Hoy, I. nos hace una pregunta muy interesante sobre si podemos o no atraer la negatividad:

Llevo en paro 1 año y lo que iba a ser un trabajo “indefinido”, “de por vida” acabó convirtiéndose en el mayor de mis problemas.
Me despidieron a raíz del COVID y fui cayendo en picado o al menos así me siento. Vivía con mi pareja, acabábamos de dar ese paso y meses después me encontré volviendo a casa de mis padres. Durante ese tiempo, yo echaba CV para poder volver a la capital pero me encontraba diariamente con solicitudes las cuales me pedían residir en la misma capital y, por lo tanto, mis candidaturas se convertían en “desestimada”.

Tras darle muchas vueltas, ya que en mi lugar de residencia la cosa está mucho peor que en Madrid, hablarlo con mi pareja y ambas familias decidimos buscar piso e irnos a vivir juntos de nuevo. Ilusa yo, creyendo que por residir de nuevo en la capital iba a tener más posibilidades de encontrar trabajo. Sé que las cosas están mal pero llevo aquí 3 meses, he hecho un montón de entrevistas y me acabo quedando a las puertas.

¿Será eso verdad de que tus pensamientos y negatividad acaba atrayendo cosas malas? Siento que voy cuesta abajo y sin frenos, me siento mal conmigo misma, que no valgo nada y que estoy en un pozo sin salida.
Mi pareja intenta animarme pero el tiene sus cosas ya que, con 21 años ha perdido a su padre de la noche a la mañana y todo se ha desmoronado.

Gracias por leerme.

Un saludo.


Hola I. Lo primero, gracias por escribirnos y contarnos tu historia. La pregunta que me haces es muy interesante y algo que en los últimos tiempos se ha puesto muy de moda: la ley de la atracción.

Esta ley dice poco más o menos que tus pensamientos generan una energía y que esa energía es lo que atraes a tu vida. Es decir, si yo pienso que me va a pillar un coche, acabará por pasar porque esa energía negativa atrae cosas negativas, pero si pienso que me va a tocar la lotería, lo hará, porque esa energía positiva va a atraer cosas positivas en mi vida.

Bajo esta premisa, se ha generado un negocio -que yo considero bastante sacacuartos y hasta tóxico- de grandes gurús de la motivación y vendehumos de internet que juegan con la autoestima de las personas, porque en el fondo te están diciendo que si tú no encuentras trabajo es tu culpa porque eres taaaaaaaaaaaaan negativa que, chica, sólo vas a atraer cosas negativas. No es que el putoCovid haya puesto en suspensión nuestra vida, que los empresarios pretendan una esclavitud mal pagada o que la gente no salga a la calle a consumir, no, es que tú eres un truño que no sabe pensar en positivo. Y, la verdad, he visto demasiadas personas machacadas por este tipo de pensamientos como para darles un lugar de honor.

No voy a entrar en la veracidad o no de este tipo de pensamientos, pues atañen a la espiritualidad de las personas y ahí no me meto. Pero te voy a tratar de explicar, desde el punto de vista psicológico, dos conceptos que tal vez te ayuden a entender mejor si es verdad que tú estás atrayendo la pobreza.

La psicología nos puede explicar si atraemos o no lo negativo con dos conceptos ampliamente estudiados; la profecía autocumplida y los filtros en la percepción.

El primero es la «profecía autocumplida». Esto es un sesgo cognitivo por el cual anticipamos que una situación va a darse de una forma y, consciente o inconscientemente, hacemos lo que esté en nuestra mano para que así sea. Por ejemplo, terminas una dieta y te repites constantemente que vas a volver a engordar. Sin darte cuenta, vas volviendo a esos viejos hábitos que te hicieron engordar en su momento y al final, engordas. «¡Ves! ¡Te lo dije! He vuelto a engordar.» Y, claro que llevabas razón, porque haces cosas para que esa expectativa que tenías se cumpliera.

De esa misma manera, piensas que no te van a coger en un trabajo, así que en la entrevista -aunque tú no te des cuenta- no muestras pasión e ilusión por trabajar. Total, ¿para qué, si no me van a coger? Y, obviamente, el entrevistador decide que no eres apta, pero no porque en realidad no lo seas o porque estés atrayendo energía negativa, sino porque tu actitud no es la adecuada para la entrevista.

El mundo que vemos no es objetivo, sino que lo filtramos según lo que nos interesa, lo que nos preocupa, nuestras inseguridades y una serie de variables que hacen que dos personas diferentes puedan vivir la misma situación de dos formas completamente opuestas.

Por otro lado está la percepción. El ser humano percibe el mundo con varios filtros; sus intereses, sus creencias, sus valores y algunas cosillas más. No quiero extenderme en este tema, apasionante pero muy largo de explicar, así que básicamente te diré que tú ves el mundo según a ti te interesa.

Por ejemplo, ¿alguna vez te ha pasado que has pensado que estabas embarazada y sólo veías embarazadas por la calle? Eso es porque tus filtros para «embarazo» se han puesto en marcha; te fijas en aquello que te preocupa. De esta manera, dos personas pueden reaccionar y vivir la misma situación de formas muy diferentes. Por ejemplo, alguien te dice «aunque has cogido unos kilos, ese vestido te queda de lujo». Una persona que se siente fatal por haber engordado se centrará en que alguien más se ha dado cuenta de que ha engordado y se deprimirá, mientras que otra que no le da importancia a haber engordado estará muy contenta porque le han dicho que el vestido le queda fenomenal.

¿Es que la energía de una y de otra son diferentes y por eso una obtiene un insulto y la otra un piropo? No. Es que la persona está predispuesta a centrarse en lo negativo o en lo positivo. De esta misma manera, dos personas rechazadas en una entrevista pueden vivirlo de dos formas; «vaya truño, me han vuelto a decir que no» o «voy a revisar qué puedo mejorar para que la siguiente entrevista me salga mejor».

Al final podemos decir que «atraes» lo negativo porque tienes expectativas de que las cosas van a salir mal, porque sólo te fijas en lo que va mal y, por tanto, tu actitud y tus conductas son cada vez más negativas, pero desde este punto de vista no es porque tu energía esté escacharrada, sino que tu actitud no es la necesaria para que las cosas cambien.

Y esto no invalida que, además, la situación socioeconómica no ayude. Y que la situación esté como esté no significa que tú no puedas hacer cosas para cambiarla.

Quizás si antes había que hacer 10 entrevistas, ahora tengas que hacer 25 porque la situación está mal. Esto es así, y no todo en la vida depende 100% de ti y de que pienses en positivo. El arte está en saber qué puedes hacer tú y qué no está en tu mano. 

Querida I, tú misma dices que no vales nada. Entonces, ¿cómo esperas convencer a un entrevistador que te pague para trabajar? Es muy difícil. Revisa qué puedes hacer tú, cómo puedes volver a confiar en ti y a ofrecer lo mejor que puedes dar. Tal vez la magia está sólo en volver a amarte.

Con amor,

Eva.

Si quieres contarme tus cositas y que te aconseje, escríbeme un WeloverTerapia.

También puedes venirte a mi Instagram.

Si necesitas un chutazo de autoestima, puedes echar un vistazo a mi manual gamberro.