¿Hay cosa más maravillosa?

Qué maravilloso el momento en que te conviertes en madre, es euforia, éxtasis, incertidumbre, miedos… Un cóctel molotov de emociones. En algunas ocasiones se producen partos traumáticos, debidos a la naturaleza o bien a una mala praxis médica, que nos deja marcadas para siempre. Sea como fuera tras dar a luz somos otra, nos hemos divido en dos.

Mientras el mundo mira a tu bebé, tú te miras en el espejo del baño, intentando encontrarte. Algo demacrada, con el pecho hinchado y dolorido, barriga de embarazada de 5 meses, ojeras hasta el suelo, una compresa tamaño nave espacial entre las piernas y sin fuerzas. Y te acuerdas de Newton, el maldito Newton y la dichosa gravedad.

Es duro querida, muy duro, créeme. Pero hay luz después de todo, te aseguro que la hay, está dentro de ti y en cualquier momento te dará fuerzas. La gente cree que es sencillo, tienes un hijo y todo vuelve a ser como antes, y nada más lejos de la realidad. Con suerte te podrás sentar en condiciones dos semanas después (si no has sufrido una cesárea). Rezando por una lactancia exitosa sin grietas, dormir más de 30 minutos seguidos y comer caliente.

Solo te pediré una cosa, no te compares.

Tú eres tú, con tu cuerpo, tu elasticidad y tus estrías. Con tus miedos, tu alegrías y tus penas. Eres increíble, en cualquiera de tus formas. Y no, no eres como esa “influencer” que está perfecta a los dos días del parto.  Y piensas ¿Por qué ella sí y yo no? Hay mil razones. Pero la única importante es que sois dos personas diferentes.

Ámate, ama tu cuerpo estriado, tus ojeras y tus lorzas. Disfruta de tu maternidad al máximo, y vívela con amor. Tu bebé te necesita feliz, no atlética y esculpida. Exterioriza lo que te preocupa, pide ayuda cuando la necesites. Es válido estar agotada y exhausta, no eres una súper heroína, eres humana. Perdónate los enfados y los errores. Celebra los logros y los días soleados.

Recuerda ha sido capaz de traer vida a este mundo, ¿Hay cosa más maravillosa?

Marina Guijarro Bermejo