El succionador de clítoris ha llegado para quedarse y ha conseguido poner en el punto de mira el placer femenino. De unos meses a esta parte las redes sociales se han llenado de memes y comentarios sobre el aparatito (incluso de señoros que se sienten un poco amenazados o algo así). Y mirad, bendito succionador, benditos orgasmos y benditas señoras que hemos decidido desestigmatizar nuestra sexualidad.

Ahora que estamos en plena temporada carnavalesca y que en breves empieza la de despedidas de soltero/a (¡IMPORTANTE!), resulta que el disfraz de Satisfyer lo peta everywhere. De esto me he enterado porque hay una empresa de mi ciudad que ya ha vendido más de 1,000 disfraces de este juguete sexual e investigando un poco me doy cuenta de que no es la única.

Y es que el disfraz en cuestión es lo más. Lo que me inquieta es el trasfondo para usarlo (y que casi todas las fotos promocionales del disfraz sean chicos también me inquieta). Todas estas inquietudes se pueden explicar en los siguientes supuestos (QUE ME PUEDO IMAGINAR PERFECTAMENTE EN LA VIDA REAL):

a. Señoras que se lo ponen para hacerle un pequeño homenaje al aparato en cuestión porque vivan los orgasmos que nos proporciona… BIEN.

b. Señores que se lo ponen para hacer el mamarracho y mofa de algo que ha revolucionado la sexualidad femenina (y que probablemente caigan en estereotipos absurdos)… MAL.

a. Señoras que lo compran para tunear (y vacilar) a la protagonista de la despedida de soltera… aunque yo no sea muy de disfrazar a las gentes en este contexto (ni en ninguno), pues BIEN también.

b. Señores que pretenden ser ingeniosos disfrazando al amigo que se va casar de Satisfyer… MAL (¿o veis a alguien disfrazándose de vagina en lata? ¿verdad que no? PUES ESO).

a. Señoras que se montan una procesión de acólitas del misterio del santísimo succionador… no voy a decir que sea de un gusto exquisito, pero bueno, BIEN.

b. Señores que se lo ponen en plan risis y de paso a ver si ligan algo haciendo bromis sobre lo bien que practican el sexo oral… PEREZA CÓSMICA.

Se nota que no me gustan ni los disfraces ni los señoros, ¿verdad? Y ojo… yo no estoy prohibiendo absolutamente nada, allá cada uno/a y su conciencia. Solo estoy señalando posibles conductas en torno a la gracia del disfraz, que me parecen muy tóxicas y sobre las que creo que hay que reflexionar. Os puedo parecer un rollazo y podéis decirme cualquier carallada de lo políticamente correcto y mimimimi, pero reírse a costa del placer femenino es una cosa muy fea y ya está.

En resumidas cuentas: el disfraz mola un montón, pero es importante saber que según cómo se use puedes estar haciendo el ridículo un poquito o un muchito.

PD: si de todas maneras os hace gracia la movida, aquí tenéis algún otro modelo para curiosear.