Pues sí chicas, resulta que el cantante David Bustamante visitó recientemente el plató de „El  Hormiguero 3.0‟ a propósito del lanzamiento de su nuevo disco “20 años y un destino”, que  saldrá a la luz el próximo mes de abril.  

Supongo que, como la mayoría de los españoles, todas estaréis familiarizadas con el formato de  este programa televisivo que celebra sus 15 años de trayectoria. Aunque es conocido por invitar  a un sinfín de artistas tanto nacionales como internacionales, también se ha hecho alguna que  otra vez viral por las meteduras de pata de su presentador Pablo Motos. Sin embargo, hoy no es  día de criticar al programa ni de malos rollos, sino de hablar sobre la reflexión que hizo  Bustamante sobre cómo “tendemos a hacer daño de forma gratuita”.  

Como es habitual en este programa, se empieza realizando una entrevista al invitado de la  noche. Es en este momento cuando Motos remarca “el cambio personal espectacular” del artista,  refiriéndose a su forma física, y éste aprovecha para recordarnos lo que la mayoría de personas  con un cuerpo no normativo ya sabíamos:

Lo que siempre repito: a la gente no hace falta  decirle si está gorda, si está demasiado flaca… cada uno tiene sus historias y sus problemas, y  cada uno tiene sus espejos en casa.

Se ve que antes o durante el camino de perder 26 kilos el  cantante se ha llevado algún que otro comentario que no le ha gustado.  

Además, el artista no se olvida de un punto importante y remarca que un cambio físico pasa por  la decisión de cada uno, y que una “mejor versión de cada uno” puede ser “sea cual sea” y no  necesariamente la que estás pensando ahora mismo. Pues sí mi querido David, porque la belleza  sigue siendo subjetiva y el cuerpo de cada uno, más.  

Hemos comprobado muchas veces cómo de dañinos pueden llegar a ser los comentarios no  deseados sobre nuestra apariencia, incluso si vienen cargados de la mejor intención. Entonces, ¿no sería ya hora de empezar a evitarlos? Creedme, que si alguien se ha esforzado por cambiar  su cuerpo y le apetece contarlo, lo contará sin necesidad de este tipo de preguntas.  

¿Cuántas veces nos hemos sentido inseguras de volver a ver a alguien después de haber  engordado por lo que pueda decir? ¿Cuántas personas hay que viven continuamente con un TCA y cualquier –repito: cualquier- comentario sobre su cuerpo hace que se desestabilicen?  ¿Cuántas personas adelgazan por una enfermedad y se las felicita? Pues no, resulta que nos  preferimos sanas a socialmente aceptadas, y la salud también incluye la salud mental, que  siempre se nos olvida por el camino.  

Así que gracias, Bustamante, por recordarnos esto, y por ponerlo al alcance de todas las  personas a las que puedes llegar y puede llegar un programa televisivo tan visto como es “El  Hormiguero 3.0”.

 

MIREIA SANTAMARIA