¿Sabéis cuando estáis en un grupo, sonriendo, asintiendo, mirando a vuestro alrededor y preguntándoos de qué mierda se ríen los demás? Tú estás allí, con tu vaso de coca-cola en la mano. Son las 21.30 de la noche y la fiesta acaba de empezar. Y el «gracioso» de tu oficina, no tanto que lo sea como que crea serlo, empieza a soltar una sarta de memeces rancias y fóbicas. Tú que no sabes muy bien cómo partirle un botellín en la cabeza sin acabar en la cárcel, acudes al circo de aplausos y carcajadas de tu alrededor flipando en colores. Toda esa gente, que creías capaz, moderna y madura, se están riendo de cosas que no tienen ni pizca de gracia y tú solo piensas que por qué no le dicen que no tiene Ni Puta Gracia.

¿Qué les pasa? ¿Les han absorbido el cerebro? ¿Tienen a su familia amenazada de muerte si no se ríen? ¿En realidad estás en una secta satánica? NO. Estás ante el efecto complaciente de uno de los síndromes más jodidos de la actualidad, el Síndrome NI PUTA GRACIA.

Los NIPUGRAS (acrónimo de NI PUTA GRACIA Syndrome, yo internacional) son una clase de seres humanos cada día más numeroso por culpa de (POR SUPUESTO porque ellas tienen ahora la culpa de todos nuestros males, amén) LAS REDES SOCIALES y de los que siendo de la clase de ser humano estándar no hacemos si no fomentar su generación espontánea ¿CÓMO? Te estarás preguntando. Pues haciendo que se den las condiciones para ello y no poniendo límites a su infame protagonismo.

Como con los Mogwai (también conocidos como Gremlins), los Nipugras responden a tres reglas para su cuidado y evitamiento de su procreación:

1.- No exponerlo a las luces brillantes: germinan con fuerza y arraigo entre grupos amplios de personas en ámbitos lúdico festivos. Por ejemplo: en fiestas de empresa, en reuniones de departamento para hacer equipo, en cumpleaños multitudinarios,… Es sentir el foco de un escenario o el brillo de una sonrisa ante un chiste de mierda y los Nipugras se transforman.

2.- Nunca mojarlo: su síndrome se agudiza con la ingesta de alcohol. Cuanto más beben los Nipugras, más se envalentonan y exploran su entorno esparciendo sus gracias de mierda everywhere. Los verás a menudo con un vaso de sidra en la mano, sin hielos, y un gintonic aguado a más no poder. Como Moisés y su bastón predicando en el desierto, ellos y su copazo breando con memeces en el centro de la fiesta.

3.- No alimentarlo después de la medianoche: en realidad no les alimentes. En la vida. Ni por un segundo de cortesía: NO LES MIRES A LOS OJOS Y SONRÍAS ANTE SUS CUTRE CHISTES. Entonces, si ocurre, estás perdida. Tú y la humanidad. Un Nipugra más suelto creyendo que todo su repertorio de chistes ofensivos es gracioso y que él, por encima de todo, tiene una gracia innata.  

Tú que te consideras alguien abierto y respetuoso, si caes en las garras de los Nipugra te verás pronto riéndote de algún país del Pacífico, repitiendo a voz en grito “a la cocina” o preguntándole a tu colega que a quién se la ha chupado para ascender. Las personas de tu entorno se reirán pensando, como tú pensaste alguna vez, que así te calmarás y dejarás de vomitar mierda disfrazada de broma. Pero nada más lejos de la realidad.

Desde aquí hago un llamamiento a dejar de aguantar que tu indignación por una broma MAL HECHA por alguien con menos vis cómica que un enterrador se socave con un “pero si es broma, mujer”. Ya vale con la cortesía. Ya vale con mirar a otro lado.

Pero que no tienen ni puta gracia, joder. No es que yo quiera que se acaben los chistes negros, quiero que se acabe la falta de humor ingenioso.

Para ser insultante solo hace falta abrir la boca, para hacer humor hay que usar las neuronas. Repetir bromas manidas y superadas, ESO es ser un Nipugra.

No a tolerar comentarios llenos de mierda. Deja de sonreír y asentir. Deja de formar parte de la broma repitiéndola al siguiente que venga. Que los Nipugras vean su protagonismo morir y que se busquen otra función que cumplir en los grupos en los que están.

No estamos aquí para salvar al mundo. Tampoco para recoger con pala la mierda que sale de sus bocas. Si no eres gracioso, búscate un hobby y habla hasta la saciedad de él. Si eres un fobo del carajo, directamente haznos un favor: abandona el grupo en silencio y reflexiona que hay de malo en tu vida para que te joda lo diferente y alimentes tus cutrechistes de eso.

Insisto, llamadme gorda como mínimo igual de graciosamente que yo me lo llamo a mí misma. Pero no menos. Porque si no, sopapo. Enajenación transitoria. Y pista.

¿“Póntelo, pónselo”? Cállate, cállale. Por un mundo SIN NIPUGRAS.

¿Os habéis encontrado con alguien que os hacía un comentario que no tenía NI PUTA GRACIA? ¿Cómo reaccionasteis?

@tengoquenayque