Envíanos tu historia y participa en el concurso del verano (premio aquí)

 

Soy una fiel lectora de esta página, me enganché por los follodramas y creo que ha llegado el momento de contar el mío.

Quisiera decir que conocí a Óscar (nombre inventado) en tinder, badoo o similar, donde todas sabemos que abundan personajes muy raros, pero no, le conocí en mi ciudad, mientras esperábamos en la parada a un autobús que parecía no llegar. Alto, moreno, con unos ojazos azules, me encandiló desde el primer momento, y esa misma noche terminé en su casa.

A partir de ese día empezamos a vernos una o dos veces a la semana, terminábamos en la cama en todas las citas, porque no veáis que polvazos que echaba, ¡madre mía! Pero también salíamos a cenar o a dar paseos; vamos, la típica relación no definida. Yo la verdad no tenía prisa por definirla porque no estaba segura de conocerle lo suficiente, pero un día, a los 4-5 meses de empezar a vernos, Óscar me dijo que quería una relación de pareja conmigo, que me tomara mi tiempo para pensar que quería hacer yo y que cuando lo supiera le diera una respuesta. 

Yo lo pensé un poco y dije, ¡qué demonios, adelante! Ya era un tiempo viéndonos y no había notado nada raro, parecía un chico muy maduro, ¿qué podía salir mal?

Pues a los dos días de ponerle nombre a la relación (sí, dos días exactos) nos vimos y como no, terminamos en su casa. Como no, tuvimos un sexo maravilloso, más incluso del normal, y fue nada más terminar cuando vino el drama.

Óscar: joder, me has hecho ver a Dios.

Yo con la autoestima con las nubes: muchas gracias, a mí también me ha encantado, nos vamos superando con los días.

Óscar: no, estoy hablando en serio, he visto a Dios de verdad. No te puedo dar detalles porque se trata de algo indescriptible, pero después de esto o tengo claro, voy a dar un giro radical a mi vida.

Yo: ¿eiiing?

Él: me voy a ordenar sacerdote, tengo que predicar la palabra de Dios y hacerle ver a la gente que existe. Lo siento cariño, tu sabes lo que siento por ti, me gustas mucho, pero los curas no pueden tener pareja y como yo solo quiero lo mejor para ti, no te voy a pedir que te quedes con un imposible. Por favor, recoge tus cosas, siempre te recordaré.

Y así terminó mi historia con Óscar. Como vivimos en la misma ciudad, he coincidido con él un par de veces y no le he visto con el alzacuellos ni sotana, pero oye, a lo mejor iba de paisano.

Así que ya sabéis, intentad tener buen sexo con vuestras parejas, pero no demasiado bueno, no vayan a tener una revelación divina y les dé por meterse en el clero como al mío.

Atentamente: la folladora divina ;)