Los cuernos. La infidelidad. Sin duda uno de los grandes motivos por los que fracasan las relaciones de pareja hoy en día. Y es que en nuestra sociedad tenemos instaurado el modelo de pareja monógama como el más habitual de todos los esquemas de relaciones posibles.
Pero esta situación nos plantea uno de los dilemas más debatidos y con opiniones completamente opuestas: cuando alguien te pone los cuernos, ¿es el único responsable? ¿O la persona con la que te ha sido infiel comparte la responsabilidad?
Creo que todos tenemos claro que quien ha sido infiel y ha traicionado la confianza de su pareja es 100% culpable de sus actos. Ahí poco dilema puede haber, es claramente el malo o la mala de la peli. Pero la disparidad de opiniones comienza cuando se habla de la responsabilidad de la tercera persona, la externa a la pareja. Por un lado tenemos a quienes la culpan por meterse en medio de una relación y, por otro lado, tenemos a los que defienden que esa persona es libre y no tiene por qué rendir cuentas ante nadie, pues no es quien mantiene una relación ni quien comete la traición, así que no está engañando a nadie.
Creo que, para empezar, es súper importante hacer una diferenciación: la situación cambia radicalmente dependiendo de si la persona externa, es decir, la que no tiene ningún compromiso y es libre de enrollarse con quien le apetezca, sabe o no de la existencia de una relación de exclusividad por parte de la persona con la que se enrolla. Todos conocemos a más de uno y una que se ha llevado el chasco de saber que se estaban viendo con alguien que en realidad tenía pareja. O incluso que le han dicho que tenían una relación abierta y resultó ser mentira. En este caso, ¿Qué culpa va a tener? Pues ya os lo digo yo, ninguna. Si no lo sabía, esta persona también ha sido engañada. La culpabilidad (o no) ya empezaría si decide seguir adelante una vez sabe de la existencia de otra persona que va a salir dañada.
Me temo que en este tema es difícil llegar a un punto en común. Pero yo voy a hacer mi reflexión personal. A mí me gusta ir por la vida sin hacer daño a nadie. Me considero una persona empática y procuro caminar sin pisar a los demás. Básicamente porque a mí tampoco me gusta que me pisen. Así que, en mi opinión y partiendo de esta base, la persona externa, cuando sabe que existe una relación por parte de la otra persona y aún así decide avanzar, comparte la responsabilidad. Estamos de acuerdo en que no es quien tiene la relación, por tanto no engaña a nadie, eso es irrefutable. Pero sí sabe que con sus actos hará daño a otra persona y ha decidido que le da igual. Para mí, de hecho, es más un tema de empatía que de responsabilidad. Y si es entre mujeres, de sororidad. Básicamente, «no hagas a otros lo que no te gustaría que te hicieran ti».
En resumen. Para mí sí tiene su parte de culpa la tercera persona, por mucho que la infiel sea la otra. Y sí, si quiere ser infiel se acabará acostando con otra persona aunque no sea conmigo, pero tengo claro que sobre mi espalda no quiero llevar esa carga. Pero bueno, como ya he dicho, solamente es mi opinión, y la opinión es como los culos, todos tenemos uno.
Carol M.
