Decidí no adelgazar para mi boda y estos fueron los comentarios que recibí

 

He de decir que no soy de las que se estresan con facilidad. De hecho, más bien peco de lo contrario, de ser demasiado tranquila y pachorrona. Por eso fui una novia feliz mientras planeaba con mi chico todos los detalles de nuestra futura boda.

Por otro lado, me había pasado tantos años luchando contra mi cuerpo, su tamaño, su forma y sus defectos, que, cuando me di cuenta de que lo único que me daba miedo era lidiar con todo ello para intentar encajar (literalmente) en un molde… me negué.

Me dije ‘a la mierda’, no iba a permitir que la báscula me amargara los meses previos a la boda que estábamos organizando con tanta ilusión.

Así que deseché esa preocupación y me centré en todo lo demás sin pensar que eso fuera a ser un problema para nadie.

 

Problema, lo que se dice un problema, supongo que no lo fue. No obstante, no fueron pocos los que se creyeron con derecho a opinar sobre el tema. Y es que decidí no adelgazar para mi boda y, aunque no lo publiqué en ningún medio ni hice ostentación de ello, estos fueron los comentarios que recibí:

 

  • Te vas a ver mejor y estarás más segura si adelgazas. Ya… vale… Gracias por tu inestimable contribución al crecimiento inexorable de mis complejos e inseguridades y tal. Es increíble cómo una oración tan simple y breve puede echar por tierra años y años de trabajo de reconstrucción de la autoestima. Menos mal que a esas alturas de la película una ya tenía el amor propio envuelto en una tela protectora impermeable. Pero, vamos, un poco de pupita sí que le hizo.

 

  • Lucirías mejor en las fotos y el vídeo estando más delgadita. Claro, porque es bien sabido que las gordas no son guapas ni fotogénicas ni dan bien en cámara. Es más, la misma persona que de gorda es fea, cuando adelgaza y entra una talla 36, de pronto se vuelve hermosa… Ahora en serio, gorda o delgada, soy yo. Una chica anónima normal que paga una pasta para que le hagan fotos y le graben en vídeo diciendo sí quiero, dándose besitos con su churri, cortando una tarta descomunal y bailando Paquito el chocolatero con sus amigos. ¿A quién le importa si salgo gorda o delgada? Es que, si no me importa a mí, no le va a importar a nadie.

 

Decidí no adelgazar para mi boda y estos fueron los comentarios que recibí

 

  • ¿Quieres verte así en las fotos de tu boda dentro de 20 años? A ver, la cosa no va de cómo me quiero ver. Va de que lo que no quiero es sentarme en mi sofá a ver el álbum dentro de 20 años y pensar: Ay, nena, si es que no pareces tú. Lo que quiero es verme en las fotos, reconocerme en ellas y recordar con cariño aquel día.

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  • Te va a costar mucho encontrar un vestido bonito. Mira, esta te la compro. Me cuesta encontrar camisas que me cierren en las tetas, no me va a costar encontrar un vestido de novia con el que no parezca yo una tarta de cartón piedra con una estríper dentro. ¿Y sabes qué? Ni lo busqué. Me lo diseñé yo misma, me lo hizo una modista, me salió más económico que uno ya confeccionado, era todo lo que yo quería en mi vestido de novia y me quedaba que te pasas de bien. La pena es no tener ocasión de ponérmelo más veces.

 

Decidí no adelgazar para mi boda y estos fueron los comentarios que recibí

 

  • Bueno, así no te pasará lo de ‘Te casaste, la cagaste’. Uuuuuuuuuuuuuuuuy… lo que ha dicho, colega. No voy a hacer más comentarios.

 

  • Aprovecha la motivación extra, aunque te vendría muy bien simplemente por salud. Estaba claro que iba a haber alguien que apelaría a la salud. Muy bien hilado además con lo de la motivación extra y eso, ¿verdad? ‘¿No piensas ponerte a plan y bajar un poquito de peso para la boda? Anímate y aprovecha la motivación extra… TE. VENDRÍA. MUY. BIEN. SIMPLEMENTE. POR. SALUD’. No me lo habían dicho nunca, eh. Jamás… ejem. Pues no, no aproveché la motivación extra. Gracias por la preocupación por mi estado de salud, ese sobre el que no me has preguntado y del que no tienes ni pajolera idea.

 

 

Y tú, ¿te sentiste presionada a adelgazar para casarte?

 

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