Afortunadamente, cada día se habla más de todo tipo de diversidad: de cuerpos, de religiones, razas, de orientaciones sexuales y también de géneros. Porque sí, a veces ocurre, uno nace con un sexo, le asignan un género y le educan para que actúe como «un niño o una niña». Las personas transgénero no se «convierten» cuando ya son mayores por decisión en el momento. Seguramente, hayan sido transgénero toda la vida sin saberlo o aceptarlo. Sin embargo, cada vez hay más padres que reconocen y aceptan que sus hijos son transgénero muy pronto en su infancia y les ayudan en su camino. Aun así, que aún mucho camino por recorrer porque aunque los padres lo acepten y sigan queriendo (por supuesto) a sus hijos, hay una tremenda falta de información y aún se ve «ser diferente» como «sufrir».

¿Y si se cambiase la actitud desde el principio? Es normal que nos informemos y ayudemos a nuestros hijos (y a nosotros mismos) a entender su situación pero ¿por qué no hacerlo siempre desde el amor y la positividad en vez de desde el miedo y el desconocimiento? En un vídeo publicado por The Scene recientemente, un grupo de padres proclamaban afirmaciones para que sus hijos pudiesen repetirlas. ¿Queréis saber qué frases salieron de sus corazones?

 

  • Soy amado profunda e incondicionalmente tal y como soy.
  • Soy valiente. Soy mágico.
  • Tengo apoyo y me puedo volver a levantar si caigo.
  • Soy un chico. Este chico es fuerte.
  • Soy quien soy. Sé quién soy. Soy bell@
  • Soy joven y puedo cambiar el mundo. Creo en la aceptación para todo el mundo.

Hazles saber que los aceptas

 

 

Enviar este mensaje a nuestros hijos transgénero es solo el primer paso para una transición feliz y la creación de su verdadera identidad. Pero hay mucho más que se puede hacer. Acéptales plenamente y transmítelo, ser diferentes puede ser angustioso para ellos. Aunque tú tengas tus dudas y te falte información, lo primero es hacerles sentir apoyados en casa y eso puede cambiar mucho su actitud cuando se enfrenten al mundo exterior.

Busca información y ayuda

 

Que apoyes a tú hijo transgénero no quiere decir que no tengas que informarte aún más o buscar la ayuda apropiada para afrontar la situación. Lo importante es saber que nadie nació sabiendo y seguir transmitiendo todo tu amor hacia tu hijo.

Intenta encontrar familias y niños en la misma situación

 

Encontrar a alguien que se siente de manera similar les ayudará a sentirse acompañados y a no considerarse bichos raros. Busca noticias e historias en internet que puedan servirle de ejemplo e inspiración como por ejemplo, estos youtubers trans que están cambiando el mundo o los modelos trans que nos encantan.

Ni se te ocurra decirle que solo es un fase

 

Hay cosas que son una fase, como forrar tu habitación de posters de Brian Littrell cuando tienes 15 años. Ser transgénero o lesbiana o o asexual no es una fase es una parte de quién eres como persona. Ni se te ocurra minimizar sus emociones con un «ya se te pasará» (ni en este caso ni en otros que sabes que ya se les pasará), lo único que conseguirás será añadir vergüenza e inseguridad a su situación. Digo yo que tu hijo sabrá que cree y cómo se siente sobre sí mismo.

Pregúntale cómo quiere que le llamen

 

Quizás tu hija prefiere que le llames por un nombre de niño y que te refieras a ellas como «él». Respeta sus decisiones e informa tú a su círculo más cercano para que hagan lo mismo. Dale la oportunidad de tomar sus propias decisiones en coherencia con su identidad. Cárgate los códigos de género ya en casa para que se sientan más cómodos.

Sé honesto

 

Aunque no hay que dramatizar ni cargar de negatividad su situación, hay que ser honestos con nuestros hijos y explicarles con qué tipo de situaciones y comentarios pueden encontrarse y la mejor manera de reaccionar ante ellos. Parte de tu trabajo como madre, tengas o no un hijo transgénero, es ayudarle en su camino por la vida.

Y siempre, recuerda…

 

Lo mágico de tener hijos es que ellos van a ser seres maravillosos que vivirán su vida completamente a su manera. Sí, independientemente de los planes que tu cabeza haya hecho para ellos. Y tú vas a amarles tal y como son y, precisamente, por ser como son.