En estas semanas de confinamiento, de no movernos de casa, es demasiado fácil darse a la tentación y rendirse a pasar cada día de lo que dure esto, en pijama o en chándal, con el moño en lo alto de la cabeza y las ojeras bien de pigmento tono «sueño trastocado».


Diría yo, una experta en esto, que incluso a veces resulta agotador irse a la ducha y tomarse un respiro de estas pintas que nos traemos. Pero sabemos, todas y cada una de nosotras, que no es lo más sano a muchos niveles,  ¿verdad?
Pienso, que alas acciones de cuidado personal son increíblemente necesarias estos días para nuestra salud física, mental y emocional. Estos actos – hacer un poco de ejercicio, un baño relajante de más de 5 minutos, una ducha que nos active, una rutina de cuidado facial, un día de cuidarse de más el pelo – son ejemplos claros de cómo aumentar nuestra autoestima y ayudarnos a nosotras mismas a establecer unos hábitos y una rutina válida que nos ayudan a darle un sentido de control increíblemente importante a nuestra vida durante estos momentos inciertos…

No digo que sea necesario hacerlo cada día, pero si creo que es saludable dar un pasito hacia adelante y animarnos a estar en nuestra mejor versión dadas las circunstancias. Mimarnos un poco.

Yo misma he caído en la trampa de haberme quedado en pijama cada día durante muchos días. El otro día me miré  al espejo y no pude encontrarme. ¿Esa era yo? Pelo enredado en un moño mal hecho, camiseta de hace tres guerras y media, ojeras, palidez…y me dije, te mereces un día en el spa. Y allá  que fui yo a ponerme mi musiquita relajante durante la hora del baño, mi mascarilla para el pelo y mis potingues de dudoso efecto pero que me hicieron sentir luego como Cleopatra tras su bañito en leche de burra.


Es increíble lo que puede hacer a nivel mental el hecho de cuidarnos un poquito por fuera, ¡eh!
Y vosotras, ¿qué plan de autocuidados pensáis hacer hoy?