Nos hemos molestado durante años en criticar a los gordos que no cuidan su alimentación, que no hacen deporte, que llevan una vida sedentaria… Mucha gente opina que, igual que a los fumadores la Seguridad Social no debería cubrirle los tratamientos de enfermedades derivadas del tabaco, hay quien opina que los gordos son gordos porque se lo han buscado y que si tienen colesterol o un ataque al corazón es por su culpa y tampoco la Seguridad Social debería cubrirles. ¿Hola?, ¿nos hemos vuelto locos?, ¿acaso criticamos que la Seguridad Social cubra a ese chico que se ha tirado por una cuesta abajo con el monopatín y se ha roto una pierna y 3 costillas?, ¿o al imbécil que ha decidido que lo de llevar el cinturón de seguridad en el coche no iba con él?, ¿o a esa chica que por ir mona y divina se ha pillado un resfriado de 3 pares de narices por no llevar un abrigo en condiciones?

Nos creemos con derecho a juzgar a los gordos y a opinar sobre ellos, pero ¿qué hay de todas esas cosas que hacemos a diario que perjudican igual (o más) nuestra salud? La pizza que yo me pueda cenar el domingo (porque si, porque me la he ganado) no es peor para mi cuerpo que cosas como éstas:

Nos dejamos las lentillas puestas 12 y hasta 14 horas diarias, que para cuando nos las queremos quitar hay que hacer palanca con las uñas de lo seco que está el ojo.

– Nos explotamos los granos, y luego nos quejamos de lo mal que tenemos la piel…

Pasamos 8 horas en la oficina mal sentados, porque parece mentira que a nuestra edad no hayamos aprendido a sentarnos en condiciones.

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Llevamos bolsos que pesan más que una maleta de fin de semana: la cartera, el móvil, el neceser de maquillaje, el libro, la botella de agua, la chaqueta, el gato y hasta la lámpara de la mesilla de noche si me apuras.

Nos vamos a dormir sin desmaquillarnos y no dejamos que la piel respire. Y luego nos quejamos de que nos ha salido un grano…

– Nos gastamos dinero en gilipolleces pero luego no invertimos en calzado de calidad y sujetamos todo nuestro peso con zapatos del Primark y del chino.

– Las instrucciones nos dicen que los tampones se tienen que cambiar cada 4-8 horas pero nos dejamos uno puesto ahí durante todo el día sin pensar en las consecuencias…

– Tenemos tanto lío en el curro que nos olvidamos de ir a hacer pis y vamos aguantando hasta que no aguantamos más. ¡Cistitis al canto! A ver si cuando llegas al centro de salud te dicen que no, que no te atienden porque claro, ha sido culpa tuya no haberte levantado antes a mear…

Llevamos pantalones muy ceñidos, malo para la circulación, malo para la piel, malo para el chichi, malo malo malo.

Nos maquillamos en exceso con maquillaje mierder que compramos a 1€ y luego nos quejamos de que nos pican los ojos.

fff

– Hacemos deporte con calzado inadecuado.

No dormimos las horas suficientes.

– Pasamos HORAS mirando el móvil, entre el Facebook, el Instragram, internet, el Candy Crush, el Pinterest, el correo… Y nos vamos a dormir con el móvil en la mano, con su luz intermitente, sus radiaciones y toda su maldad :)

Alargamos ir las consultas médicas por miedo y dejamos que pasen uno, dos y hasta tres años hasta que nos decidimos a ir a que nos hagan una citología, un implante o una revisión ocular. Si, duele, si, es molesto, si, es una mierda. Pero hay que hacerlo.

Y esto es así, hacemos todas estas cosas y más, nos vamos de viaje sin seguro médico, a lo loco, bebemos copas que son más garrafón que el friegasuelos de mi casa, llegamos del curro a casa y como 8 horas de ordenador no han sido suficientes, nos ponemos a ver series como locos…

La próxima vez que escuche que los gordos son unos inconscientes que están poniendo en peligro su salud pensaré si se ha lavado los dientes después de cada comida para evitar las caries, si se acuesta con el móvil en la mano o si su calzado es el adecuado; también me acordaré de toda esta lista de cosas, de la última vez que no me desmaquillé, de esa visita que tengo pendiente al ginecólogo, de lo mucho que me duele la espalda por lo mal que me siento, y pensaré en todos los imbéciles a los que la Seguridad Social tampoco les debería tratar, porque una persona puede ser gorda y estar sana, pero la estupidez, ay amigo, eso si que no se cura…