El amor romántico es una de las grandes lacras que seguimos arrastrando y que además, tiene pinta de que seguiremos arrastrándolo durante un buen rato.

Para eso ya tenemos las películas, series, libros que se encargan de que idealicemos al típico CABRONAZO, así con las letras bien grandes, una y otra vez.

En cuantas ocasiones el argumento es el mismo, el malote de turno, o no malote, ya que también se empeñan en idealizar a trastornados de la vida con más carencias que todas las cosas, pero bueno, al típico cabronazo le añadimos el toque del traumatizado, que además te lo venden como “el atormentado”.

Vamos, el pobrecito de toda la vida.

Pues bien, el susodicho, que sufre y mucho (este es un detalle importante, porque además, da igual lo que le pase a la chica en cuestión, él siempre sufre mucho mucho más), es además el típico ligón guaperas, que tiene a todas las tías del mundo pero ninguna le termina de llenar, poooobre sufridor.

Entonces aparece la tipa en cuestión, siempre eligen  a una chica que entre dentro de los cánones de lo “normal”, como diciendo, así tú, que estás viendo-leyendo esta historia, te sientes más o menos identificada con ella y empatizas más aun.

Pues bien, en esa bonita historia, este tío se fija en ella, sisi amigas, se fija en la tía esa normalucha que podrías ser tú, pero claro no todo iba a ser tan fácil.

Recordemos que él es, ante todo, un atormentado, y por tanto, le pasan muchas cosas malas en su vida que no tiene ningún problema de plasmar en su relación con esta chica o directamente sobre ella.

Pero claro, ella, que es una santa bendita, ¡Cómo no lo va a entender!, que el pobre está sufriendo leñe, es momento de dejar todo lo que le pasa a ella, para estar 100% a tope con él.

Este ser, a lo largo de la trama la trata regumal (por no decir que la trata como el culo) pero cuando ve que la puede perder, se pone las pilas, cambia, y se convierte en el hombre más enamorado e ideal del mundo mundial

¡Já!

Pero, ¿qué mensaje me están mandado este tipo de historias? Pues unos cuantos más bien.

Primero, y el más importante de todos, todo cabronazo tiene la capacidad de CAMBIAR. Sí amigas mías, que un tipo lleve toda su vida comportándose como un capullo no quiere decir que cuando se enamore bien y de verdad no vaya a cambiar, ¡por favor!

Y segundo, pero no menos importante, te está diciendo claramente que aguantes. Que aguantes en esa relación tormentosa, donde el único que sufre es él, pero no te preocupes, porque si aguantas lo necesario y suficiente tendrás tu preciada recompensa, que será él y solo él.

Porque no hay mayor recompensa para una mujer que el hecho de encontrar ESE amor verdadero ¿no?

Bien, llegadas a este punto, ya podréis ver un poco por donde va el asunto, y es que, vivimos rodeadas de la falsa idea de que ese pobre “atormentado” no lo hace a malas, que es que está pasando una mala racha y que si le quieres le deberías acompañar durante este proceso.

Es así, como de una forma muy sutil terminas de lleno no solo en una relación toxica, si no en una de dependencia total, donde vives esperando ese “cambio mágico” que nunca se va a dar, y que si en algún momento parece que sí, te aseguro que será totalmente transitorio.

Tenemos que empezar a entender, que si una persona nos trata mal, es una mala persona y punto.

Me da igual que sea más o menos guapo, con éxito, dinero, con traumas por resolver, NADA, repito NADA, justifica que alguien no te trate como tú te mereces y más cuando tú sí que le estas tratando bien y estás a la altura de las circunstancias.

Dejemos de idealizar a los Mario Casas de da la vida o a los señores Grey, que sinceramente, tienen una ristra de traumas y de problemas sin resolver que son la meca de cualquier buen psicólogo, pero no lo vuelven la pareja ideal, ni mucho menos.

El rey de los atormentados y traumatizados

Una pareja sana y estable se basa en al igualdad y en el respeto, y si uno de los dos está dando más que la otra parte, al final es la que siempre se acaba adaptando y haciendo un esfuerzo por entender al otro, por eso, te diré que huyas  y bien lejos de ese tipo de relación.

Decirte que el amor no duele, no pone a prueba, no te lleva al límite, no te hace sentirte mal contigo misma cada dos por tres, y si lo que estás teniendo ahora mismo te hace sentir así, te diré que estás dentro de una relación tóxica con un cabronazo de libro.

Simplemente piensa en todo lo que  estás dando tú por la otra persona, y si no es igual o parecido, esa relación no es para ti porque la otra persona no está a la altura y no va a cambiar.

Cambia tú, por ti misma.

Aida Vallés Psicóloga especializada en Sexología y Terapia de Pareja

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