¿Ves cuando conoces a una persona e instantáneamente conectas con ella? Pues eso a mí no me pasa nunca, por lo menos en el terreno sexual. Mis follodramas están plagados de poco sexo y muchísimo drama. Y oye, que amigos me sobran, mi familia es un amor y tengo un vibrador fantástico, pero los novios potenciales huyen de mí. Puede ser porque se me da como el culo ligar, pero también hay una fuerte influencia cósmica que hace que me vaya como el ojete en el amor.

Fue este sábado cuando confirmé que el karma, Dios y las estrellas me tienen puteada. Salí de fiesta con unos amigos y se obró el milagro: después de SIETE meses sin follar (Sí… SIETE. 7. Seven. XII), conocí a un chico que me hizo tilín. Era muy atractivo, con una nariz de estas que no son perfectas pero que dan muchísima personalidad (estoy un pelín obsesionada con las narices, lo reconozco), y al parecer no soy sutil, porque tras muchas miraditas él se dio cuenta de que estaba en modo stalker. Se acercó a la mesa en la que estábamos y me dijo hola.

Empezamos a hablar mientras mis coleguis organizaban la boda. Congeniamos. Total, que tras un par de horas charlando sobre cine, música, política y nuestra vida en general, me invitó a ir a tomar algo a solar en su casa. Después de SIETE meses sin follar mi coño gritó SÍ.

Salimos del bar y en la misma puerta nos comimos los morros. Era fantástico. Y así fuimos hasta su casa… Parando en cada portal y en cada esquina para sobarnos y besarnos como adolescentes.

Cuando por fin llegamos me hizo un tour por la casa y al minuto ya estábamos desnudos en su cama sobándonos como si estuviésemos haciendo masa de pizza. Las cosas iban tan bien que algo malo tenía que pasar…

El chico me comió enterita y yo disfruté como en mi vida. También os digo que después de 7 meses sin sexo me podría haber taladrado el coño que a mí me habría gustado igual. Estaba feliz. Le tumbé en la cama con todo el poderío que tengo en el coño metío, le pedí un condón y le empecé a comer el calabacín.

A mí me gusta comer pollas como a la que más, pero no me gustan las ETS, así que si no conozco al maromo SÍ o SÍ uso condón. Total, que estaba dándole al asunto con movimientos de cabeza y succiones rítmicas cuando de repente no sé que narices pasó que me tragué el condón, quedándose atascado en la garganta.

¿Alguna vez habéis comido jamón serrano y se os ha quedado atravesada la grasaza en la garganta de esto que ni entra ni sale? Pues eso es lo que me pasó, y yo me vi morir. Empecé a toser como un gato cuando echa una bola de pelo mientras me imaginaba a mis padres en el tanatorio explicando a los tíos del pueblo que morí ahogada por un condón.

El chico estaba de los nervios sin saber que hacer. Me dio hostias en la espalda para ver si salía pero nada. Total, que con todo el agobio fui corriendo al baño y poté. Vomité el condón, señoras y señores. Y claro, con el susto las ganas de echar un polvo se nos quitaron. Aun así, nos reímos bastante y nos pasamos la noche hablando.

Nos hemos dado nuestros teléfonos y hemos quedado esta semana. Tal vez todo salga bien, pero siendo yo lo veo poco probable. Eso sí, tened por seguro que si me pasa algún otro dramita sexual seréis las primeras a la que se lo cuente.

 

Anónimo

 

Envíanos tus follodramas a [email protected]