Llevo organizando mi boda apenas dos meses, durante los cuales más de una persona (y más de dos) se han permitido el lujo de decirme qué novia debo ser y lo cierto es que… aún no sé que novia quiero ser, y tampoco me preocupa no saberlo.

Estoy cansada de leer sobre la novia perfecta, sobre tips para tener una boda de cuento, ideas para sorprender a tus invitados, sobre bodas boho chic. Una locura todo caris.

Os contaré un secreto… Mr. M y yo ya intentamos organizar una boda una vez, nuestra boda vaya, pero no salió bien. Nos pudo la presión y al final la idea quedó en un cajón lleno de trastos e ideas frustradas. Yo sé que no era el momento, que las opiniones de los demás nos llenaron la cabeza de ruido y precisamente eso nos está ayudando a no cometer los mismos errores. Digamos que… fue nuestro entrenamiento bodil, porque en esta vida hay que entrenar para todo queridos.

Llegados a este punto solo puedo reflexionar sobre el tema, yo quiero ser la novia que me apetezca, sin tacones, con el pelo corto, los labios rojos a parches por beber del botellín a morro y afónica, porque me habré dejado la voz celebrando la vida con los míos.

No necesitamos una boda de 500 invitados para sentirnos arropados, tampoco a la Filarmónica de algún país lejano o a la wedding planner que lo peta en Instagram. Realmente solo nos necesitamos al uno al otro, lo demás… está de más. 

 

 

 

Tendremos un día imperfecto, pero que será nuestro día. Quiero bailar hasta descalzarme, reírme hasta llorar, comerme la comida que tanto me ha costado elegir (no entiendo a esas novias que no prueban bocado), no poder soltar el discurso de turno porque se me saltan las lágrimas, hacerme muchos «selfis» con mis damas de honor (porque pienso tener un montón), robarle besos al que ya será mi marido, y sobre todo… quiero ser feliz, porque rodearte de todos los tuyos es mágico, para qué nos vamos a engañar.

Ojalá poder recordar que fuimos fieles a nosotros mismos, que no celebramos la boda de otro sino la nuestra. Quiero que cada detalle tenga nuestra esencia y que los compromisos no tengan sitio en nuestra mesa.

Así que… novias del mundo, destierren las revistas que les digan como ser, desinstalen el Pinterest y el Bodas.net, déjense llevar, vivan, coño.

Pd. Sí, es posible disfrutar el día de tu boda, solo tienes que tener claros algunos puntos, si quieres saber más solo tienes que hacer click aquí.

 

Nos leemos en el próximo capítulo amichis, sed felices.

Miss Ocho