1. Decir que ‘no’, cuando quieres decir que ‘no’

Hasta el chocho de decir que sí a absolutamente cualquier cosa aunque no quiera. Desde hacer planes que no me apetecen, hasta hacer un favor en el curro, pasando por hacer cosas en casa que en ese momento no quiero hacer.

En el momento que consigues no sentirte mal por decir que no, la vida se ve de otro color, palabra del Señor.

2. Quedarte en tu zona de confort 

No sé la de veces que nos dicen ‘sal de tu zona de confort’, ‘en el paso que hay después del miedo se encuentran las cosas realmente interesantes’, ‘atrévete a hacer cosas nuevas, te descubrirás’. Pues mirad lo que os digo, a veces quedarte hecha un ovillito en lo que conoces, en lo que te gusta y en lo que estás cómoda es una maravilla, no hay que ir con paracaídas por la vida si no te gusta.

3. Pasar tiempo de calidad contigo misma

No me sirve un día que te has quedado sola por casualidad porque nadie te ha dicho de quedar, de eso nada morena, me refiero a estar una tarde entera, un día entero o un fin de semana entero con nadie más que tu compañía. Disfrutando del silencio, de las voces en tu cabeza y de los planes que más te apetezcan. Copita de vino y netflix, cine, compras o apuntarte a un curso de tiro con arco, lo que te salga del petete, pero en sintonía contigo misma.

4. Procrastinar

Sí señora, lo digo. Procrastinar es un manjar hecho solamente para los dioses y hay días y momentos en los que hay que hacerlo, aunque tengas dos millones de cosas que hacer por delante, tomarte la libertad de cogerte el tiempo que te salga del chumi para perdero en hacer: nada, es lo mejor que hay para el alma. Luego vendrán las madres mías, por supuesto, pero qué gustazo de ratito bueno que has pasado tocándote el higo.

5. Tener redes sociales sanas

Es decir, seguir a perfiles que le hagan bien a tu cabeza y a tu cuerpo. Pasamos muchísimas horas al día en las redes sociales y hay que cuidarlas como si fueran oro en paño. Hay que saber a quién empezar a seguir y a quién dejar de seguir, hay que plantearse borrarlas una temporada y volverlas a instalar cuando estemos preparadas. Parece que no, pero la chorrada de tener un Instagram que no nos haga infelices y nos aporte cosas positivas es algo muchísimo más importante de lo que creemos.

6. Bailar y escuchar música que nos guste

Puede sonar a chorrada, no lo es. Mover el cuerpo al ritmo de un temazo que te de la vida es curativo para la mens y para el corpore. La música nos puede ayudar TANTO a querernos que no somos conscientes.

7. Hacer una compra que nos haga sentir bien 

Tener una despensa hecha a tu imagen y semejanza, con lo justo y necesario para ser feliz es algo que le arregla el alma a cualquiera. Siempre con el balance perfecto entre ‘lo que debo y lo que quiero’.

8. Ir a terapia 

Sí cariña, no podía faltar aquí. Invertir en tu salud mental, contratar a alguien profesional que te ayude a entenderte, a desenredarte las ideas y a lidiar con todas las personas que te rodean y que no van a terapia porque no son tan listas como tú.