En mi cerebro hay una estantería con una carpeta en la que pone “kit de preguntas para personas que todavía no conozco”. Sí, soy una persona muy curiosa y a veces no tengo filtro, sobre todo cuando me siguen el rollo. De todas estas preguntas, hay una que me gusta especialmente (sobre todo cuando conozco a algún chico nuevo, porque revela un montón sobre su forma de ver el sexo). Primero tanteo el terreno y si el chaval está incómodo con mis preguntas, paro inmediatamente. No soy la Gestapo ni me gusta interrogar al personal.  

Como decía, empiezo hablando sobre sexo entre risas y acabo haciendo esta pregunta. El 100% de las veces ha dado pie a debates muy interesantes en grupo. Sin irme por las ramas, esta es la frasecita:

“¿Qué opinas de que a los chicos les metan un dedo por el culo durante el sexo? ¿Te gustaría que te lo hiciesen o lo has probado?”

Y en ese momento llegan las caras raras…

Hay dos opciones de respuesta:

  1. Que diga que sí desde el principio. Nunca me ha pasado. JA-MÁS. Tengo muchos amigos chicos y he conocido a decenas de tíos de fiesta, pero oye, jamás han admitido que les mole un dedo en el culo de primeras.
  2. Que diga que no.

Cuando dicen que no, yo pregunto que por qué. Suelto un discursito sobre el estigma del dedo en el culo y la diferencia entre géneros sobre el tema anal. A mí me lo han hecho más de una vez y más de un tío diferente, igual que comerme el culo. No tiene nada de malo y he disfrutado.

En ese momento llegan los aplastantes argumentos. He aquí mis favoritos.

– “Porque no soy gay.”

En pleno 2019 todavía se sigue asociando lo anal con la homosexualidad, cuando no tiene nada que ver. Una cosa es que a un tío le mole que le estimulen el ano, y otra totalmente distinta su orientación sexual. Es mezclar churras con merinas.

– “Porque tengo pelos y está sucio.”

¿A caso no te limpias cuando cagas? ¿No te das una agüita en la ducha? ¿No vigilas tu higiene? Una cosa es tener pelos como todo mamífero, y otra es ser sucio. Yo tengo pelos en el chirri y os puedo asegurar que eso está más limpio que la pantalla de vuestro teléfono móvil.

– “Porque no me gusta.”

Y es aquí cuándo llega la gran pregunta… “Pero, ¿lo has probado?”. Y con toda su santa polla te dice: “no”. “¿Y entonces cómo sabes que no te gusta?”, a lo que él responde: “Porque lo sé”.

Tras escuchar sus argumentos, hago la siguiente pregunta:

“Vale. No quieres que te metan un dedo por el culo, pero… ¿Alguna vez se lo has hecho tú a una tía?”

No falla. Todos dicen que sí. ¿Por qué está mal visto que a un chico le metan un dedo por el culo, pero ellos lo hacen constantemente? ¿Acaso guardan oro en su ojete? ¿Si se lo tocas activas una bomba nuclear en Corea del Norte? No lo sé, es un misterio.

Por eso desde aquí os animo a romper con este estigma y PROBARLO. Sólo eso, probar. Luego ya podéis decidir si seguir haciéndolo o no, pero por lo menos intentarlo una vez. Seguramente os molará y querréis repetir, y os arrepentiréis de haber pasado años ignorando un deseo sexual tan válido como cualquier otro por culpa de los estereotipos, los prejuicios y vuestras rayadas mentales del siglo pasado.

 

Redacción WLS