crees: la seguridad social, asociaciones para personas en situación de riesgo, psicólogos que adaptan las tarifas según tu salario, asociaciones universitarias, centros para mujeres, etc.

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  1. Si has tenido una mala experiencia, no tires la toalla

Malos profesionales hay en todas partes, pero un garbanzo malo no estropea un cocido.

Si te rompes una pierna, necesitas operarte y el médico simplemente te da un ibuprofeno y te manda para casa, ¿no pides una segunda opinión? Haz lo mismo con tu salud psicológica.

Hay muchas razones para sentirte desencantado con un psicólogo. Al fin y al cabo es un trabajo que requiere una conexión profesional-paciente más íntima que en otras áreas de la salud. Puede que sus métodos no te gusten, que te haya hecho un comentario desafortunado, que tras diez o veinte sesiones sigas igual o peor, o que simplemente no sientas feeling. Díselo y pídele que te derive a otro psicólogo, o busca por tu cuenta un profesional con el que te sientas más a gusto.

  1. La psicología no es coaching, reiki ni ninguna pseudoterapia

Si tienes un trastorno psicológico o un problema serio, déjate asesorar por un profesional cualificado para tratarte. La ansiedad o la depresión no desaparecen con un par de sesiones de coaching, acupuntura, constelaciones familiares o reiki.

¿Recordáis aquel caso de una mujer que falleció por tratar un tumor de pecho con homeopatía? Pues las pseudoterapias en salud mental no matan, pero hacen mucho daño igualmente.

  1. Los psicólogos NO tratamos trastornos

Sí, sí, como lo lees. Los psicólogos NO tratamos trastornos, tratamos personas. A veces estas personas tienen un diagnóstico clínico como por ejemplo trastorno de ansiedad o trastorno depresivo, y otras veces tienen dificultades.

Hay muchas razones para pedir ayuda: problemas de autoestima, no saber gestionar una ruptura, querer aprender habilidades sociales, mejorar la forma de afrontar el estrés, controlar la ira, ser menos celoso, etc. Sea cual sea tu caso, no lo minimices.

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  1. No le restes gravedad a tu problema

Si te sientes mal, pide ayuda. A lo mejor crees (o alguien te ha dicho) que no es para tanto porque hay gente que lo está pasando peor (esta frase es egoísta y demuestra una empatía mínima, así que ojito). Cuando te suelten esos comentarios diles que sufren lo mismo el que se ahoga a 1 metro del agua y el que se ahoga a 20 metros.

Tus problemas merecen atención. Tú mereces atención. Además, la salud mental no es un privilegio, es un derecho que todos deberíamos tener.

Autora: Marina Pinilla

Psicóloga