Si existiese una ONG llamada «folladoras sin fronteras» yo sería la presidenta. Desde que comencé a darle al tema allá por el 2005 (qué tiempos aquellos…), he sido la definición gráfica de pringada. ¿Por qué?, os preguntaréis. Pues porque me he dedicado única y exclusivamente a que ellos disfruten ignorando mi placer. He mejorado mis movimientos manuales para que mis pajas fuesen de 10, he buscado vídeos de sexo oral para que mis movimientos fuesen dignos de un Nobel, y he hecho yoga para ser más elástica y probar posturas que ni los del Circo del Sol. ¿Y cómo me lo ha agradecido la vida? Pues dejándome a dos velas en decenas de ocasiones,

¿Alguna vez os habéis enrollado con un tío, lo habéis dado todo y cuando él se ha corrido se ha acabado la fiesta? A mí me ha pasado mil veces. Tantas que no puedo contarlas con los dedos de las manos y los pies juntos. Y lo peor de todo es que muchas de vosotras pensaréis que soy la culpable por enrollarme con gilipollas, que puede ser. De todos modos, ¿tan mala suerte tengo que todos los tíos que conozco son una mierda en la cama? Ya es mala pata… 

He probado ligando en bares, en aplicaciones de móvil, tirando de contactos, planeando citas a ciegas, etc. Y el 90% de las veces me han salido rana. Pueden ser la hostia en la cama, que en cuanto acaban, acabé yo también. A veces hay suerte y son tíos que duran su media horita o incluso más, y a mí me da tiempo a correrme (sí, me cuesta un poquitín correrme en pareja, qué le voy a hacer). El problema es cuando se corren en 3 minutos y yo me quedo con cara de lerda. Después o se duermen, o se piran de mi casa, o me piden el teléfono para no llamame nunca, o me dicen que quieren repetir pero yo salgo huyendo. ¿Repetir qué? ¡Ni que yo fuese una vagina en lata con patas!

Así que en este clima de desesperación he tomado una decisión drástica: voy a ser soltera hasta que algún tío logra que me corra bien. La igualdad empieza en el dormitorio, y si un tío tiene los santos cojones de dejarme a medias…. ¿Cómo va a ser buen novio el resto del tiempo?

Acepto candidatos, pero confieso que soy bastante pesimista. Los requisitos son claros… Que mi placer sea una prioridad para él igual que el suyo lo es para mí.

¿Estoy loca o tiene sentido ponerme tan tiquismiquis? ¿Dónde se esconden los empotradores? ¿Os los habéis quedado todos vosotras?