No sé a ti, pero a mí el día se me puede torcer por cualquier cosa. Un WhatsApp en doble tic azul, una bordería de una compañera de trabajo o un plan que falla a última hora. Dramas varios de la vida moderna, ya tu sabes.

 

mal dia

 

Por lo demás, que tu día sea feliz solo depende de ti y de y tu actitud. Así que  ¡espabila! Léete estos consejos  y a ¡darle alegría al día!  Que aquí vienen mis consejos para sentirte bien:

 

  • Suena el despertador. Lo sé, es una putada NO me voy a poner en plan: despiértate antes, tranquila, medita… No, para eso ya están esas tazas que siempre están de buen humor, guiño, guiño. Pero lo que sí que te recomendaría es que visualices tu día. Estoy segura que entre aguantar al jefe y llevar la ropa a la tintorería hay algún plan molón que te apetece mucho.

 

  • Tírate la caña. Cuando salgas de la ducha mírate en el espejo hazte un buen repaso y dite: ¡pero qué buena estoy! Y ya que estás, posa un poco. Como cuando éramos adolescentes y soñábamos delante del espejo. Vuelve a hacerlo. ¡Da subidón!

 

tirate de la caña

 

  • Una cosa que me hace feliz es la comida, no puedo evitarlo. Así que prepárate un buen desayuno. Algo bueno, no algo sano. Aunque, si lo que te gusta es sano, genial. Una tostada con jamón del bueno y queso brie, un donuts de azúcar o un bol de frutas del bosque, me da igual. Pero gózalo.

 

  • No te pases el día enganchada al móvil. Míralo cuando sea necesario, revisa tus notificaciones de twitter y ya. Si no controlas, te pasarás el día viendo por la ventanita indiscreta la vida de los demás y eso, aparte de que no mola, no te hará nada feliz.

 

  • No dejes el polvete para el sabadete. Cada día es un buen día para echar un kiki. Y, si no tienes pareja, ¿no seré yo quien te descubra el famoso satisfyer, verdad?

 

no dejes para el sabadete el polvete

 

  • Vale, no somos como las influencers que se pasan el día de viajes por Islas perdidas en el medio del Pacífico. Pero hemos de saber aprovechar las pequeñas cosas. Si vives cerca del mar, escápate a tocar la arena; en el caso que sea la montaña, márcate un paseíto mientras ves atardecer. Lo que sea, pero disfruta de un momento bonito lejos de la rutina y las obligaciones.

 

En esta vida hemos venido a pasarlo bien y a sacarle un poco de mejunje a cada día que pasamos en ella. ¿O es que no te acuerdas que le decía Jack a Rouse mientras el Titanic se hundía?

Haz que cada día cuente. Si lo hacían ellos, que estaban a punto de morir ¿cómo no lo vamos a hacer nosotras?