Soy tímida. Muy tímida. Y me diréis: «Bueno, ¿y a mí qué?». El caso es que como tímida Premium sé unas cuantas cosas que tenemos en común las personas de este tipo. Cosas que sufrimos. Cosas que jamás creeríais.

Por eso, os invito a que me acompañéis en esta lista, no me tengáis en cuenta que estaré sonrojada todo el tiempo. Y si también sois del gremio tímido… I feel you. You are not alone.

Resultado de imagen de humor amarillo gif

La gente tímida ya sabemos que lo somos

Y la de veces que nos lo habrán dicho. «¡Ay, qué tímida eres!» ¡Oh, vaya, no lo sabía, mi vida será diferente ahora que me has abierto los ojos!

O qué me decís de esa gente que tiene todas las respuestas del mundo y se empeña en decirnos lo que tendríamos que hacer para curarnos esa timidez. «Tienes que hablar más», «Si todo es empezar, en cuanto te sueltes ya verás», «¡Sal más y haz amigos!»… Stop.

El sonrojo es el día a día

Cuando aluden a nuestra timidez, cuando no lo hacen, cuando hablamos, cuando no hablamos pero nos gustaría haberlo hecho, cuando a alguien le gusta nuestro corte de pelo… Cabeza cerilla. Ni confirmo ni desmiento que me haya convertido alguna vez en la Antorcha Humana por culpa de esto.

Jamás pensé que me parecería tanto a una paloma

Hablar o no hablar, esa es la cuestión

Imaginaos la situación. Un grupo de personas, entre las que se encuentra, pongamos un personaje ficticio, ShyCris. ShyCris lleva un rato escuchando, porque soltar palabra e interrumpir a alguien es la muerte, cuando el tema de la conversación deriva a algo que ShyCris conoce muy bien. Podría intervenir, podría contar algo fascinante que enriquecería al grupo, piensa mil formas de decirlo, cómo interrumpir, qué hacer… Y cuando ShyCris reconecta con la realidad ya han pasado a hablar de otra cosa. Pues nada, a seguir de oyente.

Se nos nota todo… lo nerviosos que nos ponemos

No sé si a absolutamente todos los tímidos se les nota, pero conozco a muchos que sí, y me incluyo. Nos agobiamos por cosas como hablar ante los demás, empezar la conversación con otra persona (si el otro también es tímido ya la hemos liado), pedir un cubierto en un restaurante, interrumpir por algo necesario, levantarnos de un sitio cuando los demás no lo hacen, simplemente existir al lado de alguien que nos gusta o a quien queremos caer bien…

Y ya si nos pasa algo de esto pensamos en cambiar de país

Y sin embargo somos un misterio

Siempre habrá alguna faceta de nosotros que los demás no conozcan. O toda nuestra vida. O ese pasado como sicarios. Incluso esa habilidad innata para beber chupitos de Fuego Valyrio. Por poner un ejemplo.

Además, tenemos muchos más rasgos de personalidad

La timidez no es todo lo que somos. También podemos ser el alma de la fiesta cuando cojamos confianza (o un ron cola), o no; nos puede gustar salir más que cualquier otra cosa, o no; podemos ver solo documentales de la 2, o programas de televisión ligera, o series de Netflix, o Forjado a fuego, o puede no gustarnos la tele. Tal vez nos gusten los animales, o las plantas, o coleccionar objetos de papelería. Quizás seamos la persona más divertida del mundo, o no; o quizás seamos expertos en kung fu. Tal vez escribamos las poesías más bonitas del mundo, o un canon precioso para piano y orquesta, o nada de eso. A lo mejor sabemos disparar con ballesta, o distinguir ciento veinte especies de hongos comestibles, o quizás tenemos un máster en maquillaje o nos hemos leído todos los libros de Neil Gaiman. Las posibilidades son infinitas.

Ser tímido solo es un rasgo más. A veces nos condiciona, a veces es cómico, o complicado, pero así somos. Y no hay nada de malo.

Ginny en este momento nos representa

 

Imagen destacada