Cuando eres gorda y te dicen que no puedes tener hijos de forma natural

 

Cuando eres gorda te dicen muchas cosas y la gran mayoría no son cosas bonitas.

Porque, cuando eres gorda y te pasa algo, te pasa por gorda. Suena exagerado, lo sé, pero también sé de lo que hablo. Y es que, cuando eres gorda, la probabilidad de que tu obesidad sea la culpable de absolutamente todos tus males es tan tan alta, que los demás no lo dudan.

Así que te pasas la vida escuchando consejos no solicitados cuyo mensaje final es: Tienes que adelgazar, porque eso te pasa por gorda.

No me quiero enrocar con esto; a lo que voy es a que llevo toda mi vida siendo gorda y lidiando con las opiniones no solicitadas. No voy a mentir, ha habido algunas que me han hecho bien, muchas que me han hecho mal y otras muchas que, va, ni fu ni fa.

Por otro lado, están las recomendaciones, directrices, informes, dictámenes, diagnósticos, llámalos X, que sí me he tenido que tomar en serio y a los que he tenido que hacer caso de verdad. Ay, amiga, esos son los que más marcan.

Y en mi número 1 de momentos horribles derivados de los kilos de más, está el de cuando eres gorda y te dicen que no puedes tener hijos de forma natural.

Tú que has ido a consulta porque quieres ser madre, escuchas a ese médico decirte que no puedes tener hijos por gorda y te quieres morir. Porque, al contrario del sentir general de la sociedad, normalmente los gordos no estamos gordos porque nos guste estar gordos. No se trata de decir ‘uy, ya no me viene bien estar gorda, voy a ser delgada’.

¡Qué locura, eh!

Cuando eres gorda y te dicen que no puedes tener hijos de forma natural
Foto de Andres Ayrton en Pexels

Yo no quiero ser obesa, yo quiero, entre muchas otras cosas, estar en mi peso sano y dejar de oír que todo lo que me sucede en la vida me pasa por estar gorda.

En un momento dado, quise también cumplir mi deseo de ser madre, por lo que, al igual que muchísimas mujeres, lo primero que hice fue acudir a mi ginecólogo. Tomo una medicación crónica que tal vez podría resultar perjudicial en caso de embarazo, de modo que fui a la consulta con la intención de informarme y recibir las indicaciones que fueran necesarias en mi caso concreto.

 

Cuando eres gorda y te dicen que no puedes tener hijos de forma natural

 

El palo que me llevé fue de los más grandes que me he llevado jamás, pues mi médico no me habló apenas de ningún otro aspecto de mi salud. Se limitó a decirme que la probabilidad de que lograra quedarme embarazada de forma natural era casi nula. Que incluso con algún tratamiento de fertilidad esa posibilidad era de poco más que nula. Ya, por último y para darme la estocada final, añadió que, si de verdad quería quedarme embarazada, volviese a consulta cuando hubiese perdido al menos un 15 % de mi peso.

Un 15 % de mi peso puede parecer poco, pero para mí es una barbaridad. Por eso me quise morir. Porque sabía lo difícil que me resulta adelgazar y lo que suponía supeditar mi futurible maternidad a la pérdida de esa cantidad de kilos sobrantes.

Pero lo intenté, estaba muy motivada. Combiné la estricta dieta con el ejercicio y con las visitas a los diversos especialistas que controlan mi enfermedad. Perdí 8kg el primer mes, 5kg el segundo y poco más de 1kg el tercero. Haciendo exactamente el mismo ejercicio y restringiendo la ingesta de calorías todavía más.

Cuando eres gorda y te dicen que no puedes tener hijos de forma natural
Foto de Rodnae Productions en Pexels

Me duele admitirlo, pero fui perdiendo fuelle y al final abandoné. La báscula no me estaba acompañando en mi propósito. Conforme dejé de perder kilos, empecé a perder la ilusión. Me convencí de que no iba a ser capaz. Ni de perder el maldito 15 % ni de quedarme embarazada.

Como consecuencia, el efecto rebote fue bestial. Recuperé lo perdido en tiempo récord y me llevé de regalo un 2 % adicional, por lo menos.

Seguía queriendo ser madre, pero ¿cómo me iba a presentar en mi médico de aquella manera? Parecía una broma.

De modo que lo que hice al final fue pasar de todo.

 

Volví a mi dieta habitual (soy de esas gordas que come de forma saludable, por más que la gente se empeñe en pensar que vivo de Big Macs y Cocacola). Volví a mi rutina deportiva habitual (sí, también hago ejercicio con regularidad). Dejé la píldora sin la supervisión de mi médico. Nos descartaron como idóneos para la adopción por un motivo que da para otro post, y ya con todo eso encima me dije ‘lo que tenga que ser, será’.

Durante dos años no tuvo que ser nada, es verdad, pero dos años después de aquella frase que tanto me hizo llorar, tuve un retraso.

Y yo estaba tan convencida de que no podía quedarme embarazada, que no me hice un test hasta la tercera falta.

 

 

Sé que no es lo habitual, que el sobrepeso y la obesidad dificultan muchísimo la concepción y que lo mío está más cerca de ser un pequeño milagro que una realidad cotidiana. Pero también es verdad que lo que me ha ocurrido a mí es un ejemplo más de que la medicina no es una ciencia exacta.

Por lo que creo que pedir a los profesionales de la medicina que moderen sus diagnósticos y que tengan un poquito de tacto cuando los dan, no es pedir tanto.

 

Anónimo

 

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