¡ABRAN PASO, CON TODOS USTEDES AL HABLA UNA MADRE ORGULLOSA A PUNTO DE ARRANCARSE LA PELUCA!

 

Bien, ya os adelanto que esta es una historia feliz, una comedia digna de ser escrita en algún libro, pero como ya os he adelantado soy una madre al borde de un ataque de nervios, así que no me da para libro, pero sí para mandarles un mail a las chicas de Weloversize que estoy segura de que a ellas y a todas vosotras os encantará.

Bien, como toda comedia que se aprecie, tiene que haber drama. Mi drama era mío y de mi pareja, no podíamos tener bebés. Sí podíamos, pero no éramos capaces. La mente, hermanas, que hace maravillas, tanto para bien, como para mal.

Nosotros somos una pareja que llevamos juntos quince años, seis casados, ocho viviendo juntos. El tema de tener hijos es algo que tenemos claro desde los comienzos, los dos queríamos un bebe o una beba, máximo dos, pero con uno estábamos satisfechos.

¿Qué pasa cuando quieres una cosa muy fuerte, pero muy fuerte, muy fuerte? Pues que no te llega, o por lo menos se hace esperar, las cosas buenas siempre se hacen esperar. Pues nada, nosotros ahí estábamos dale que te pego con la intención de quedarnos embarazados, pero nada, no había manera.

Al principio todo era normal, no había drama. Luego ya cuando van pasado los meses y los meses se convierten en un año y ves que sigues intentándolo y que nada, pues ya la cosa no te hace tanta gracia y empiezas a preocuparte.

Fuimos al médico, los dos juntos, a ver qué nos pasaba, a ver si alguno de los dos era estéril, había algún problema o yo qué sé, íbamos buscando respuestas porque ya no podíamos más y estaba empezando a afectarnos de verdad.

No sabes hasta que nivel pueden llegar a preocuparte las cosas que no sabías que eran tan importantes para ti, no sabéis lo duro que es darte cuenta de que quieres algo y ves como se aleja y que no hay manera de conseguirlo. Pero bueno, nosotros siempre hemos sido gente positiva y optimista, así que antes de conocer el problema ya teníamos la solución.

Para nuestra sorpresa no había problema alguno. Él no era estéril, yo tampoco y los dos teníamos óptimas condiciones para embarazarnos. No sabíamos qué nos pasaba, si es que follábamos mal o algo, pero la cosa es que la regla siguió bajando cada mes puntualísima, ni siquiera nos daba un par de días de falsa esperanza.

Al final decidimos no torturarnos más y nos pusimos en lista de espera para poder adoptar a un niño o a una niña, lo que nos quisieran dar, nosotros solamente queríamos ser papás.

Además también fuimos a intentar la fecundación in vitro, TRES VECES, SEIS MIL EURAZOS CADA VEZ QUE ME METÍAN LOS SOLDADITOS DE MI MARIDO POR EL CHOCHO. Con lo que follábamos los dos a la natural, de verdad, tener que pagar nos dolía en el alma. De hecho nos dejamos ahí todos nuestros ahorros, al último intento invitaron nuestros padres. Los suegros unidos jamás serán vencidos.

El caso es que tras mucho tiempo de espera, finalmente nos conceden el honor de ser una familia digna de poder educar a un niño y nos comunican que tenemos que viajar a China para poder conocer a la primera nueva miembro de nuestra familia: Cho.

Ahora es cuando os agarráis al asiento, que vienen las curvas. Allí estábamos nosotros, todo emocionados en la China conociendo a nuestra pequeña, nada más verla ya la queríamos, yo no sé si creéis en estas cosas, pero de verdad de corazón, que desde que la vimos entre miles de personas supimos que era ella.

Pues bien, nos quedamos allí un tiempo haciéndonos los unos a la otra y viceversa y de repente, así suddenly, sin previo aviso, me doy cuenta de que NO ME BAJABA LA REGLA DESDE HACE UNA SEMANA Y CLARO, CON TODO EL JALEO DE CHINA YO NO ME HABÍA DADO CUENTA. 

Ay Mario, que no me ha bajado la regla. No me jodas, eh Patri, ¿cómo que no te ha bajado la regla? Mario, que me tenía que bajar hace una semana. Patri, ¿UNA SEMANA? ¡¡¡¡PERO SI NUNCA SE RETRASA NI DOS DÍAS!!!!

Volvemos a España, la regla sigue sin bajar, me compro un test de embarazo y sí, como estaréis esperando: POSITIVO. Pero eso no es lo fuerte, no, qué va. Lo fuerte es que ERAN DOS GEMELAS.

Nosotros queríamos UN bebé y de repente, en cuestión de días, después de AÑOS sin poder, bomba: TRES NIÑAS. Por supuesto todo esto es cuestión de alboroto y alegría, le contamos a Cho que va a ser hermana mayor de dos lindas bebas, toda mi familia se alegra, nosotros no cabemos en sí de gozo y nada, a gozar de educar a una nena mientras dos van creciendo dentro de ti.

Fue un embarazo maravilloso, Cho nos llenaba y nos llena la vida de luz y de alegría y con ella en casa todo es más fácil. Marina y Marta nacen, dos bebés preciosas que solamente nos costaron dieciocho mil preciosos euros, que, sinceramente, me parecen un regalo en comparación con mis dos ángeles.

El caso es que con tres seres humanos nuevos en casa, nos tuvimos que adaptar a una nueva vida, todo había cambiado para nosotros  y nuestra vida sexual era prácticamente nula por falta de tiempo y de ganas. Cuando llegábamos a la cama lo único que queríamos era dormir y esperar que ninguna de las tres llorara en las próximas tres horas para, por lo menos, poder mantener los párpados cerrados un ratito largo.

Creo sinceramente, que después de que nacieran las gemelas follamos como tres veces en cinco meses, no más.

Estoy embarazada otra vez.

Sí, sí. Como lo estáis leyendo. ES SOLAMENTE UNA Y NO HEMOS PAGADO UN DURO. Sí, he dicho una porque es otra chica. Mi marido se ha hecho la vasectomía.

Según los médicos, al parecer, estábamos tan obsesionados en embarazarnos sí o sí que no podíamos justo por eso, es como que nuestra mente estaba tan obcecada en conseguirlo que nuestros cuerpos no respondían. Mira, yo no lo entiendo, pero es que ha sido así. Después de estar AÑOS follando como conejos, nada. Y ahora en TRES polvos de mierda, ale, Gema en camino.

En dos años, cuatro niñas. CUANDO NO PODÍAMOS TENER HIJOS, SEÑOR MÍO.

Nos tenemos que mudar de casa, obviamente. Estamos haciendo malabares con el dinero, de verdad de corazón que yo no sabía que tenía esta capacidad ahorrativa, estoy desarrollando superpoderes que jamás imaginaría. Benditos sean también los super abuelos con los que contamos, sin ellos yo no sé, de verdad.

Así que desde aquí, desde casa, con Marta y Marina durmiendo, Gemma dándome patadas y Cho viendo dibujos en la televisión, os mando muchísimas toneladas de amor y os insuflo ganas de luchar por lo que queráis, que al final, aunque sea muy final, acaba pasando.

 

Anónimo

 

Envíanos tu historia a [email protected]