Recientemente he perdido a un familiar con el que tenía una relación muy buena, y he pensado que si tú estás pasando por algo similar o acercándote a esta situación, igual nos podría venir bien a ambos compartir estos sentimientos.

Perder a un ser querido es probablemente una de las situaciones más duras a las que nos podemos enfrentar, sobre todo si el motivo de la pérdida es la muerte de esta persona.

Por mi trabajo he visto aparecer a la muerte en numerosas ocasiones y me resulta muy llamativo lo que cuesta hablar de ella en nuestra sociedad. Es algo inevitable, universal, el futuro más real que existe y es una parte de la vida (aunque sea el final).

A mi alrededor veo cómo es un tema que se evita al máximo y que cuando se llega a hablar de él se hace de forma muy íntima y cuesta mucho profundizar.

Da miedo, y vértigo, incluso angustia, porque es algo que no podemos controlar y no sabemos cuándo ni cómo va a pasar. Es por esto, que es importante hablarlo y poder expresar lo que nos provoca e intentar comprender el proceso en sí, para que cuando tengamos que enfrentarnos a ese tipo de situaciones podamos afrontarlo y no bloquearnos.

La muerte, de la misma forma que la vida, es algo tan individual como cada persona, pero hay algo común en cada muerte: hay personas que perdemos a alguien querido. Vivir el último aliento de una persona nos desconsuela porque nos sentimos impotentes. Al haber tenido una pérdida hace nada he pensado que hay algunos puntos importantes para afrontar este momento:

  • Conocer a la persona. Si puedes hacer algo por esa persona que sepas que para ella era importante ayúdale. Si por ejemplo sabes que es una persona que teme la soledad intenta acompañarla al máximo y dile que no está sola.
  • Habla a la persona. Háblale, aunque no pueda contestarte, hay que hablar a las personas para que si de alguna manera pueden escucharnos podamos hacerles partícipes de cosas que en ese momento no puedan estar viviendo. Recuerda buenos momentos y si la quieres díselo ¿a qué esperas?
  • Tócala. Aunque las palabras son muy importantes el contacto físico, una mano o una caricia pueden provocar sensaciones inigualables.
  • Comparte cómo te sientes con tus seres queridos, te darás cuenta de que los sentimientos que tenéis son parecidos y hablar con otras personas te ayudará a ver perspectivas diferentes que la dureza de la situación quizá no te ha dejado ver.
  • El duelo. Permítete un periodo de duelo posterior, cada uno necesita un tiempo. Pero aunque la vida de los demás siga es normal necesitar un tiempo de adaptación a la vida sin esa persona, no te hundas, hemos aprendido todo desde que nacimos y aprendemos cada día, asique ¡aprenderás a seguir! Aunque notes su ausencia.
  • Llora si lo necesitas, no es un signo de fragilidad, y si no lo necesitas no pienses que eres una persona rara o fría, cada uno expresa sus emociones a su manera.

Aunque la mayoría de estas cosas parecen muy básicas e insignificantes, en los momentos duros pueden ser algo dificultosas de llevar a cabo, pero las pequeñas cosas pueden provocar grandes cambios en la experiencia de la persona que se va y en tu propia vivencia, y hablando del momento de la muerte sería algo que no volveremos a tener oportunidad de hacer.

Aprovéchala, no te quedes nada que no quieras quedarte solo para ti y saca fuerzas de los buenos recuerdos que te quedas porque recuerda, que el sol volverá a salir mañana.

Silvia.