A la gran mayoría de humanas, de cualquier edad y condición, que aún sufrimos problemas con nuestra imagen corporal nos están empezando a entrar los sudores: el verano se acerca y, con él, ese horrible momento en el que has de probarte el bikini, o cualquiera de sus amigas prendas de baño.

Seamos sinceras, es un mal trago. Estás blancuzca, probablemente no muy bien depilada y tu cuerpo, como todos, habrá cambiado algo en los últimos 365 días, de la forma que sea. Pero, a estas alturas, ¿vamos a privarnos de ponernos bien morenitas (¡siempre con protección!) y de unos merecidos y estilosos chapuzones? NO WAY. El verano dura poco y es el mismo para todos. Tenemos derecho a disfrutarlo y a disfrutarnos en él, con sus heladitos, sus rozaduritas en la entrepierna, su terraceo y su poquita ropa sobre el cuerpo.

Personalmente, ha llegado a ser uno de los momentos más traumáticos de mi vida, pero tras mucho sacrificio y autocuidado, creo que he dado con estos consejos que son mi top 5 para llevarlo de la mejor manera posible.

***Si aún no lo has hecho, lee GORDI fucking BUENA. Qué mejor momento para abrir los ojos y empezar a aceptarnos y disfrutarnos. Prometemos que ayudará.

  1. Realinspiration. Busca tendencias, mira precios, fíjate en escaparates y carteles. Pero, por favor, con ojos, actitud y mente REALES. No somos Giselle Bundchen (ni siquiera tengo claro que sea humana), ni los maniquíes de las tiendas, ni las modelos del 85% de las marcas con ropa de baño. No obstante, nos queda ese maravilloso 15%, que cada vez crece más y más, de firmas que utilizan modelos con todo tipo de cuerpos, campañas donde se muestran las prendas en mujeres diferentes y establecimientos con tallajes amplios y adaptables. Inspirémonos  y favorezcamos a las marcas que apuestan por nuestra diversidad.
  2. Elige un buen día. Parece obvio… pues no. Aprovecha un día en el que estés de buen humor, con buen tiempo, que te haga pensar en todo lo que vas a poder disfrutar del verano y de esas prendas que te vas a probar. La actitud lo es todo. Si has discutido con alguien, tienes mal día en el trabajo o, simplemente, estás chof, déjalo para otro día; los bañadores seguirán ahí.
  3. Ponte (más) guapa. Defensora número uno de querernos al natural, sin artificios, tal y como somos. Ya. Pero siempre nos vemos mejor con menos ojeras, un poquito de color en las mejillas, y un morro potentorro que consiga no centrar tu mirada en las zonas problemáticas.
  4. Atrévete con todo. A los cuerpos con forma de pera les va mejor X, las chicas con poco pecho se verán mejor con Y… Hartitas de tanto consejo, sea con la intención que sea. Si te apetece un estampado chillón de flamencos, adelante. O una braga-tanga para que no te queden marcas. Si tú estás cómoda y te sientes bien, es para ti.
  5. No te maltrates ni permitas que te hagan sentir mal. Si se te sale un pezón, te recolocas el tetamen o pides una talla más. Pero no te pellizques, ni pases la mano compulsivamente por esa zona que tanto odias. Si no sienta bien, intentamos ajustarlo, probar otra talla… o probamos el siguiente. Nada más. Es fundamental verte bien por ti misma, enfrentarte al espejo con todo tu poder y tomar decisiones en base a lo que TÚ ves y sientes.

Si esto no funciona, permítete sentirte mal. Habla con alguien y desahógate. Intenta explicarlo de la forma más natural posible; seguro que la mayoría te entiende, ya hemos dicho que es un problema común… Pero solo un poco, porque mañana tendrás que ir a otra tienda a seguir probando. No hay bikini bodies, tan solo demasiados prejuicios ¡y pocas playas nudistas!.

Ainhoa Jorquera.