Bienvenida al maravilloso mundo de la gente que se cree que sabe follar. Así de fuerte, en su mente se creen que son unos “fuckers masters” y tan panchos ¿Es que nadie les va a poner los pies en la tierra?
Debería haber un programa, de visión obligada, estilo Masterchef, y así mucha gente descubriría que no son folladores profesionales, creo que no lo hay por no hundir la moral a más de la mitad de la población mundial.
Mucha gente en el mundo se creía un cocinero de élite y con este programa se han llevado su merecido sartenazo de realidad, pues ¿Por qué no con el sexo?
¿Acaso hay una forma de follar definitiva? ¿Acaso siempre quiero follar igual? ¿Siempre me van a excitar las mismas cosas? ¿Todos los cuerpos funcionan igual? ¿Todas las mentes?
Lo sé, hay personas que sí, que son unos divinos artistas de las artes amatorias, pero, son los que se preocupan en saber qué, dónde, cómo y cuándo se excita la persona que tienen en frente. Tan sencillo y tan difícil a la vez.
Los hay que por haber tenido mil y una amantes ya se creen, maestros del sexo. De nada te sirve tanta repetición si no ha habido aprendizaje.
¿Has escuchado a esas mujeres? ¿Te has preocupado de si disfrutaban? ¿A caso creen que gemir es disfrutar?
Es parte de nuestra culpa. NO AL ORGASMO FINGIDO. Me gustaría dejar ese legado a las nuevas generaciones. Poned los pies en la tierra a los amantes de pacotilla y no finjáis orgasmos para que se queden tranquilos, o más bien, para que terminen YA de una puñetera vez de hacer lo que sea que estén haciendo a lo que ellos llaman sexo. Ya basta “darlines”.
Consejito del día: Cuando no lo esté haciendo bien, puedes indicarle como te gusta o proponerle hacer otra cosa tú (Tampoco todo depende de la otra persona) y si llegados a ese punto, no es capaz de poner de su parte e interesarse en aprender porque solo va “a mojar su churro”, repito, haznos un favor a todas y NO FINJAS.
Pídele amablemente que se aparte hasta que aprenda y de camino coméntale “que no es por ti, que es por él” porque no se preocupa en que estéis disfrutando los dos, es eso por lo que le has pedido que pare, por mucho que eso lo deje con un dolor de huevos, no es tu responsabilidad, es suya.
No se trata de ser borde, ni cruel, solo de bajar de esa nube a más de unos y hacerle un favor al mundo ¡Es un bien para con el resto de la sociedad! Esta figura de “follador de pacotilla” se tiene que extinguir ya.
Gran parte de la culpa la tiene el cine X y también el cine romántico.
Las expectativas son follar como en el porno, y hacer gritar la chica de placer, por el mero hecho de penetrarla, voy a escribirlo de forma sutil, dándole como a un cajón que no cierra.
Luego resulta que no, que por mucho que bombean no nos morimos de placer y se frustran, o peor, nos ponen de frígidas, en seguida nos culpan a nosotras, porque claro, ellos son en sus mentes “fuckers masters del universo” ¿Cómo iban a estar equivocándose?
El sexo a veces es así, y otras no, no hay una única forma definitiva de follar.
Sea sexo esporádico, ocasional, reiterado, momentáneo, con sentimientos, solo atracción física pura y dura,… El quid de la cuestión es leer a la persona con la que estás manteniendo esa intimidad. No importa tampoco tu condición sexual, esto pasa a gays y heteros, jóvenes y viejos, mujeres y hombres…En las mejores familias, ocurre. Estoy segura que también ocurre en las Casas Reales, de los fuckers masters de todo a un euro, no se libra nadie.
Comprendamos de una vez:
Nadie es un superfollador, no hay una clave, ni una sola forma de follar, hay tantas formas como personas y gustos.
La única clave para ser un/a buen/a amante es hacer que la otra persona vea cuanto la deseas, implicarse en conocer sus gustos y con lo que está disfrutando y con lo que no.
Este verano, me parece imprescindible, que lo apliquemos a nuestras vidas.
Por un verano con sexo de calidad, donde los orgasmos se alcancen en cada esquina, en cada casa, en cada coche, en cada tienda de campaña, en cada camper, caravana, ascensor…Brindemos por un verano con sexo seguro y placentero, disfrutando de nuestros cuerpos y los prójimos. Un verano de sexo sincero, donde los fuckers masters abunden, pero, los auténticos, y que los folladores de pacotilla pasen de una vez por todas a ser parte de la historia. ¡Chinchín!